El PRO festeja la división del peronismo y se prepara para una victoria en la provincia

El PRO festeja la división del peronismo y se prepara para una victoria en la provincia

Esta semana se confirmó el mejor escenario de todos los que alguna vez soñaron Mauricio Macri y María Eugenia Vidal junto a su gurú comunicacional Jaime Durán Barba y el peronismo bonaerense tendrá en las primarias de agosto entre 3 y 4 expresiones en el cuarto oscuro, facilitando el camino para que el oficialismo gane sin transpirar la camiseta e instalando candidatos completamente desconocidos que serán subsidiarios de la Marca Cambiemos en un eventual triunfo, no solo en las PASO, sino también en octubre.

La estrategia de Cristina Fernández de Kirchner de ir por afuera del PJ, dinamitó el último resabio de estructura partidaria que quedaba en territorio bonaerense y a partir de ahora los partidos serán solamente un requisito administrativo de los líderes individuales que pretendan candidatearse.  Lo mismo le paso al radicalismo después del estallido del 2001 y la derrota del 2003 con una atomización ya en pleno desarrollo, un proceso que el peronismo no pudo o no supo evitar.

Del lado del randazzismo por estas horas todos es incertidumbre y mientras algunos dirigentes se entusiasman con la idea de jugar con el sello partidario y desde ahí comenzar la reconstrucción del peronismo de cara al 2019, otros entienden que llegó la hora de dar un giro de timón y bajar de esta aventura que en el mejor de los casos podría terminar cosechando alrededor del 10 por ciento de los votos en las PASO, lo que podría reducirse a la nada en las elecciones generales por efecto del voto útil contra el ajuste del gobierno.

La fuga sería general y hacia diferentes destinos, por lo que según los últimos rumores el espacio "Cumplir" tendría dificultades para completar las listas en algunos distritos y salvo en la segunda, cuarta y sexta, las candidaturas seccionales tampoco llevarían nombres de peso.  Los más optimistas entienden que es un momento para el posicionamiento, los que tienen responsabilidades de gestión como Gabriel KatopodisJuan Zabaleta y Eduardo Bucca, saben que en estas condiciones Florencio Randazzo podría convertirse una mochila pesada, pero por el momento siguen en el barco y confían en que podrán controlar la elección por el peso territorial propio, en desmedro del arrastre de los dirigentes nacionales.

Lo cierto es que con CFK en la cancha, garantizando la polarización y el peronismo divido, el macrismo saca cuentas y festeja porque ya no necesita ni siquiera de la estructura territorial del radicalismo, que en esta coyuntura ve nuevamente peligrar sus lugares a manos de dirigentes del PRO prácticamente desconocidos en el ámbito bonaerense, como Gladys Gonzalez y Facundo Manes, que seguramente será candidata por la UCR sin que los boinas blancas lo elijan.

Se vuelve a ensanchar la avenida del medio

La chance de que el ex ministro enfrentara a Cristina o a sus candidatos en una primaria le daba al peronismo renovador una chance de jugar con "compañeros" y no tener que acompañar la alianza con el GEN de Margarita Stolbizer y su componente  antiperonista que en algunos distritos, sobre todo del interior y algunas zonas del conurbano representan un verdadero problema para Sergio Massa, pero la soledad de Randazzo en la competencia dio vuelta las cosas y ahora muchos de los que jugaban con "el flaco" evalúan tragarse el "sapo" del progresismo y fortalecer la pata peronista del Frente Renovador.

Pero además la división en el FPV movió también el tablero entre algunos dirigentes territoriales que ven diluidas sus chances de posicionarse de cara al 2019 dentro del Frente Unión Ciudadana.  Ese es por ejemplo el caso del ex intendente de Olavarría, José Eseverri, que nunca perdió vínculos con el massismo y hoy pretende ser la esperanza blanca de ese espacio en la séptima sección electoral, en la que todavía es un dirigente importante.

En otros distritos los massistas también se entusiasman con sumar a los heridos del FPV y quebrar la polarización que pretende el gobierno y así recuperar el terreno perdido, a sabiendas de que no es muy amplio del margen de acción posterior si en esta elección no perforan el techo de los 20 puntos.  Mientras tanto las iniciativas de campaña de Massa y Stolbizer como el plan Bajemos los Precios o las denuncias de parálisis del Congreso Nacional no lograron entusiasmar a las multitudes y por el momento son apenas “ruido” testimonial en la etapa de pre campaña.

Pero de todas maneras no se puede negar que la extinción del FPV por decisión de la ex presidenta, abrió un nuevo frente posible para los renovadores que buscarán, antes o después de las PASO arrimarse al randazzismo de cara a las elecciones generales.

 

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