Una familia reclama por la mala atención en una clínica privada

Una familia reclama por la mala atención en una clínica privada

Es por el tratamiento de una mujer de 73 años que padece cálculos biliares. Son de Villa Mercedes y ahora viven en una casa rodante.

La anciana María Gómez de Ochoa, de 73 años, está internada en el Ramos Mejía hace una semana. Fue trasladada desde Villa Mercedes por cálculos biliares. Sus familiares dicen que la asistencia médica que recibe es mala y como no tienen alojamiento en la ciudad, viven en una casa rodante para poder cuidarla.

  Según contaron sus familiares la jubilada fue derivada para realizarle una extracción de los cálculos que tiene en el conducto del páncreas y del líquido acumulado en la bilis. Pero aseguran que hace una semana solamente le están realizando estudios y su situación empeoró. “Desde que está internada no come, ni se puede levantar sola. Tiene que estar acompañada todo el día", expresó Margarita, hija de María. Los Ochoa aseguran que hay falta de personal y no le brindan un parte médico diario sobre el estado de salud.

 Según la familia, deben estar pendientes y andar en la búsqueda de los médicos para que les den novedades sobre el estado de la anciana. “Hay que ir corriéndolos para que vayan a cada sala y si los vas a buscar se enojan”, dijo María.

 Consultado por El Diario de la República, uno de los doctores que atiende en el Ramos Mejía, Briardo Llorente Ruiz, negó que los pacientes reciban una mala atención médica. "Los atendemos normalmente como deben atenderse", declaró.

 El especialista explicó que si un paciente reviste un cuadro de mayor gravedad, se  cambia el tratamiento o se lo pasa a otro sector para un mayor cuidado. "Voy a interesarme por la evolución de esta mujer y si hay que corregir algo se corregirá", expresó el doctor.

 En casilla

 Al no poder viajar todos los días desde  la ciudad de Villa Mercedes a San Luis, la familia de la anciana se instaló en una pequeña casa rodante en Constitución y Pedernera, a  pocas cuadras del sanatorio. Le pidieron permiso al personal de tránsito y allí viven hace varios días. Cocinan, almuerzan en la vereda, a la sombra de un árbol, se turnan para ir a la clínica y  van a bañarse a una estación de servicio. Tuvieron que pedir permiso en su trabajo para poder estar unos días al cuidado de la anciana. “Comemos  acá afuera y la gente pasa y nos mira. Muchos nos preguntan por qué”, contó Margarita. Dicen que algunos de sus hijos viajan y se quedan 2 días y después tienen que volver a Villa Mercedes.

 Aseguran que la condición de la jubilada se agrava porque además, padece de cáncer de mama, al igual que una de sus hijas. “Yo no puedo cuidar a mi mamá porque también estoy enferma, es peligroso para mi salud”, contó María, otra de las hijas. Ella, junto con su marido, su hermana y algunos familiares colaboran en el cuidado de su madre. La jubilada debe ser traslada a Mendoza para la extracción de líquido en la bilis. María y Margarita dijeron que este tratamiento debían realizarlo en la clínica pero nunca lo hicieron. “No se lo retiran. Tiene todo el abdomen hinchado y no se puede mover",  lamentó la hija. Los familiares reclamaron a Pami para que controlaran la situación pero según la familia, la realidad no cambió.

Comentá la nota