El cierre tuvo diversos shows y el final estuvo a cargo de los Musiqueros Entrerrianos. La plaza se mostró encendida para terminar las celebraciones.
Todo concluye y la Fiesta Nacional del Potrillo no fue la excepción. Balances al margen, la noche del domingo estuvo a la altura de lo esperado. Leandro Marriscurrena abrió la jornada y brindó un espectáculo folklórico sólido, en el que recorrió junto a su padre diversas canciones tradicionales del género.
Posteriormente fue Lorena Salomón quien tomó protagonismo en el escenario. Con su voz de tonos graves y dulces sacudió a los espectadores, que no quedaron indiferntes frente a su belleza. Entre melodías románticas, hasta se dio el permiso de bailar un gato y deleitó al público con su carisma. Tras sus pasos se presentó Alejandro Carrara, quien abrió el paso al tramo final del show.
Mientras todo transcurría, cientos de vecinos se acercaban lentamente a ocupar la plaza y los lugares que quedaban adelante del escenario. Aunque no pudo compararse con la noche anterior, la convocatoria fue más que aceptable y se vio reflejada en la zona de los quinchos, donde adultos y jóvenes se aglomeraron para pasear, cenar y disfrutar de las atracciones.
Sobre el final se destacó la presencia del campeón nacional de malambo, Ariel Alejandro Pérez. El bailarín mostró su destreza junto al guitarreo provocador de su acompañante y dejó a todos boquiabiertos.
El Presidente de la comisión organizadora de la fiesta, Gastón Pedroza, tomó la palabra unos minutos y agradeció a una veintena de personas que hicieron posible la realización de los espectáculos. Visiblemente emocionado, despidió de manera protocolar lo que fue una gran organización.
El cierre musical estuvo a cargo de los Musiqueros Entrerrianos, que ofrecieron sus ritmos cálidos y alegres. Entre chamarritas y chamamés, la banda estuvo a la altura de las circunstancias y tuvo el honor de clausurar lo que fue una fiesta que tuvo más puntos altos que bajos.
Ya con el andar cansado, el potrillo reposó para descansar. Será hasta el año que viene, en el cual volveremos a sentir su galope de tradición, festejos y alegría.
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