Florencio Randazzo-Daniel Scioli, la grieta que divide a los intendentes del peronismo

Florencio Randazzo-Daniel Scioli, la grieta que divide a los intendentes del peronismo

Los alcaldes del grupo Esmeralda se dividen entre el ex gobernador y el ex ministro del Interior. Cruce de tácticas, recelos y encuestas.

Dimensiones paralelas. Unos toman café con Florencio Randazzo; otros pasean con Daniel Scioli. Los alcaldes del grupo Esmeralda, el clan peronista territorial que zarandeó el mapa bonaerense con una impronta renovadora, enfrenta una hora crítica.

Un sector, resistente a Cristina Kirchner, empuja un armado post K que podría coronar la postulación de Randazzo. Otro subgrupo, receloso del ex ministro, palpa el peso electoral de la ex presidenta y agita la alternativa Scioli.

Como un deja vu de 2015, el duelo prepresidencial jamás concretado entre Randazzo y el gobernador vuelve a asomar en el ring peronista, ahora de cara a las legislativas de este año. Subyace, en ambos campamentos, la creencia de que Cristina no será candidata.

A 91 días del cierre de listas, los "esmeraldos" se bifurcan. Esta tarde, Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar) visitaron a Randazzo en el Palacio Raggio.

A la misma hora, Fernando Gray caminó con Scioli por Esteban Echeverría, escala de una ronda que llevó al gobernador a Lomas con Martín Insaurralde, y a Almirante Brown con Mariano Cascallares.

Los seis alcaldes integran el grupo Esmeralda y aparecen, con la foto de estos días, en aventuras distintas.

 

Ninguna de las juntadas fue casual. Hace 10 días, Cascallares fue anfitrión en Adrogué de una reunión donde se diseñó una agenda "de campaña" para Scioli. Desde entonces, el ex candidato presidencial estuvo en Merlo, Pilar y, entre otros distritos, Moreno.

El encuentro con Randazzo forma parte de una movida que tuvo su foto iniciática el sábado en Junín, donde se juntaron, además de Katopodis y Bucca, jerarcas sindicales como Sergio Romero (SMATA), del Movimiento Evita como Fernando "Chino" Navarro y, como portavoz del interior, Julián Domínguez.

Ese bloque tiene un plan bastante definitivo: construir un espacio para sentarse en la mesa de negociación del peronismo como contracara de La Cámpora y el colectivo ultra K y ampliar más allá del FpV.

"Si después Florencio es candidato de ese espacio, mejor sino será otro", dice a Clarín uno de los alcaldes que le escapa a que les cuelguen el cartel de "randazzistas". A fines de marzo, en distintos puntos del conurbano, aparecieron gigantografías promocionando a "Bali" Bucca.

El pacto de Junín tiene, a futuro, varias escalas en el interior de la provincia y contempla un encuentro en Mar del Plata a fin de abril, que, en el imaginario de algunos peronistas, podría servir de plataforma de lanzamiento de Randazzo.

Insaurralde es, dentro del Esmeralda, el operador más activo contra Randazzo. La tirria entre ellos es de siempre y el lomense percibe que lo que aporta el ex ministro bien podría aportarlo él.

"Martín (Insaurralde) no cree en Florencio como salvador y piensa que él podría ser un buen candidato", desliza un dirigente y mete el dedo en la llaga: la tensión entre Insaurralde y Randazzo responde, en gran medida, a que no hubo conversaciones entre ellos y se desconfían sobre el presente y, sobre todo, sobre el futuro.

Otro elemento que juega es una encuesta, atribuida a Poliarquía, que circuló entre intendentes y arroja en distritos del conurbano sur estos números: Cristina/Scioli 40%, Carrió-Jorge Macri 25%, Massa-Stolbizer 16%.

"Randazzo no mide. alguna encuesta le da 7%, pero es muy poco", confía un intendente que plantea como otro factor que el ex ministro no da certezas sobre lo que hará, lo cual se agrava por un mal antecedente: "En 2015 se bajó de la carrera electoral y colgó a todos. ¿Qué garantía hay de que ahora no haga lo mismo?", se pregunta un dirigente del PJ provincial.

Esa es una de las facturas que recibirá, en público o privado, el ex ministro de Cristina, que ayer autorizó a Katopodis, Zabaleta y Bucca a armar encuentros con dirigentes para charlar sobre armado y futuro político. Desde hace tiempo, Randazzo se mueve con la convicción de que Cristina no será candidata.

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