Sin estridencias, Massa busca votos en el interior bonaerense

Sin estridencias, Massa busca votos en el interior bonaerense

Intenta achicar la ventaja que le lleva el kirchnerismo en algunos distritos y evitar los efectos de la polarización

 

 

Prefieren decir que no están en campaña, pero los frecuentes viajes relámpago que desde hace meses llevan a Sergio Massa al interior bonaerense siguen una lógica electoral: que Cristina Kirchner será candidata por la provincia de Buenos Aires y que la alianza entre el Frente Renovador (FR) y GEN, de Margarita Stolbizer , debe conseguir en ese territorio los votos para achicar la diferencia que el kirchnerismo le saca hoy en el sur y en el oeste del conurbano.

En Tigre calculan que necesitarán unos 250.000 votos de diferencia con el kirchnerismo para reducir la brecha en la tercera sección electoral. Todo el cálculo se sostiene en otro pronóstico: que en la primera sección, el norte y el noroeste del conurbano, el FR derrotará al FPV.

Claro que el kirchnerismo y Cambiemos manejan encuestas y pronósticos muy distintos, pero eso no altera la lógica de la "no-campaña" actual de Massa que, en el largo plazo, se sostiene sobre el mismo eje "antikirchnerista": para disputar con chances la presidencia en 2019, el tigrense necesitará el apoyo del peronismo de las provincias. El que no tuvo en 2015. Y sólo podrá reclamarlo si en octubre derrota al kirchnerismo en Buenos Aires.

El itinerario de Massa de los últimos meses muestra ese derrotero por el interior bonaerense: Lezama, General Guido, Maipú, Mar del Plata, Mar Chiquita, Luján, Marcos Paz, Las Heras, Coronel Suárez, Huanguelén, Urdampilleta, Bolívar, Junín, San Antonio de Areco, Arrecifes, Pergamino y Chivilcoy.

Salvo en las localidades donde lo recibió un intendente propio o donde presentó la escuela de gobierno del Frente Renovador, la mayoría de esas visitas adoptaron una apariencia casual: sin aviso previo a los medios locales y sin comitiva, el diputado golpeó la puerta de cuarteles de bomberos, clubes o confiterías. Las redes sociales, los portales y el boca a boca se encargan del resto.

La "no-campaña" no sólo resulta más económica, sino que, precisamente, busca mostrar a Massa lejos de la especulación electoral y, sobre todo, de la polarización entre Cambiemos y el kirchnerismo. "El 58% de la gente dice estar harta de la polarización; dejemos que Cambiemos y el kirchnerismo sigan en esa lógica", sostienen en Tigre. En cada reunión política, Massa refuerza esa idea: "No entremos en la confrontación", repite.

El esquema se mantendrá todo el tiempo posible. "Una vez que se inicie el proceso electoral va a ser suicida sostenerlo", reconocen los massistas.

Fórmula repetida

Cuando la campaña se desate, el massismo repetirá la fórmula que le permitió sobrevivir en 2015: una campaña de propuestas, centrada en la economía y la seguridad.

Los que aún no está definidos son los candidatos, aunque la ventana que dejó abierta Massa para no ser candidato parece achicarse. Los motivos son varios. Si Cristina es candidata, Massa lo será. Pero si la ex presidenta se preserva y los candidatos son Daniel Scioli y Florencio Randazzo, el dilema no cambia demasiado: cómo seducir al peronismo (o alguna de sus partes) en 2019 si Massa no los derrota en 2017.

También hay razones internas que empujan al tigrense a una candidatura. Lo mismo que a Stolbizer. Y ya no se trata solamente de que los votantes de GEN acepten o toleren votar a Massa sin la líder partidaria o viceversa, sino de "fidelizar" la estructura territorial de ambos sectores: probablemente sólo si Massa es candidato podrá convencer a los dirigentes y operadores distritales del PJ de poner el cuero por su boleta. Lo mismo con Stolbizer.

Devaneos por Lousteau

Territorio esquivo para Sergio Massa, la ciudad de Buenos Aires presenta desafíos casi tan complejos como la provincia: el Frente Renovador debe decidir si apuesta a la construcción propia o si se suma al espacio opositor que pretende liderar Martín Lousteau .

A la construcción propia apuestan los diputados Marco Lavagna y Julio Raffo, y el legislador porteño Javier Gentilini, más los aliados del GEN de Margarita Stolbizer. La aspiración es repetir el 15% de votos de 2015 y conseguir dos bancas. El riesgo sería quedar opacado por la disputa entre Elisa Carrió y Lousteau. Por eso Massa esperará a que el ex embajador defina qué tan amplia será su construcción en la ciudad. Eso sí, aseguran que no saldrán a buscarlo.

Comentá la nota