El festejo de la Nochebuena fue masivo en las dos Villas

El festejo de la Nochebuena fue masivo en las dos Villas
Más de quince mil personas asistieron a los distintos espacios de esparcimiento que se propusieron para la Nochebuena en Villa María y Villa Nueva

Tras el brindis navideño, la segunda etapa de la noche nos convocaba.

EL DIARIO, recorrió los lugares de diversión que hicieron propuestas a las más de quince mil personas que festejaron en las dos Villas.

Nuestra primera parada fue “Polo Night Fest” (situado al lado de “La Negrita”) apuntó a los mayores de 24 años con cierta estética refinada.

Cerca de las cuatro, el grueso de asistentes se acercó al lugar donde una carpa en ele acogía a los que iban llegando.

En uno de los costados de la carpa, se erigió un amplio Living VIP que resaltaba sobre la cancha de polo. Confortables sillones miraban a un espacio central con luces rítmicas.

En otro costado, el escenario esperaba a Cumbia Box.

Observamos cierto retraso en la afluencia de público, creemos que porque la gente de este target llegó muy tarde, no hubo agilidad en la puerta de entrada ya que tenían que entrar con el auto y pagar sus entradas.

Este espacio se destacó del resto por su refinamiento, una edad intermedia y la idea de crear un lugar con cierto glamour.

Mirando hacia el cielo, una luz nos indicaba cuál sería nuestro próximo destino. No eran las “Batiluces”, sino la puesta en escena de Meet Park que sobre la ruta 9, mostraba una puesta de luces y sonidos excelentes (uno de los mejores).

Cabe destacar que el sector del estacionamiento del boliche “Rouge” hacía las veces de pista de baile. Un cuadrante con colgantes lumínicos alentaba el ritmo de los temas de moda, mientras que en otro sector un espacio para la electrónica, convocaba a otra gente. Pasadas las cuatro y media de la madrugada, los chicos seguían entrando hasta desbordar el lugar.

De lo alternativo que quedaba de las propuestas nocturnas, sólo nos faltaba Circus, montado sobre el salón de fiestas Monet.

El sol empezaba a aparecer y la carpa gigante asomaba su cúspide, sin lugar a dudas es lo que todos preveían, el evento con escenografía circense fue el que que más chicos y chicas llevó.

Destacable el montaje exterior, una carpa para temas comerciales y otra para la electrónica. La mayoría de los que disfrutaron de esta iniciativa no pasaba los 21 años y esa fue una de las razones de su masiva convocatoria.

Si bien la gente busca lugares diferentes para las fiestas, quiere encontrar a sus pares en edad y en contexto social y otros concurren también a sus ámbitos tradicionales.

Supper Club mantuvo la media de todos los sábados, así como el “imbatible” Quinoto, su fiel clientela no lo dejó solo y trabajó como un sábado normal, con el agregado de que el cítrico espacio duplica su número en Año Nuevo.

Para el final, lo destacable fue en Aruba Summer que duplicó en números su media sabatina nocturna.

Sin hacer números particulares, se podría decir que todas las ofertas bailables cubrieron sus expectativas, para rondar un cifra de quince mil personas que salieron a sus espacios preferidos, cada uno con sus características y elección por edades, escalafón societario o atraídos por un buen marketing.

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