Un sorpresivo regreso a las canchas sindicales de Julio De Vido evitó un paro de transportes que, combinado con la huelga bancaria de este jueves, habría ensombrecido el extenuante pero exitoso cierre de las negociaciones con el Club de París. El jefe de Planificación aprovechó para esmerilar en esa gestión a su adversario interno Florencio Randazzo, alineado como está con la precandidatura presidencial de Daniel Scioli. El debut público de Juan Carlos Fábrega, vivado anteayer por el establishment en el hotel Alvear, también quedó eclipsado por el pacto parisino de Axel Kicillof. Pero el banquero central, aun al costo de admitir que la devaluación no fue forzada por Shell sino decidida por el Gobierno, consiguió disipar las versiones de su renuncia que agitaron febrilmente operadores de la City durante todo mayo.

El pacto con el Club de París es el penúltimo capítulo del obligado giro al pragmatismo que emprendió Kicillof en los seis meses de gestión que cumplió el martes. Su efecto positivo más inmediato no fue mencionado por el ministro por su alta sensibilidad política, pero sí introducido por el economista Arnaldo Bocco, su nexo con el Vaticano y a la vez el padre del subsecretario de Financiamiento. Se trata de una carambola de billar: cerrado el pleito con las 16 naciones ricas acreedoras, la Argentina ganó chances de conseguir un fallo favorable de la Corte Suprema estadounidense el próximo 12 de junio en el interminable juicio de los fondos buitres para cobrar un dinero que jamás prestaron. El último y más difícil capítulo de la reconciliación del kirchnerismo con los mercados.

¿Cómo es esa carambola? Sencillo. Si bien no lo hizo hasta ahora, la Corte le pedirá opinión antes de expedirse al Procurador General del Tesoro de Barack Obama. Y si bien tampoco tiene la obligación de obedecer, la historia muestra que lo hizo en casos similares. Solucionado el default con el Club, la Procuración ya no tiene motivos para expresarse contra el país. Por eso Kicillof eligió quedarse en París y negociar durante casi 20 horas seguidas antes que pedir un cuarto intermedio que habría aplazado el entendimiento hasta después de la audiencia judicial que tiene en vilo a la City.

En Economía saben que el acuerdo hará salir más dólares que los que atraerá de forma directa durante el año y medio que le queda a Cristina Fernández en Olivos. Pero aseguran que si se resuelve el juicio de los buitres, lograrán abaratar sensiblemente el fondeo para empresas como YPF, que dos meses atrás pagó un interés del 8,75% anual por hacerse de u$s 1.000 millones. Petroleras de similar porte y sin la garantía de repago que supone Vaca Muerta pagan en el mundo no más del 2,5%, mientras que a la Panamerican Energy de los hermanos Bulgheroni no le cobran más del 4%, libre del “riesgo estatal” del que reniega Miguel Galuccio. El cálculo salió de boca del viceministro Emmanuel Álvarez Agis en una reunión a la que fueron convocados este jueves por la tarde economistas del oficialismo, incluyendo a quienes conspiran contra Kicillof en despachos reservados que Amado Boudou mantiene en el Banco Nación.

Rating y realpolitik

El miércoles, el productor Adrián Suar encabezó una cumbre de emergencia en Artear (Canal 13) para evaluar la caída en el rating de dos programas que pensaba claves para influir en la previa de la campaña presidencial: el de Jorge Lanata y el de Marcelo Tinelli. Mientras se apresta a concretar su propio desmembramiento (menos cruento de lo que habría deseado el kirchnerismo), el Grupo Clarín hizo sonar todas sus alarmas ante la evidencia de que un show de cocina volvía a imponerse sobre Periodismo Para Todos, el ciclo del fundador del diario Crítica de la Argentina. Tampoco cumple con las expectativas del holding el desempeño de Bailando por un Sueño, mejor posicionado ante la audiencia que el ciclo periodístico pero también mucho más costoso. Son datos que siguen minuto a minuto los precandidatos presidenciales, en una campaña prematura donde los negocios y las encuestas se imponen más que nunca sobre el debate de ideas y las plataformas electorales.