El festival de Lollapalooza cerró con un show de Pharrell Williams quehizo vibrar a unas 70.000 personas

El festival de Lollapalooza cerró con un show de Pharrell Williams quehizo vibrar a unas 70.000 personas

Familias y grupos de amigos disfrutaron de shows de música y entretenimientos en escenarios montados en el hipódromo.

 

Unas 140.000 personas disfrutaron el fin de semana de la segunda edición de Lollapalooza Argentina, en el Hipódromo de San Isidro. Anoche, la segunda jornada del festival cerró con otro show vibrante. Una semana después de su homónimo chileno y una antes del de Brasil, Buenos Aires contó con un evento donde la música manda, pero también se viven el entretenimiento y las propuestas ecológicas.

Desde temprano, la gente acudió en buen número al predio, el mismo del año pasado, y cerca de las 17 eran más de 50.000 las personas que daban vueltas por los cinco escenarios del lugar: los dos principales; el alternativo; el electrónico, denominado Perry's Stage, en honor al creador del festival, Perry Farrell, y el consagrado a los chicos: Kidzapalooza.

Grupos de amigos, familias enteras, remeras rockeras y muchas adquiridas en los puestos de merchandising del festival se distinguían en el hipódromo, que parece ser el lugar ideal para este tipo de encuentros. Los espacios para descansar, comer y entretenerse a distancia de los escenarios completaban la oferta del festival.

Ya desde temprano el público disfrutó de muy buena música. Pedro Aznar demostraba no sólo que era el mejor crédito local de la grilla, sino que había preparado un set para la ocasión: bien eléctrico y rockero.

En el escenario alternativo se destacó el trío neoyorquino The Last Internationale; en el segundo escenario principal, Bastille sacaba a relucir su pop brillante y actual.

La jornada se completó con propuestas para todos los gustos. Los años 90 más oscuros, de la mano de Billy Corgan y su banda, The Smashing Pumpkins; el reggae clásico que profesa Damian "Jr. Gong" Marley (sí, un hijo de Bob); el brit-rock poderoso de Kasabian; uno de los DJ más solicitados en todos los festivales internacionales, Skrillex, y los hits bailables de Pharrell Williams, con "Happy" incluido. Para entonces, unas 70.000 personas llenaban el Hipódromo.

Lollapalooza fue ideado en los años 90 por Farrell para despedir a su banda Jane's Addiction, y en este nuevo milenio mutó en un festival con base en Chicago, Estados Unidos, y sucursales en América latina.

Este año desembarcará en Europa, ya que en septiembre se realizará en Berlín. La Argentina se sumó al mapa el año pasado con Lorde, Soundgarden, Arcade Fire y Red Hot Chili Peppers, entre otros. Ya tiene garantizada su tercera edición y, en virtud del crecimiento en convocatoria y en oferta musical, va en camino a convertirse en un clásico de la escena local.

Además de música, en este festival se llevaron adelante otras iniciativas, como Rock&Recycle, un programa que prevé reducir la huella ambiental que produce la realización del show y, al mismo tiempo, generar conciencia sobre la importancia de separar y reciclar los residuos.

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