Falta de mantenimiento y conciencia ciudadana en el dique El Jumeal

Como sucede todos los años en época de verano en nuestra ciudad capital, las fuertes lluvias son las que más abundan, pero también lo que más abunda es la basura y el mal estado del sector que es usado para múltiples actividades.

El dique El Jumeal es una de las grandes obras de la ciudad capital que, por su cercanía del casco céntrico y de las zonas Norte y Oeste, facilita la concentración de los vecinos de la ciudad. Así como también las mejoras en el acceso y los espacios de recreación para los diferentes deportes.

Durante una recorrida por la zona donde se encuentra el  dique, se observó una disminución en la concurrencia de personas, ya que como todos saben, durante los meses de enero y febrero los ciudadanos toman sus vacaciones.

Pero lo que más llamó la atención es la falta mantenimiento, principalmente, en los lugares donde se encuentran los bancos (como se observa en las fotos).

La falta de limpieza por todo el tramo que comprende la senda que es utilizada para correr o caminar, que de hecho no está pintada o demarcada. Relacionado con este tema, durante la tarde-noche, los automóviles se estacionan del lado que, enteoría, está destinado para el tránsito de peatones.

Con la incorporación de los nuevos contenedores que, si bien de alguna manera facilitaron la concentración de basura, aún así, según las quejas de los visitantes, “las personas vienen a comer durante la noche y dejan basura tirada en cualquier lugar”.

Efectivamente, la basura, especialmente envases descartables, se encuentran por todos lados. Sumado a la falta de mantenimiento de la maleza en algunos sectores, los malos olores que emanan de los contenedores y de los restos de comida en los bancos aportan su cuota para hacer de este paisaje un baldío.

 

 

El lugar de las previas

Otra de las quejas más frecuentes por parte de la sociedad catamarqueña es que el dique es utilizado para realizar las previas a los boliches, retirándose del lugar muchas veces al mando de vehículos sin conductor designado, lo cual se convierte en una verdadera amenaza. Del mismo modo, cuando los boliches bailables cierran sus puertas, estos visitantes regresan para continuar con la diversión hasta las primeras horas de la mañana, cuando muchas personas realizan actividades físicas.

Durante el año pasado, desde el municipio capitalino se montó una campaña para realizar trabajos de limpieza en el lugar, pero todavía se espera crear mayor conciencia en los vecinos.

Tener este dique y todo su entorno natural tan cerca de la ciudad es un privilegio que muchas provincias querrían tener.

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