El campeón defensor volvía a hacer su presentación en su plano predilecto: el internacional. Ya sin chances en el campeonato local ni la Copa Argentina (fue eliminado en su debut), River se presentaba en la dificultosa altura de Quito -2.850 metros sobre el nivel del mar- en busca de sellar su clasificación a los Cuartos de Final frente a la Liga dirigida por Luis Zubeldía.

Sabiéndose en ventaja por el 2-0 obtenido en la Ida, el Millonario salió a disputar el encuentro con suficiente inteligencia: buscando el gol de visitante que lo dejara con un pie y medio en la siguiente fase (así obligaba a su rival a tener que marcarle al menos cuatro) y cuidando el cero. Fue antes del minuto de juego cuando casi sorprende con un remate a media distancia de Leonardo Pisculichi que fue despejado por Alexander Domínguez.

 

Mientras el local intentaba ir por el tanto que le permitiera nivelar un poco más la llave, los de Gallardo jugaban tranquilos por la falta de ideas y claridad de su adversario. Asimismo, los ecuatorianos comenzaban a quedar presos de su nerviosismo y abusaban de las infraccionesque cortaban constantemente el juego.

Ya en el tramo final de la primera etapa, los de Marcelo Gallardo perdieron el control del balón y el local jugaba constantemente en campo rival. Así y todo, apenas una chance de real peligro pudieron generar: fue a los 33 minutos con una chilena de Cevallos. Pese a esto, los protagonistas se fueron al descanso con un 0-0 que dejaba bastante tranquilo a los argentinos.

En el complemento la situación cambió bastante. Si bien el arranque fue con envión millonario, ya que Alario asustó a los pocos segundos y Mora minutos después, luego la visita comenzó a quedarse sin nafta. Fue entonces que el local arremetió y empezó a asfixiar a un River que se empezaba a quedar 'sin piernas' y sufría varios desajustes en el fondo.

 

Y en cuanto Zubeldía metió mano en el equipo, todo cambió. Es que a los ocho minutos mandó al campo a Arrinton Mina y este abrió el marcador apenas 15 segundos más tarde. Y como si no bastara con el asedio que estaba sufriendo, el juez le jugó una mala pasada al cobrar una inexistente falta de Matías Kranevitter sobre Jonatan Álvez y regalarle un penal al local. Pero la justicia se hizo presente, ya que el propio uruguayo se hizo cargo de la pena máxima y disparó desviado.

Mientras los de Gallardo buscaban alejar el peligro con su arma predilecta, la tenencia del balón, el local casi logra su meta a poco del final cuando Cachete Morales se hizo cargo de un tiro libre que estrelló en el palo derecho de un Barovero que sólo miraba y rezaba porque la pelota no se metiera en su arco.

Aunque ambos elencos buscaron hasta el final (la Liga se quedó con un hombre menos en el descuento por la roja que le sacaron a José Quinteros), nada modificó el 1-0 final que le hizo un guiño a River y lo depositó en los Cuartos de Final, instancia en la que aguarda por su rival: saldrá de Libertad-Chapecoense.

El campeón resistió y sigue de pie...