La falta de financiamiento detuvo al 20% de las obras privadas

La falta de financiamiento detuvo al 20% de las obras privadas

Cerca de 100 proyectos fueron interrumpidos hasta que el escenario económico "se aclare". Entusiasmo por el reinicio de la actividad con una mirada cautelosa hacia la segunda mitad del año. Incentivos fiscales, una ayuda clave para el sector.

A tres semanas de reiniciada la actividad de la construcción en obras privadas, sólo el 80% de las 573 que fueron autorizadas por el municipio volvieron a trabajar, mientras que el restante 20% se puso en pausa a la espera de que el escenario económico se “aclare” y el financiamiento vuelva a aparecer en la ecuación.

La situación del sector fue advertida por el presidente del Centro de Constructores y Anexos de la ciudad, Leonardo Tamburini, quien aseguró a LA CAPITAL que la puesta en marcha los mantiene “entusiasmados”, pero trabajando en miras de una segunda mitad de año que se avizora “complicada” de no contar con incentivos fiscales que fomenten las inversiones en la construcción.

“Tenemos un gran entusiasmo por habernos puesto en marcha y eso está bueno. Además, muchas obras arrancaron, hablamos de un gran porcentaje de más del 70, 80%. Después hay un remanente que, por falta de financiamiento y a la espera que la situación se aclare, prefirió parar”, señaló el arquitecto.

Según los datos oficiales de la secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, desde que Mar del Plata recibió la autorización de habilitar las obras privadas el 11 de mayo, se recibieron 628 solicitudes de reinicio, de las cuales solo se dio el visto bueno a 573.

La información aportada por el presidente del Centro de Constructores local advierte, entonces, que cerca de 115 obras privadas en la ciudad quedaron paralizadas por la situación económica, mientras que la comuna tiene registradas 75 obras inactivas.

De todas maneras, según indicó Tamburini, muchas de las empresas que decidieron interrumpir provisoriamente los trabajos son firmas de origen marplatense cuya actividad principal hoy “no está generando utilidades”. Sin los mismos niveles de ingresos que antes, el excedente que se volcaba al ladrillo o no está o se decide guardar hasta la inversión sea terreno seguro.

“Algunas quizás terminen el hormigón y esperarán hasta nuevo aviso o pararán hasta fin de año para ver cómo aclara y cómo reacciona la economía después de la pandemia”, aclaró.

Para Tamburini el “verdadero termómetro” de la construcción se verá en los próximos meses y está estrictamente vinculado a la cotización de nuevas obras, algo que escasea por estos momentos y prende todas las alarmas del sector.

“Hoy lo que se está haciendo es poner en marcha obras anteriores y alguna que otra obra para cotizar, pero en líneas generales no se ve una demanda grande por ese lado y ahí es donde tenemos la sensación térmica de lo que va a pasar”, advirtió

Incentivos fiscales

Si bien Tamburini aseguró que la reanudación total de la actividad está supeditada a la salida definitiva de la cuarentena, el empresario también señaló que, al igual que muchas actividades afectadas por la pandemia, la recuperación precisará “incentivos fiscales” para amortiguar el impacto que generó el freno en la economía.

“Ya estamos trabajando a nivel nacional con lo que va a ser el día después de todo esto y ver cuáles van a ser los incentivos para poder generar instrumentos que puedan motorizar la construcción”, señaló.

En este sentido, explicó que a través de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), en donde la Centro de Constructores de la ciudad tiene participación, se solicitó al Gobierno nacional diferentes incentivos, entre los que se encuentra la desgravación de Ganancias por ocho años en la construcción de viviendas para alquiler. Algo que, aseguran, abarataría costos y podría impulsar las obras en el sector.

“El componente impositivo que hoy tiene la industria es del 52%. Este es un aspecto en el que realmente hay que trabajar junto al Estado. Para seducir al inversor y que éste apueste a la construcción, hay que bajar la carga tributaria”, indicó. Y agregó: “El incentivo debe ser netamente impositivo”.

Tamburini también arriesgó otra medida que podría fomentar el sector, y por ende el trabajo: destinar un porcentaje de lo recaudado en concepto de blanqueo de capitales a la construcción.

“Si sólo un 5% viene al sector de la construcción, podríamos hablar de 5 mil millones de dólares, hay trabajo por tres años”, señaló y aseguró que la ciudad sería una de las más beneficiadas en el país. “Ese dinero iría a Capital Federal, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Bahía Blanca, Neuquén y Mar del Plata; son lugares que podes potenciar con la construcción”, indicó.

El arquitecto también planteó otra necesidad: moratorias y a tasas bajas. Según detalló, “más del 50% de las empresas no recibieron el ATP y, además, muchas están generando una gran deuda fiscal”.

“En síntesis, estamos viendo un último trimestre complicado con obras con falta de financiamiento pero también vemos una real oportunidad del sector producto de la disminución de los costos. Ahí me parece que hay una situación que hay que empezar a trabajar”, concluyó.

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