Exégetas y justificadores: Cotillo, Arabel y Belloni califican tan bien a Máximo, que parece una burla

Exégetas y justificadores: Cotillo, Arabel y Belloni califican tan bien a Máximo, que parece una burla

 En el tránsito hacia la obsecuencia debida, comenzaron a aparecer en Santa Cruz, las voces condescendientes con el candidato mudo del FPV en Santa Cruz.

 El Vicegobernador, el Intendente de El Calafate y un diputado, explican del hijo presidencial lo que él no dice y ven en el candidato, lo que carece. Esta suerte de relato para construir una imagen ideal, tiene su contrapartida: la realidad y los medios que les pinchan el globo. Son tan exagerados en la forma de alabarlo y dotarlo de condiciones inmerecidas, que suena a burla o a un a tomada de pelo. (Por: Rubén Lasagno)

Como estaba previsto que ocurra, luego de conocido el lanzamiento de Máximo Kirchner como diputado nacional por Santa Cruz, se largó la carrera de los funcionarios por ver quien habla mejor del hijo pródigo y cada uno le cuelga alguna condición más, le encuentra un valor invisible o le suma alguna habilidad inexistente. Esto va encadenado con el eco repetitivo que le prestan los medios de la cadena de la alegría en Santa Cruz, que cortan y pegan los comunicados de estos “operadores de la palabra”, ya que sus generadores, ni siquiera se dignan a decirlo en una entrevista, sino que mandan un parte de prensa y todos replican textual cada palabra y cada fotografía que reciben. El problema, para los aduladores a sueldo, es que el sujeto no tiene historia y construírsela de la nada, es mentir y engañar.

Quiero citar un fragmento del poema, de autor anónimo, que dice: “Un hombre sin historia es un libro sin letras. Cuál es su historia? dónde está escrito lo que ha vivido?. Son solo huellas que se han borrado que nadie ha visto?. Qué triste historia, sin pena ni gloria, si no se ha escrito nada de malo y nada de bueno…”.

Este es el principal problema de Máximo Kirchner, la ausencia de historia personal, más allá de ser hijo de dos presidentes, tener una buena posición económica, no haber aprovechado las oportunidades que le dio la vida para superarse, ser alguien reconocido por sus cualidades académicas o por su labor profesional, haberse destacado como empresario o en el campo social y no solo eso, sino que Máximo ni siquiera puede llenar un curriculum con su historial de trabajo.

Máximo es un joven (ya no tan joven), que hizo la plancha en un mundo intrafamiliar que le brindó “todo servido” y sus amigos más cercanos, recuerdan que cuando vivía en Buenos Aires, su madre, siendo senadora, antes de salir todas las mañanas para el Congreso, le dejaba 200 pesos (cuando la plata valía) sobre la mesa del living, para que aquel joven que recién abandonaba su adolescencia, no estudiaba y le complicaba la vida a sus padres con las malas juntas que frecuentaba, no tuviera apremios cada día y pudiera enfrentar la calle con los bolsillos llenos, ayudándole a satisfacer todos sus caprichos.

Por ese motivo, es muy difícil “llenar de historia” a un hombre común, a quien se lo puede identificar técnicamente como un vago (no estudia y no trabaja) y al cual es imposible promocionarlo como un erudito o un luchador de la vida, un militante social o un trabajador empedernido, simplemente porque nunca lo fue, porque nada hizo y su pasado es un libro sin letras, como dice el poema.

Mentidero

El FPV en Santa Cruz, a instancias de una orden de Carlos Zannini, arrancó con su operativo clamor en favor de Máximo y cada uno de los ya identificados como integrantes del mentidero oficial, hicieron sus primeros deberes emitiendo a los medios que conforman la cadena de la alegría, sus partes de prensa, donde hablan de Máximo como el gran “estadista” y lo adulan con frases como las que siguen:

Fernando Cotillo (Vicegobernador)

- (Máximo) “…tiene un conocimiento acabado de todo pese a no visitarnos y no conocernos. Viene a desenmascarar a aquellos que han tenido un concepto erróneo de él. Ha militado mucho y tiene una presencia”.

- “no creo que lo del PJ, haya sido para allanarle el camino, porque Máximo pasa por su propio mérito”.

Javier Belloni (Intendente de El Calafate)

- (Máximo) “…va a garantizar la renovación y la profundización del modelo”

- “Máximo será un referente clave en la Argentina que viene y él ha elegido comenzar esa carrera desde Santa Cruz…”

- “Máximo representa la incorporación a la política de miles de jóvenes que en 2001 habían dejado de creer en la política…”

Jorge Arabel (Diputado El Calafate)

- (Máximo) “…es una garantía para los santacruceños, ya que nadie mejor que él conoce cuáles son las políticas vinculadas a Santa Cruz que deben continuarse desde el orden nacional”.

- “… hay temas en los que no se puede improvisar y que nadie mejor que Máximo Kirchner sabe cómo defender”.

Falacias y devoluciones

Quiero decir que como lector, como audiencia y como ciudadano crítico, las palabras descomedidas, las frases ampulosas y las condiciones exageradas que le pitan a Máximo, raya en la burla, más que en la adulación. Está claro que el hijo de la presidenta, podrá ser un buen muchachos, quizás, pero el agregado suntuoso de condiciones invisibles del personaje que crea la militancia K y su elevación a niveles metafísicos de sus dotes políticas, bajan el nivel de seriedad de la propuesta y lo colocan casi en el ridículo y el hazmerreír de aquellos que, finalmente, debe convencer para que lo voten.

Para terminar esta nota, a la que seguramente le sucederán muchas más, cada vez que nos pongamos a analizar al novel candidato que emerge como sus padres, desde las frías tierras del sur, me gustaría hacer dos observaciones:

Primero, llamar la atención sobre las palabras de Cotillo cuando, hablando de Máximo, dice que “tiene conocimiento de todo, pese a no conocernos ni visitarnos” (¿?). El vicegobernador entra en una total contradicción cuando afirma negando; porque mientras le otorga al hijo presidencial, la potestad de la piedra filosofal, señala que no conoce a la sociedad santacruceña y ni siquiera “nos visita”. Incongruente y válido para explicar a través de las propias palabras de Cotillo, la falacia del discurso armado para entronizar a su candidato sin historia.

En segundo lugar, habrá que ver si Máximo durante su campaña, viaja a Caleta Olivia para apoyar a Fernando Cotillo a la Intendencia, luego de ver cómo dejó la ciudad, junto con su alternancia política, el actual intendente José Córdoba. Habrá que ver si Máximo le devuelve al vicegobernador, las mismas atenciones en zona norte, apoyando su candidatura, elevando sus condiciones de gestión y haciendo una elipsis en temas tan álgidos como la corrupción durante su mandato, el sumidero de fondos nacionales en que transformó a la municipalidad de Caleta Olivia mientras la administró y las denuncias de malversación de fondos que pesan sobre el presidente de la HCD de la provincia.

Finalmente, habrá que ver si Máximo logra revertir el malhumor de la gente de Caleta Olivia y transformarlo en votos a su favor y a favor de Fernando Cotillo, cuando logre explicarles, por qué hace 20 años que no tienen agua y siguen habitando una ciudad “seca” y maloliente, luego de los sucesivos gobiernos municipales de Cotillo y Córdoba, que hoy vuelven a proponerse como continuidad del mismo desastre que provocaron en sus respectivas gestiones, como representantes del FPV, que el mismo Máximo impulsa y trata de revitalizar en Santa Cruznes.

Si Máximo logra explicarle esto a la gente de Caleta y apoyar a Cotillo a obtener la beca municipal por 4 años más, el milagro se habrá hecho. Solo dependerá de la población de Caleta Olivia que tanto Cotillo como Máximo, estén en el lugar al que pretenden llegar, pidiéndoles el voto (una vez más) con mentiras y engaños, como ha sido de práctica en la fábula krichnerista de toda campaña electoral, donde hablan los animales, para representar una historia ficticia que pueda digerir quien tienen en sus manos, el voto. 

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