Felipe VI convocó de nuevo a los partidos para saber si hay candidato

Felipe VI convocó de nuevo a los partidos para saber si hay candidato

España. Los encuentros serán entre el 24 y 25 de octubre. De no haber aspirante, se disuelve el Parlamento y habrá elecciones en diciembre.

En un acto de estado que puede desbloquear la parálisis política al borde de una disolución del parlamento a fines de octubre, el rey Felipe VI anunció que pone en marcha el procedimiento de investidura. La Constitución prevé que el monarca tiene que realizar consultas con los partidos con representación parlamentaria lo que se produciría el 24 y 25 de octubre, la última semana posible porque el 31 se producirá la disolución automática de las Cortes, diputado y senadores.

Pocos días antes debe producirse la postergada reunión del Comité Federal del PSOE para decidir si insiste su rechazo total a Rajoy y el PP o cambia de actitud y favorece un gobierno en minoría de los populares.

Después de la ronda de consultas, el rey debe anunciar si ha encontrado un candidato que propone para que pida la confianza de los diputados y forme gobierno.

El 26-27 se produciría el debate de los legisladores y a continuación el 27-28 la votación por mayoría absoluta que perdería Mariano Rajoy que solo tiene 169 diputados, le faltan 7 para los indispensables 176. Después de dos días se realizaría un nuevo escrutinio por mayoría simple, más votos positivos que negativos.

Como ha reiterado, Rajoy necesita la abstención de once diputados del PSOE para poder organizar un gobierno en minoría, que deberá gobernar acordando medidas con la oposición para evitar que una mayoría los rechace.

Si se puede realizar la alternativa de gobierno en minoría se formaría el nuevo Ejecutivo en los próximos días. Si la investidura es fallida, se disolverán las Cortes y el rey deberá convocar a nuevos comicios, los terceros en un año, para fines de diciembre, aunque el PP ha planteado un acuerdo para que haya elecciones el 18 de diciembre.

La clave de todo este dramático proceso reside en el PSOE, donde una fuerte crisis interna por la actitud ante Rajoy ha quebrado el partido. El titular de la gestora del partido, Javier Fernández, no ha convocado todavía los 300 miembros del Comité Federal para que tomen una decisión.

Pero ya no se puede esperar más. El temor muy consistente con la realidad de la crisis partidaria es que una decisión del Comité Federal favorable a la abstención, no sea acatada por una cantidad importante, aunque minoritaria, de los legisladores socialistas.

Esta rebeldía pone a la orden del día el apartamiento de los rebeldes contumaces pero la fractura se agravaría.

Desde las elecciones del 20 de diciembre de 2015 pasado, la división del 91% del electorado en cuatro bloques ninguno de los cuales suma diputados como para elegir por mayoría absoluta un gobierno, ha creado una parálisis institucional que se repitió en los comicios del 26 de junio.

Mariano Rajoy fue rechazado dos veces por la Cámara de Diputados que le negó su confianza como le había sucedido antes a Pedro Sánchez, candidato socialista. Hace pocos días Sánchez tuvo que dimitir como secretario general al perder una votación crucial ante la máxima dirección del PSOE.

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