Conin fue fundada por el doctor Abel Albino en la provincia de Mendoza, en Argentina, el 4 de septiembre de 1993. Albino tomó el exitoso modelo de Conin Chile, ideado por Fernando Mönckeberg, quien logró quebrar el flagelo de la desnutrición infantil en su país.

La nutrición y educación adecuada son necesarias desde la concepción y durante los primeros 14 meses de vida para el apropiado crecimiento y desarrollo del cerebro. Luego de esta etapa, sus efectos en la mayoría son irreversibles. La desnutrición es el resultado final del subdesarrollo, no siendo su única causa la alimentación inadecuada, sino un sin número de factores asociados como la violencia, desocupación, pobreza, carencias educacionales y afectivas, disfunción familiar, falta de accesibilidad a los servicios de salud, embarazo adolescente y vivienda inadecuada.

En Argentina la desnutrición crónica afecta al 8% de los niños y niñas menores de 5 años. En el Noroeste, son el 10,5%. Un tercio de los niños y niñas pobres menores de 2 años no cubre sus necesidades de ingesta de energía, según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud del Ministerio de Salud de la Nación, de 2006. La intervención de Conin se basa en la educación de la madre del niño y de su familia, ya que ella es el principal agente sanitario que intervendrá directamente en el tratamiento de su hijo. La fundación obtuvo en 2013 un premio en Granada, España, como el mejor emprendimiento institucional en nutrición comunitaria del mundo.