En Florencio Varela, los caminos del vecino no son los del intendente

En Florencio Varela, los caminos del vecino no son los del intendente

Vecinos de Julio Pereyra rechazan sus privilegios y reclaman mejoras estructurales postergadas por él durante décadas, algo que también se expresó en las protestas contra el tarifazo en Varela.

 

Los caminos de Pereyra

Mediante una carta y unas fotos publicadas en un medio local, los vecinos de Julio Pereyra dieron cuenta de las mejoras hechas en los alrededores de la casa del intendente en Florencio Varela y el contraste con las malas condiciones estructurares que padecen quienes viven tan solo a metros de él. Los vecinos de Los Ombúes dicen que si bien su barrio fue “recategorizado por el municipio como barrio semicerrado”, por las pocas obras que se realizan para ellos esta “considerado menos que un asentamiento”.

Mientras el intendente de Varela, también presidente de la Federación Argentina de Municipios y co-presidente de la Federación Latinoámericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones Municipalistas, usa recursos y personal del municipio para arreglar solo las calles que rodean su casa, los vecinos intentan mejorar el acceso colocando cascotes en las calles de tierra que quedan totalmente anegadas luego de varios días de lluvia, razón por la cual advierten que “los niños no pueden asistir a sus escuelas, viéndose relegado su derecho a la educación” y que esta situación imposibilita el acceso de ambulancias o que lleguen los bomberos en casos de emergencia, entre otras cosas.

Incumpliendo promesas desde 1992

Las necesidades que padecen los vecinos de Varela, uno de los distritos más grandes y más pobres del conurbano, son muy variadas y datan de hace décadas. Pero esto no es nada nuevo, son soluciones que vienen siendo postergadas a pesar de las promesas que el intendente hizo frente a cada elección durante sus 24 años de gestión ininterrumpida, apoyadas y reivindicadas por Menem en los 90 y por el kircherismo en todos sus mandatos.

En estas últimas semanas, en el marco de las protestas contra el tarifazo en Varela, han resurgido los reclamos de los vecinos por algunos de estos padecimientos. Pero los cortes de luz y agua contantes, que en algunos casos duran más de una semana yafectan a una gran cantidad de personas, son apenas la punta del iceberg. En estas protestas, algunos vecinos han denunciado que ni siquiera cuentan con estos servicios.

Las preocupantes condiciones estructurales de Varela incluyen: grandes zonas postergadas que no cuentan con ninguno de los servicios básicos; emergencia habitacional, con más de 20 asentamientos de viviendas precarias que tampoco cuentan con ningún servicio; solo un hospital público para los más de 400.000 habitantes del distrito; falta de recolección de residuos, que en algunos casos genera pequeños basurales a cielo abierto; zonas inundables, calles de tierra y falta de iluminación, como parte de una interminable lista que nunca se reduce.

Vecinos que no comen vidrio

Los vecinos plantean no estar ajenos a la situación del resto del distrito, siendo un “barrio de familias trabajadoras que con trabajo y a lo largo del tiempo han logrado tener una casa en el campo, alejada del centro, a uno o dos kilómetros de la ruta por donde pasa una única línea de colectivos y no hay deliverys”, denunciando “la falta de compromiso del municipio con respecto a las necesidades de tantas familias” que viven en el barrio y el resto de la zona rural.

Según ellos, Pereyra “se olvidó de que alguna vez fue humilde y trabajador” y ahora “cuenta con monitorio de cámaras, control policial full time y una casa que dispone de 3 salidas a distintas calles todas transitables”. La indignación y la falta de esperanzas tras años de falsas promesas es tal que no piden asfalto, sino solo poder entrar y salir de sus casas como él lo hace.

No es mucho más lo que pueden esperar los vecinos de alguien que piensa que se puede vivir con menos del 10 % de lo que al él no le alcanza mientras, por ejemplo, gasta más de $ 3 millones por mes en remis. Alguien que en su larga trayectoria jugó siempre a favor de sus intereses y los de su circunstancial espacio político y empresarial, aunque discursivamente intente mostrar lo contrario y, por ejemplo, hoy decida arremeter tímidamente contra empresas como Edesur, cuando durante los años de kirchnerismo no dijo ni mu cuando “se la llevaron en pala” mediante los subsidios y la nula inversión.

Recientemente se ha anunciado que se destinarán $ 1.138 millones a obras en el sur del conurbano. Exigir mediante la movilización un plan de obras públicas (sin López o Caputos de por medio), como continuidad del puntapié de lucha contra el tarifazo, puede ser el primer paso para enfrentar seriamente la impunidad de este intendente con aires de monarca, que vive desde hace décadas a costa del sudor de quienes verdaderamente generan la riqueza, el pueblo trabajador.

 

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