De la ficción de Intratables a la realidad de Salvador Mazza

De la ficción de Intratables a la realidad de Salvador Mazza

La intervención a la intendencia de Coronel Moldes y el narcoescándalo en Salvador Mazza son la muestra de un deterioro institucional que no solo requiere decisión y eficiencia, sino que convierte a la estrategia de mero marketing político en un boomerang.

 

El Senado aprobó el jueves la intervención al municipio moldeño, en una sesión sin entusiasmo. Los senadores oficialistas dejaron en claro que la Legislatura tomaba la iniciativa porque el Gobierno provincial mira para otro lado, como si fuera según palabras de un vocero calificado -como Manuel Godoy- "un problema político de la zona".

En este caso, el "remedio institucional", la intervención, pareció un "placebo institucional", es decir, un medicamento que genera una ilusión ficticia de mejoría. Ningún senador cree que con el desplazamiento de Osvaldo García, que inició su tercer mandato hace tres meses, vaya a resolverse la crisis de los municipios, que es estructural, y de la cual Moldes es solo un síntoma insostenible.

El senador Jorge Soto, de La Viña, explicó que "los desmanejos y la irresponsabilidad" de García estaban deslegitimando su liderazgo. Con deudas salariales de ocho meses de arrastre y una deuda con el Estado provincial que no se informó en el recinto, pero merodearía un año de adelantos por coparticipación, Moldes se había tornado ingobernable.

Sin embargo, que la intervención se haya prolongado a casi dos años fue resistida sin éxito por Andrés Zottos y el PRS en general. Es probable que el urtubeicismo no quiera elecciones en los próximos meses por temor a que García vuelva a ganar, y prefiere que el reemplazante sea elegido en las legislativas del año próximo, porque así sería más fácil neutralizarlo.

De todas maneras, una intervención solicitada por un gremio, había apenas una veintena de manifestantes en la Legislatura, y sin que medie una destitución por el Concejo es un mal antecedente en una provincia donde los municipios son un tembladeral.

El miércoles, seguramente, los diputados ratificarán la intervención y habrá que ver cuál es el ungido para manejar la crisis de aquí a diciembre de 2017.

Sin embargo, a nadie escapa que García es un intendente típico de la era urtubeicista, que acompañó disciplinadamente hasta hace poco cada directiva del elenco oficial.

Ahora se les fue de las manos.

"Ningún senador cree que con el desplazamiento de Osvaldo García vaya a resolverse la crisis de los municipios".

El gran desmanejoEl Gobierno debería advertir ahora si no se les está yendo de las manos toda la política municipal.

Con el gobernador Juan Manuel Urtubey convertido en un político itinerante y el vice Miguel Isa, al parecer, en cuarteles de invierno, la provincia queda librada a las decisiones de un jefe de Gabinete, Carlos Parodi, cuyas funciones son institucionalmente discutibles, y del hiperactivo Juan Pablo Rodríguez, que reduce su estrategia municipal a "la política del palo y la zanahoria". 

Los tiempos han cambiado y la política debe modernizarse, pero esto no se agota en la utilización de las redes sociales y en la práctica del bullying a través de páginas rentadas. 

Hace falta empezar a mirar la realidad con perspectiva de futuro.

El urtubeicismo entiende la gestión como recolección de votos. Un intendente debe estar disciplinado al Gobierno provincial, aunque lo hayan elegido con votos opositores. Mientras se mantenga encolumnado, no perderá el "estado de gracia" y los fondos discrecionales, salvo que los desaguisados pongan en peligro al grupo gobernante.

Allí se explica la creación del "área metropolitana", concebida como una suerte de subregión del valle de Lerma con tratamiento especial. En realidad, es la zona donde el aparato estatal empezó a perder efectividad como herramienta del clientelismo. Por eso hicieron funcionar con especial rigor el método persuasivo predilecto de Rodríguez.

El "área metropolitana" se convirtió en el espacio donde Matías Posadas y Matías Assenatto, sin votos propios y sin entidad política, tienen la misión de complicarle la vida al irreductible Gustavo Sáenz. Quizá ingenuamente, tratan de generar un poder paralelo, con funciones tan discutibles como las de Parodi, con la intención de evitar que el referente massista construya una imagen de eficiencia. 

Pero hay un límite, que es la realidad.

Los muchachos de la fronteraLa detención del concejal Alejandro Maurín, la fuga de su colega Mauricio Gerónimo, la forzada licencia del intendente Rubén Méndez son señales de que fuera del área metropolitana pasan cosas muy serias, que Urtubey debería haber resuelto en el momento en que aspire a proyectarse nacionalmente.

Lo de Salvador Mazza es un bochorno del que el gobierno provincial tienen clara conciencia. Así como el ministro Rodríguez intervino directamente para reclamar la destitución del prófugo Gerónimo y la licencia de Méndez, el viernes, apenas conocida la detención de Maurín, un parte del Ministerio de Gobierno anunció que "el Concejo Deliberante de Salvador Mazza decidirá la destitución de los concejales Gerónimo y Maurín"."El Gobierno debería advertir ahora si no se les está yendo de las manos toda la política municipal".

No lo dijo la intendenta interina Ivana Soria sino el secretario de Gobierno de la Provincia, Santiago Godoy.

Es que para el Gobierno nada de lo que pasa en el municipio fronterizo es inocuo. Maurín revista en Miles, la corriente política que lideran Luis D''Elía a nivel nacional y Diego Barreto en la provincia. Se trata de socios del oficialismo particularmente poco afectos al orden institucional y al respeto por la ley.

Gerónimo fue vicepresidente de la Juventud Peronista.

Y Méndez, que llegó a la intendencia por el Partido de la Victoria al derrotar al truculento Carlos Villalba, el candidato de Urtubey, saltó rápidamente el cerco, no se sabe si tentado por la zanahoria y temeroso del palo. 

Pero la única verdad es la realidad. El escándalo de Salvador Mazza se produjo dos días después del papelón que le hicieron pasar los periodistas de Intratables a Urtubey cuando negó la vieja historia de los manuales con sus fotos. Claro, con lo que está pasando, eso parece un juego de niños.

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