"El barrio tiene 1548 departamentos y 48 locales comerciales, es barrio de familias trabajadoras que se ven abandonadas por el Estado provincial y municipal en la seguridad. Algunos vecinos tiene detectados 40 puntos de comercialización de drogas. Salir a trabajar y esperar el colectivo es una aventura donde uno puede perder como mínimo el celular y la billetera. Los patrulleros entran poco o nada al barrio y el barrido municipal es inexistente", explicó Gelay. 

Y amplió: "La deficiente luminaria pública empeora la situación de los vecinos, víctimas de delincuentes".

Asimismo relató que "existe un abandono estructural de tres escuelas en el barrio, las primarias 24 y 28 y la secundaria media 20. El intendente Posse inició un cerco de herrería perimetral al barrio en las elecciones pasadas, y concluidas las mismas el cerco se detuvo para no volver a comenzar. Solo se cumplió con el 50% del mismo". 

"Se desmorona el relato del San Isidro distinto, el abandono y la inseguridad son incumplimiento de los deberes de la función pública", concluyó Gelay.