Los fondos que reparte la coparticipación, una batalla entre pares

Los fondos que reparte la coparticipación, una batalla entre pares

Algunos alcaldes bonaerenses pretenden modificaciones en las variables por las cuales la Provincia calcula los fondos que les coparticipa a los municipios, y otros se resisten. Todos quieren más ingresos, pero darle a uno significa sacarle a otro. Avances de la pelea que viene.

Una tensa calma se respira en el ambiente bonaerense. A pocos días de terminar el año, los intendentes no pierden el tiempo, y un grupo de ellos adelanta lo que denominan “la gesta del 2017”. ¿Seguridad? ¿Armado de listas? ¿Cargos políticos? Nada de eso: Coparticipación. 

Es que distintos jefes comunales del interior comenzaron a sumar presión para que la Provincia ajuste el Coeficiente Unico de Distribución (CUD), por el cual se calcula el envío de fondos a los municipios. Las primeras expresiones de deseo hicieron alzar la guardia de otros intendentes, en desacuerdo con la modificación de las variables que determinan el CUD, porque se verían perjudicados los ingresos de los distritos que gobiernan. 

En el medio, una verdad insoslayable: el monto a coparticipar por parte de la Provincia es uno solo, con lo cual, otorgar más ingresos a un municipio significa sacarle a otro.

María Eugenia Vidal no tiene forma de ignorar la cuestión. No sólo por su rango de Gobernadora, sino también porque sufre en carne propia el mismo problema con Nación. Según datos estadísticos, Buenos Aires, con el 38,9% de los habitantes del país, es la provincia más poblada de la Argentina y la que más aporta a la recaudación nacional, con el 37,4%. Sin embargo, sólo recibe el 18,1% de lo que reparte Nación a las provincias.

Por tal motivo, al poco tiempo de haber asumido, la mandataria provincial avanzó en la intención de eliminar el tope del Fondo del Conurbano, que en 1996 quedó congelado en $ 650 millones. Vidal terminó recurriendo a la Corte Suprema, que todavía no se expidió sobre el caso. 

A grandes rasgos, algo similar ocurre hacia dentro del territorio bonaerense. Ya hay intendentes que le han planteado a la Gobernadora que es indispensable dar el debate y rever algunas de las variables que inciden en los cálculos de las partidas que reciben desde Provincia. 

Quienes alzan la bandera del reclamo son aquellos que se sienten perjudicados porque el sistema de distribución toma variables que los dejan por debajo de otros distritos, incluso más chicos o menos poblados. 

El jefe comunal de Carmen de Areco, Marcelo Skansi, en diálogo con La Tecla, adelantó que llevará esta cuestión a la Justicia e iniciará una demanda al Ejecutivo provincial. “No tengo nada contra Vidal, pero es la forma de hacerlo. Tenés que interpelar a la Corte para que le ordene al gobierno bonaerense que establezca un equilibrio”, dijo.

Skansi se mostró disconforme por lo que en la jerga se conoce como la dinámica de la “cama caliente”. Es que de todas las variables que integran el CUD, la que más hace recaudar a los distritos es la posesión o no de hospitales a cargo del municipio, que se arroga el 37% del componente del coeficiente. Incluso ese monto se basa en la medición del nivel de internación que los nosocomios registren. El pedido de los alcaldes como Skansi es simple: que se jerarquice el trabajo en prevención que realizan las gestiones. 

Algo similar opina el berissense Jorge Nedela (Cambiemos): “Premiar las camas ocupadas es un paradigma de otra época, y se necesita actualizar esa categoría por una que premie todas aquellas acciones que un municipio emprende para evitar que un ciudadano termine hospitalizado”.

En las antípodas de esta clase de razonamiento aparece el intendente de Arrecifes, Javier Olaeta. Para el jefe comunal de la Segunda sección electoral, el CUD está perfecto así. “Yo no le cambio nada, dejalo así”, dijo a La Tecla. “Nosotros tenemos a cargo el hospital público, y en nuestra ciudad es el único efector de salud”, sostuvo el boina blanca. Y consideró que los que quieren cambiar la forma de distribuir la coparticipación son “aquellos municipios a los que la Provincia les resuelve el problema de la salud (con hospitales provinciales); en cambio, en Arrecifes no tenemos siquiera una clínica privada y la Comuna absorbe todas las consultas”. 

Por fuera de la variable “salud” amanece otro conflicto, que este año resurgió con más fuerza que nunca y que consiste en aquellos fondos extra que se giran a los distritos y, también, se basan en el mismo cálculo. Ese reclamo lo encabeza el alcalde de la Sexta sección Mariano Uset. El intendente de Coronel Rosales puso el ojo en el Fondo Educativo Municipal y se quejó porque, a pesar de tener más matrícula de estudiantes que otras ciudades, recibe menos plata. 

Además, el alcalde amplió la mirada y generalizó la cuestión: “No puede ser que casi todos los fondos que se distribuyen estén influenciados por el índice que rige la coparticipación. ¿Qué tiene que ver lo que recibo de Infraestructura y Seguridad con las camas del hospital? El gradualismo es viejo y hay que actualizarlo”, despotricó Uset. 

No obstante, a diferencia de Skansi, el intendente oficialista fue contemplativo con la Gobernadora: “No pienso judicializar, pero es una discusión a dar; vamos a insistir para que el CUD no sea la variable de distribución de fondos. Se lo planteé a Vidal y me dijo que era un tema difícil de abordar”.

Dentro de este rubro, un alcalde con pedigrí PRO puro, Martín Randazzo, es uno de los más beneficiados. El jefe comunal de General La Madrid lo sabe de sobra: un lamadritense equivale, en términos de dinero girado en fondos, a $ 14.500, mientras que un habitante de Bahía Blanca apenas si llega a $ 2.000. 

Es obvio: Randazzo defiende el statu quo. “El CUD es una de las formas más justas que existe para distribuir la coparticipación”, afirmó. “Si un municipio como General La Madrid invierte el 35% de su Presupuesto en atender cuestiones sanitarias, me parece lógico que se nos premie con fondos extra como el Educativo”, finalizó el intendente.

La batalla está abierta. Por ahora es subterránea, pero empiezan a aflorar en la superficie las primeras trincheras, sin distinción de banderías políticas, porque acá mandan los recursos.

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