La estrategia, que incluye a Gerardo Cipolini haciendo pie en su bastión y a Azula firme en Barranqueras, es un golpe durísimo a las expectativas de Convergencia Social.

Semanas atrás Aída Ayala se había negado a avanzar en negociaciones con Convergencia Social porque no quería que le “impusieran” candidaturas y cargos de cara al futuro. Poco después Carim Peche rechazó la oferta de Aída para que la acompañara en la fórmula y dijo que no descartaba intentar recuperar su distrito, Sáenz Peña. La intendenta de Resistencia viajó a Italia, se entrevistó con el papa Francisco, y a la vuelta empezó a cerrar lo que todavía estaba abierto.

Que el contador Bruno Cipolini, hijo del actual jefe comunal de Sáenz Peña, sea el compañero de fórmula de Aída, resuelve más cosas de las que se ven a simple vista. Primero, afianza la unión entre dos espacios internos del radicalismo chaqueño, Somos Parte y el Nuevo Espacio Abierto; segundo, suma pero no resta en términos territoriales, ya que uno de los dirigentes que más votos garantiza, Gerardo Cipolini, no tiene que moverse de su distrito y debe, a lo sumo, intentar retenerlo, ya sea compitiendo con un candidato peronista o haciéndolo contra Carim Peche, si es que éste se decide a jugar a suerte o verdad su propio capital político.

Tampoco Alicia Azula tendrá que abandonar su localidad. Es cierto que se pre-candidateó a gobernadora, pero estaría dispuesta a allanarse a la decisión mayoritaria de su espacio en tanto y en cuanto los resultados serían inmejorables: Somos Parte 'tendría' la vicegobernación.

Los dos espacios tendrán que convalidar la fórmula, pero la ingeniosa movida parece llamada a eludir toda clase de objeciones.

CONVERGENCIA PIERDE EN ESTE ARMADO

Convergencia Social no consiguió en todos estos meses cerrar un acuerdo con Ayala, según ella porque las demandas y condicionamientos del rozismo eran inaceptables. De golpe y porrazo, cualquier estrategia que haya hecho Convergencia se desarticula. Más adelante se hablará de candidaturas parlamentarias, un tema que suele ser espinozo desde el primero hasta el último día de negociaciones, pero que de momento no tiene que resolverse.

Ángel Rozas estuvo a un tris de tener la postal de Carim Peche vicegobernando Chaco, pero no habiendo cerrado otras instancias, quedó como el camarón que se duerme. Pero incluso ahora la situación del histórico caudillo termal es preocupante: es el único radical que -además de Rozas, y en condiciones de jugar en ligas mayores-, hoy por hoy tiene en Convergencia votos propios; votos que están en Sáenz Peña. ¿Va a ser candidato a algo? ¿Seguirá con la intención de retornar a su terruño o se refugiará en el bloque legislativo unos años más, hasta que pase la tormenta del ayalismo?