Por la escalada del dólar y la cotización del crudo, que ayer alcanzó los 74 dólares, se pronostica que los combustibles no tardarán en subir. No obstante, por el actual contexto económico que atraviesa el país y la sensibilidad social que provoca una decisión de estas características, no existen precisiones de cuánto sería el aumento pese que las petroleras reconocen un retraso del 10 por ciento.

“No hay mucho para analizar. De persistir estas variables un ajuste parece inevitable”, reconoce el Presidente de CECHA, Carlos Gold. Claro que la ecuación no resulta tan lineal si se tiene en cuenta que el 60 por ciento de las ventas le pertenecen a YPF y que esta condición le permite actuar de regulador del mercado, como sucedió a principios de mes cuando otras compañías debieron amoldar sus pizarras a las de la estatal.     

En este contexto, mientras se define que sucederá con los precios, Gold afirma que se están generando situaciones perjudiciales para los expendedores. “YPF tiene el grifo abierto, pero las demás empresas impusieron restricciones a la compra ilimitada de gasoil. Es la manera de compensar el déficit que les provoca no actualizar los valores en el surtidor”, señaló    

“Entregan el mismo volumen que el año anterior y los que necesitan más les cobran una adicional o los pasan al canal mayorista que es más caro”, advirtió el directivo. “Esta situación sitúa a los estacioneros en desventaja frente a los que comercializan el producto de YPF”, expresó.

Y si bien reconoce que la entidad que conduce realizó gestiones para que las petroleras no persistan en esta práctica, asegura que la respuesta fue tajante. “En estas condiciones es imposible, fue la contestación que nos dieron”, sostuvo Gold.

El titular de CECHA admitió también que resulta preocupante la caída del consumo. “Aún no hay datos oficiales, pero en marzo hubo una disminución de los despachos y en abril continúa la misma tendencia declinante”, concluyó.