“La falta de federalismo se ha vuelto un problema repetitivo”

“La falta de federalismo se ha vuelto un problema repetitivo”

Luego de las elecciones legislativas, el presidente Mauricio Macri lanzó un paquete de reformas “estructurales” que apunta a modificar la relación entre el poder central y las provincias. 

En ese marco, el ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano, se alejó de los grises y de las frases hechas, para dejar una definición política fuerte. “La concentración de poder y la falta de federalismo es el problema más grave que tiene el país. Si se lo propone, Macri tiene una gran oportunidad para resolverlo”.

En su luminosa oficina del edificio del Ministerio de Finanzas, frente al parque Sarmiento, Giordano se entusiasma al hablar de un tema que le preocupa desde que dio sus primeros pasos como economista: la organización política del país.

“Hay una contradicción entre lo que establece la Constitución Nacional y la realidad. La Constitución dice que la mayor parte de los recursos debe ir a las provincias y a los municipios. Esto es así porque el Estado nacional tiene funciones más acotadas, como la defensa y la diplomacia. Esa es la organización política del país, pero cuando uno mira cómo se reparten los ingresos, se encuentra con una pirámide invertida: la Nación se queda con la mayor porción de recursos”.

 

–¿Qué problemas acarrea esta situación?

 

–Varios. Una gran concentración de recursos en Capital Federal y Buenos Aires. Prueba de esto son los subsidios a los servicios públicos. Allá los paga el Estado nacional. En el interior, la gente. Como la Nación concentra tantos recursos, ningún Gobierno ha resistido a la tentación de avanzar sobre competencias de las provincias. Hemos naturalizado que la Nación haga cordones cuneta, polideportivos, escuelas y campañas de vacunación. Todas responsabilidades de las provincias. Los distintos gobiernos nacionales lo hacen, con el argumento de que las provincias lo hacen mal. Esa supuesta falta de eficiencia es porque el poder central se queda con la mayor porción de la recaudación.

–A veces también hay superposición de programas.

–Exacto. Ese es otro de los problemas cuando la Nación asume funciones que no le competen. Además, se diluyen las responsabilidades y los controles. Después vienen las acusaciones cruzadas entre funcionarios nacionales y provinciales. El mayor problema que tiene el país, diría desde su independencia, es la falta de federalismo y esa gran concentración de poder económico que tiene la Nación, que muchas veces se utiliza para doblegar voluntades políticas. Esto fue más evidente durante el kirchnerismo, pero se vuelve repetitivo y es una mala práctica que continuará si se mantiene este centralismo.

–¿Cómo se cambia esta situación?

–Es difícil si le dejamos esta organización a cualquier Gobierno. Nadie de abstrae de la tentación de caer en estas prácticas. Los funcionarios provinciales y los intendentes tenemos que viajar cotidianamente a Buenos Aires para resolver problemas. El argumento es siempre que las provincias no administran bien. Puede ser que en algunos casos sea cierto, pero no creo que ese sea un motivo para seguir manteniendo este centralismo y esta concentración económica. Hay que ser más federales.

–¿Lo hablan con los funcionarios macristas?

–Sí. Este Gobierno escucha y eso es un logro. En general, te dicen que la Nación no puede resignar recursos. Yo creo que al poder central le faltan recursos porque asume funciones que les corresponden a las provincias. Cuando la Nación se ocupe de lo que realmente le corresponde, le sobrarán fondos. Qué sentido tiene que exista una Secretaría de Hábitat que se encarga de hacer cordones cuneta y polideportivos. La funcionaria que está a cargo de esa secretaría ( Marina Klemensiewicz) vino a Córdoba para la campaña y todas las localidades que visitó son administradas por Cambiemos. Es la tentación de la que hablé antes. Se debería repensar un nuevo Estado nacional, que no sustituya a los gobiernos locales.

–¿Nota algún intento de este Gobierno nacional?

–Este Gobierno tiene una gran oportunidad para romper este centralismo, si se lo propone. Hay un clima de diálogo que valoramos, aunque debería ser lo normal. Lo anormal fue lo que sucedió durante el kirchnerismo. Pero es muy tentador manejar ese enorme presupuesto desde Capital Federal. Eso te da mucho poder, pero no ayuda. No puede ser que un funcionario de tercer nivel haga esperar a un gobernador dos horas para una audiencia. Debatimos si el Estado cobra más o menos impuestos, cuando, en realidad, el tema es que el Estado funciona mal. Porque están centralizadas las funciones y nadie se hace cargo de los malos resultados.

–¿Y por casa como andamos? Intendentes opositores acusan de lo mismo a la Provincia.

–Esa crítica es exagerada e injusta. Aunque creo que las provincias también deben descentralizar. En Córdoba, se han pasado muchos programas a los intendentes, se bajó la carga patronal a los municipios y está la Mesa Provincia-Municipios, donde se discuten todos los temas. Aún hay mucho por hacer. En otras provincias, tal vez más, pero en Córdoba avanzamos en la descentralización.

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