Se extiende el veto al burkini en una Francia con la tensión a flor de piel

Se extiende el veto al burkini en una Francia con la tensión a flor de piel

El alcalde de Córcega prohibió el traje que tapa todo el cuerpo de la mujer luego de que se registró una pelea entre jóvenes corsos y familias musulmanas; crece la violencia racial

 

 Estimulada por la amenaza terrorista y todo tipo de fantasmas, pero sobre todo por un clima político desastroso e irresponsable, la tensión racial aumenta vertiginosamente en Francia, poniendo en peligro la paz social.

El último episodio se produjo en los últimos dos días en la ciudad corsa de Sisco, donde un enfrentamiento entre nativos de esa isla mediterránea y miembros de la comunidad musulmana terminó con cinco personas en el hospital y la decisión del alcalde de prohibir a su vez el uso del burkini, siguiendo el ejemplo de su homólogo de Cannes.

Todo comenzó con una pelea, desencadenada -según testigos- por la estúpida idea de un turista de tomar fotos de mujeres en burkini que hacían un picnic cerca de la playa, lo que despertó la ira de sus maridos, que lo atacaron a piedrazos. La escena fue filmada por un adolescente de Sisco, que, a su vez, recibió un golpe en la cara. Él y sus amigos llamaron entonces a los adultos del pueblo, que llegaron en cantidad.

Al grito de "¡árabes de mierda, ésta es nuestra casa!", replicados por "¡basura de corsos, nosotros también vivimos aquí!", detrás de los insultos siguieron las piedras, los botellazos, el incendio de los tres autos de las familias musulmanas -residentes en la ciudad corsa de Bastia- y cinco personas en el hospital, con heridas más o menos graves. Anoche, sin embargo, todos habían sido dados de alta.

Hasta ayer, la policía interrogaba a todo el mundo y constataba que las versiones difieren totalmente unas de otras. "Hay algo que es seguro: las cosas no fueron tan espectaculares como aseguran las redes sociales, que llegaron a hablar de un ataque de magrebíes «con cuchillos y machetes»", afirma un miembro de las fuerzas del orden locales.

Las dudas no impidieron al alcalde de Cisco, Ange-Pierre Vivoni, adoptar ayer un decreto municipal que prohíbe el burkini en su comuna, y siguió así el ejemplo de su par de Cannes, David Lisnard, que la semana pasada cosechó violentas críticas de las ONG de derechos humanos por esa razón.

La cuestionada medida fue, sin embargo, ratificada por la justicia francesa. En su argumentación, el tribunal administrativo de Niza estima que "en el contexto de estado de emergencia y los recientes atentados islamistas (...) la utilización de signos religiosos ostensibles, en este caso manifiestamente de confesión musulmana, (...) es susceptible de crear o exacerbar las tensiones (...) y alterar el orden público".

Las ONG anunciaron su intención de apelar. Por su parte, el Consejo de Estado, la principal jurisdicción administrativa de la república, debe pronunciarse antes de mañana sobre el fondo del caso.

Búsqueda de votos

En Córcega, las dudas de la policía tampoco impidieron que la federación local del partido Los Republicanos echara leña al fuego al publicar un comunicado de una violencia inhabitual. En una desesperada búsqueda de votos de la extrema derecha para las elecciones del año que viene, el partido conservador del ex presidente Nicolas Sarkozy apoyó "sin reserva" a los jóvenes, "personas sin historia, que debieron afrontar a un grupo de bárbaros islámicos armados hasta los dientes".

En pleno delirio popular, con amenaza de operaciones punitivas al barrio de Lupino, en Bastia, donde residen las familias musulmanas, el presidente del Consejo Ejecutivo de Córcega, Gilles Simeoni, así como el presidente de la Asamblea de la isla, Jean-Guy Talamoni, lanzaron un llamado a la calma.

"Es absolutamente necesario evitar una escalada y toda lógica de chivo expiatorio", advirtieron. Y condenaron toda reivindicación comunitarista o religiosa.

Las escenas de este fin de semana y las tensiones raciales no son nuevas en Córcega, que -según el último informe de la Comisión Nacional Consultativa de Derechos Humanos- obtuvo en 2015 el primer puesto de actos antimusulmanes en Francia.

"Los velos no existían en Córcega hace cinco años. La gente tiene dificultades para habituarse. Eso no quiere decir que sean abiertamente racistas", reflexiona un edil de la isla. A su juicio, lograr el apaciguamiento es vital.

Pero agrega: "Con la vergonzosa manipulación actual de los políticos, nada parece poder detener el engranaje".

Comentá la nota