En Ayacucho hay pura conmoción por el femicidio de una enfermera que fue asesinada por su pareja este sábado. Estella Fiorentín, de 40 años, se convirtió así en la víctima número 13 desde que el gobierno nacional decretó la cuarentena obligatoria.

Lo que confirma que la violencia machista no decrece a pesar del aislamiento social y que, por lo tanto, los femicidios se dan principalmente a manos de parejas o personas que viven en el mismo domicilio que las víctimas.

El suceso ocurrió en las primeras horas de este sábado en una zona alejada de la ciudad, en la calle Los Horneros, a pocos metros de la ruta provincial 50.

La policía encontró el cuervo de Estella en su cama. Tenía una almohada en la cabeza y un disparo en la cabeza. El femicida, José Alberto Urtizbiría (60) se suicidó con la misma carabina calibre 22 que mató a la mujer y fue hallado en el galpón de la casa.

La hija de Fiorentín encontró la espeluznante escena cerca de las 7 de la mañana, cuando se despertó. Según el relato de la joven de 18 años, ella se había acostado con auriculares para no escuchar la discusión de la pareja.

El informe policial indicó que se incautaron “otras armas de fuego que había en la casa y los teléfonos celulares de ambas personas en busca de pruebas que determinen las causas del femicidio”.

El hecho es investigado por el fiscal Diego Torres, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción 3 del Departamento Judicial Dolores.

Posterior al impactante hecho, la población local convocó a un ruidazo para reclamar por un nuevo femicidio, el cual encontró gran adhesión de instituciones de la comunidad.

Según datos de la ONG La Casa del Encuentro, el de Ayacucho es el femicidio N° 13 desde que el gobierno decretó la cuarentena obligatoria. Por su parte, Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven” estima que en lo que va del 2020, cerca de 90 mujeres fueron asesinadas.