Exigen subas de al menos 30% los sindicatos que aplazaron sus paritarias

Varios gremios negocian aumentos tras haber acordado sumas puente o adelantos en el primer trimestre
Si la paritaria fuera un partido de fútbol, el segundo tiempo estaría por comenzar. Y para algunos gremios, el resultado parcial es una victoria pírrica. En tren de no quedar atrás a nte la escalada inflacionaria , la mayoría de los sindicatos que negoció salarios a comienzo de año apeló a un pago a cuenta o a una suma puente para postergar la paritaria y convenir los aumentos anuales en un escenario más claro y previsible. Pero ese tiempo de aplazo caducó y ya es momento de renegociar. Y los reclamos, como sucedió en enero, no bajan del 30% .

Lejos de haber ganado certezas, siete de los ocho sindicatos que reabrirán en el corto plazo sus paritarias tienen una postura tan dura como a comienzos de año. Si entonces la devaluación del peso y la inflación nublaban con incertidumbre las negociaciones, ahora habría que sumarles el impacto en el bolsillo de los trabajadores del alza de las tarifas en los servicios de gas y agua.

Con acuerdos casi idénticos, la Federación de Aceiteros, La Bancaria y los choferes de larga distancia de la UTA postergaron en enero su pulseada salarial. Los dos primeros gremios ya activaron la renegociación con pedidos de aumento que oscilan entre 40% y 30%, respectivamente. Es decir que no tomarían como referencia la pauta del 26,5% que trazó la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el gremio que conduce el jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló.

"Pretendemos llevar el sueldo básico a $ 10.500. Hoy estamos en $7564, así que pediremos un 40%", dijo a LA NACION Adrián Dávalos, secretario gremial de los aceiteros. La Federación había acordado en enero el pago a cuenta de una suma puente de $ 1900 para la categoría más baja y de $ 2100 para la más alta.

La Bancaria había acordado una suma de $ 3000 ($ 1200 son no remunerativos) por el primer trimestre y la semana pasada se trabó la negociación para el trato anual. La paritaria se empantanó tanto que pasado mañana la cúpula del gremio podría adherir al paro nacional que convocaron las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo para el jueves.

"El aumento será acorde a la suba de los precios en los supermercados", dijo a LA NACION Eduardo Berrozpe, secretario de prensa de La Bancaria. Su mensaje fue una salida para evitar dar precisiones sobre el porcentaje de suba por demandar. Pero la postura del gremio se endureció, en un comunicado en el que se mencionan "inesperados e inexplicables obstáculos" para acordar. Firmado por el secretario general, Sergio Palazzo, el mensaje continúa así: "Nada puede justificar esos obstáculos cuando el sector [empresario] ha obtenido en el último ejercicio una rentabilidad superior al antecedente, cuando no ha habido límite razonable para los formadores de precios, cuando el acuerdo vigente venció el 31 de diciembre, cuando una parte sustancial de nuestros salarios es afectada por el injusto impuesto a las ganancias".

Con los colectiveros de la UTA tampoco se vislumbra un acuerdo inmediato. En febrero logró $ 1200 de adelanto. "Esto nos permitirá elaborar una propuesta para la paritaria final", sostuvo por entonces Roberto Fernández, líder de la UTA y nuevo aliado de Moyano y Barrionuevo. Sin embargo, la negociación se retomará a fines de mes y no hay aún proyecciones sobre porcentajes. "Hoy no sabemos de cuánto será la inflación de mayo", dijo a LA NACION un jerárquico del gremio. Y descartó anudar un trato de entre 26,5% y 29%, como cerraron la UOM y los albañiles de la Uocra. "Esas son negociaciones salariales que responden más a un ordenamiento político que a la necesidad de los trabajadores", diferenció el dirigente.

Los cuatro gremios ferroviarios firmaron hace dos semanas una suma fija mensual de $ 1100 a $ 2500, según la categoría, por el primer trimestre del año. El porcentaje de la suba anual se definirá el 15 de mayo, cuando los sindicatos, los empresarios y los representantes del Estado vuelvan a negociar.

Entre los ferroviarios, la voz cantante la lleva Omar Maturano, jefe de la Fraternidad y uno de los impulsores del paro del jueves. Maturano contemplará en el nuevo pedido la inflación y las subas en las tarifas de agua y de gas. Su exigencia no sería menor al 30 por ciento. Pero distinta sería la postura de Sergio Sassia, de la Unión Ferroviaria, un gremio alineado con la Casa Rosada. "Sería apresurado precisar el porcentaje que podríamos cerrar en mayo. Estamos muy conformes con el acuerdo que logramos", dijo Sassia a LA NACION.

Sólo a partir de ahora se sabrá si la postergación de las negociaciones salariales fue una vía de escape exitosa ante la inflación y la inestabilidad económica que dominó el arranque de 2014. A los sindicatos que dieron el campanazo de largada a las paritarias del año les toca ahora jugar el segundo tiempo..

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