El formidable negocio de la usura en Tucumán

El formidable negocio de la usura en Tucumán

Existen canales informales y legales que otorgan créditos en efectivo a tasas escandalosas

A medida que se acerca el día diez de cada mes, miles de tucumanos hacen colas interminables frente a entidades financieras ubicadas en pleno microcentro de la Capital.

La misión es pagar las cuotas de los créditos que solicitaron, en la mayoría de los casos a tasas abusivas, disfrazadas en un monto aparentemente bajos distribuido a lo largo de hasta 12 cuotas consecutivas o plazos mayores inclusive.

En la enorme mayoría de los casos se trata de trabajadores formales, que tienen boleta de sueldo pero están dentro de las bases de datos del temido Veraz, la organización que se encarga de evaluar la condición crediticia de millones de argentinos. Estar en sus listas equivale a ser tratado como un paria por los bancos y deja a cientos de miles de personas sin otra de posibilidad que acudir a estas financieras, legalmente constituidas que en la mayoría de los casos otorga determinados montos de dinero aunque el Veraz recomiende lo contrario.

Solo en la calle San Martin al 700 se pueden encontrar cuatro casas dedicadas a este tipo de créditos. Una de ellas ofrece 5.000 pesos en 12 cuotas de 840 pesos, con lo cual se termina pagando 10.080 pesos, un 100 por ciento de interés por un año. También se puede acceder a 10.000 pesos en 18 cuotas de 1.270 pesos, para finalizar pagando 22.860 pesos, o sea un interés de 122 por ciento.

Con un poco de pudor, otra financiera publicita 5.000 pesos en 12 cuotas de 655 pesos (7.860 pesos) o bien 18 pagos mensuales de 530 pesos. También tiene la opción de pagar en 24 cuotas a cambio de 480 pesos. Además se pueden encontrar locales en las peatonales de Muñecas al 100 y en Mendoza al 500, todas con el mismo sistema y con porcentajes que varían poco en el amplio menú de ofertas crediticias.

Todas solicitan como requisitos boleta de sueldo, fotocopia del DNI y una boleta con un impuesto o servicio a nombre de quien solicita el préstamo. Algunas hasta dan tarjetas de créditos para acceder a electrodomésticos en reconocidas casas del rubro o más dinero en efectivo para seguir alentando el endeudamiento a tasas escandalosas.

Se trata de sucursales de empresas financieras que tienen sus casas matrices en Buenos Aires o Córdoba, mantienen un aceitado sistema de publicidad, páginas web y servicios telefónicos para brindar sus servicios. El sistema es totalmente legal, en general se trata de fideicomisos que canalizan el dinero propio y de terceros para financiar consumo y préstamos en efectivo. Aunque resulta paradójico, en el sistema informal se puede acceder a dinero con tasas menores.

En el diario de mayor tirada de la provincia en el rubro Préstamos e Hipotecas los avisos salen a diario ofreciendo billetes contantes y sonantes, ya sea mediante tarjetas o bajo la modalidad de documentar la deuda. Por ejemplo, se ofrecen 5.000 pesos en 12 cuotas de 12 cuotas de 690, con lo cual se termina pagando 8280 pesos, un poco más del 65 por ciento de interés, o bien 1000 pesos por 12 cuotas de 129 pesos, lo que resulta en un total de 1.548 pesos, o sea un interés de 54,8 por ciento. También se puede acceder a 10.000 pesos en 18 cuotas de 1.270 pesos.

“Los tucumanos en particular y en general en todo el NOA, la gente tiende a endeudarse más allá de sus posibilidades económicas y financieras, por ello resulta un negocio fenomenal prestar plata. Todos, de una u otra manera, terminando pagando”, relata un “financista” que conoce el negocio y maneja el dinero de terceros personas a cambio de un porcentaje de lo que se recauda con semejantes tasas.

Por último, están quienes prestan dinero, generalmente pequeñas sumas, que en la jerga popular son conocidos como “usureros” y suelen moverse cerca de casas de juego o bien de pequeños locales comerciales donde ofrecen sus servicios a cambio de un pago diario, semanal o mensual. Inclusive llegan a no pedir garantía alguna, con lo cual en caso de no pagar lo pactado ya se pueden imaginar las consecuencias. Por ejemplo, pueden prestar 1.000 pesos con un retorno mensual de 200 pesos, o sea un 20 por ciento cada treinta días. En estos casos no existen plazos, se paga el mismo monto hasta tanto se cancela en su totalidad el capital, o sea los 1.000 pesos. Si la demora llega a un año, se pagará un total de 2.400 pesos.

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