"Miente, miente, que algo quedará", es una frase que Plutarco atribuye a un consejero de Alejandro Magno. Según cuenta, ordenaba a sus secuaces que sembraran confiadamente la calumnia, diciéndoles que cuando la gente hubiera curado su llaga, siempre quedaría la cicatriz.
Al parecer, el intendente Facundo López le tiene más miedo a la prensa libre que Don Ramón al señor Barriga. Por estos días se lo ha escuchado emitir descalificaciones y agravios a candidatos, concejales de la oposición y medios independientes con un lenguaje y actitud que roza la violencia sorprendiendo incluso a sus propios partidarios.
López ha invertido unos cuantos millones de pesos en los medios de comunicación tanto locales como de alcance nacional y últimamente en publicidad en YouTube. El objetivo: el manejo discrecional de la información.
Llegó al colmo de censurar y tirar todo el poder de fuego del municipio contra un grupo de adolescentes que como parte de una tarea escolar, hablaron de la falta de insumos en los hospitales públicos y organizaron una colecta solidaria para colaborar.
A pesar de los esfuerzos por mostrar una administración eficiente y un municipio ordenado, que cubre los servicios que requieren sus habitantes, inevitablemente la gestión se comunica sola. Aunque se niegue, se desmienta o no se reconozca, lo que falta, se hizo mal o no se hizo, tarde o temprano el relato choca con la realidad.
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