Apenas bajó de la ambulancia que lo trajo desde San Martín, Mendoza, Fabricio Camargo se abrazó con sus padres, José y Norma. Enseguida los abuelos alzaron a su nieto Francisco y fueron a saludar a Rocío (esposa) y la pequeña Alma quienes venían en el otro móvil que el SEMPRO puso a disposición de la familia sobreviviente de la tragedia de la ruta 7. A las 13:05 los dos móviles llegaron al Hospital San Luis donde los cuatro integrantes de la familia fueron revisados por los médicos de la Guardia y dos horas más tarde llegaron a su domicilio del barrio Pringles.

Antes, Fabricio reiteró a los periodistas todo lo que vivió el viernes cuando el ómnibus de la empresa Mercobus en el que viajaban chocó de frente contra un camión de la empresa brasileña ACM, que circulaba en contramano por la autopista a la altura del autódromo José Angel Pena. “Lo más importante es que volvimos los cuatro juntos”, dijo entre lágrimas a la directora administrativa del hospital, Karime Raed, quien le pidió que ingrese para ser atendido.

Su padre, José Camargo (68 años, jubilado de Vialidad Provincial) contó cómo se enteró de la noticia: “Un pariente de mi nuera, Rocío, nos llamó apenas sucedió, pero yo no quería escuchar nada porque estoy grande y tengo problemas de presión. Traté de no darle importancia para no tener una carga de nervios y mi señora después habló por teléfono con gente de Mendoza, pero yo le dije que no me informara nada hasta que no estuviera confirmado. Después vimos la televisión y tuve que tomarme una dosis de remedios para pasar el mal momento”.

A medida que llegaban buenas noticias las cosas cambiaron y así supieron que su hijo, Rocío y los nietos estaban internados y fuera de peligro. El hombre recordó que el mismo viernes, “vino a mi casa el ministro de Inclusión Social, Federico Tula, que se puso a nuestra disposición y mi esposa se trasladó con él y otros funcionarios a San Martín”. Y definió el momento vivido por su familia como, “una hermandad entre los pueblos mendocino y puntano". "Me sorprendió el gesto de la gente de Mendoza. Se comportó de manera espectacular, muy amable. Y por parte del hospital tuvieron una atención médica excelente y muy solidaria porque les han donado de todo: pañales, ropa, comida, zapatillas, leche y azúcar. Además, al chico mío fue a saludarlo mucha gente porque él ayudó a otros pasajeros a salir del colectivo”.

La madre de Fabricio, Norma López, confirmó que “los chicos viajaban para visitar a la hermana de Rocío”. También dijo que apenas se enteró del choque pensó lo peor: “Creí que no los iba a ver más, porque apenas ocurrió el accidente yo les mandaba mensajes y no me contestaban. Hasta que me avisó el director del hospital Perrupato que habían tenido un accidente y que los cuatro estaban bien”.

Sobre la actitud de su hijo de ayudar primero a otros pasajeros, su madre dijo que “no me sorprende que lo haya hecho porque su personalidad es la de un chico muy activo, siempre está a la expectativa”. Y contó que "se quedó muy mal porque no pudo sacar a otra gente".