La estrategia de Vidal para sostener la gobernabilidad en el segundo semestre

La estrategia de Vidal para sostener la gobernabilidad en el segundo semestre

Tras conseguir todas las leyes que precisaba, inicia una nueva maniobra con los bloques del FpV y el PJ. Su objetivo, cerrar el año con un nuevo endeudamiento dentro del presupuesto 2017.

 

Mientras transita los primeros seis meses de gestión en la Provincia, María Eugenia Vidal, puede dar por cerrada una primera etapa en su relación con el Poder Legislativo.

El acuerdo que selló con Sergio Massa, y que le significó la obtención de las leyes de presupuesto (con el endeudamiento incluido), más las emergencias de Seguridad y SPB; Infraestructura; y Administrativa, ha llegado a su fin.

Y comienza ahora un nuevo proceso, donde los vínculos con el peronismo y el kirchnerismo, adquieren un nuevo protagonismo, mientras el massismo formatea su perfil para ingresar en una etapa opositora.

El principal temor que afronta el oficialismo es la posibilidad de la unidad, aunque sea momentánea, de los peronistas con los massistas.

Ya hubo acuerdos en algunas comisiones, y ese dato no pasó desapercibido para Cambiemos.

En la Cámara Baja, el vidalismo cuenta con el número suficiente (sumando algunos aliados), para impedir que los opositores lleguen a los dos tercios necesarios para obtener quorum parlamentario.

Pero saben que con eso solo no alcanza.

Tras la fuerte pelea sucedida en la última sesión, cuando se aprobó la emergencia administrativa, y el FpV y el PJ, denunciaron una votación fraudulenta, y amagaron con judicializar la situación, las relaciones entre los bloques se modificaron.

El Pro afronta ahora una nueva estrategia, en la que ordena nuevos interlocutores en los bloques del FpV y el PJ.

En el caso del grupo de los 13, el jefe de esa bancada, Walter Abarca, principal gestor de los reclamos en la última sesión, pasó de amigo a enemigo.

Y los vínculos quedaron atados a las movidas que realizan los intendentes de ese espacio. En ese caso, es el ministro de Gobierno, Federico Salvai, el principal operador del grupo de los jefes comunales peronistas.

En tanto, el vicepresidente del cuerpo, Manuel Mosca, encamina el diálogo con los bloques del Peronismo para Victoria, y el FpV.

Desde los tres bloques opositores del universo PJ, preparan una agenda de temas para instalar en la provincia, todos obviamente, con un fuerte carácter crítico.

La unidad que mostraron días atrás, durante la discusión por la emergencia administrativa, no resulta conveniente para el Pro, que prefiere desordenar un poco ese esquema.

La apuesta no es tan difícil, ya que sobreviven en estos grupos fuertes internas. En el FpV, muchos camporistas resisten la posible jefatura del ex intendente de Presidente Perón, Aníbal Regueiro.

Y en el bloque FpV-PJ, la figura de Abarca está en discusión, ya que su postura ultra opositora contrasta con el perfil crítico pero moderado que pretenden mostrar los intendentes del PJ.

En el caso del grupo comandado por Fernando Navarro, la situación es más ordenada, ya que el dirigente del Movimiento Evita, prioriza los acuerdos con el Ejecutivo, para poder sostener la estructura de su organización social.

“Hay que acordar los desacuerdos” es una de las frases que suena en el bloque de Cambiemos, en relación al nuevo vínculo que se intenta gestar con los peronistas.

Es decir, dejar que pasen los proyectos de declaración o pedidos de informe que necesiten para mostrar su oposición, a cambio de una buena convivencia parlamentaria.

El massismo también inició una etapa de choque, donde busca utilizar el segundo semestre para marcar agenda con proyectos propios.

Desde el vidalismo, no descartan algún acuerdo futuro, aunque en lo inmediato prefieren apostar a la invisibilidad de este sector.

Es decir, dejar a Jorge Sarghini, titular de la Cámara, en un rol más protocolar, y pasar por alto al massismo al momento de acordar jugadas parlamentarias.

Aunque en la agenda legislativa quedan pendientes el tratamiento del proyecto que limita las reelecciones indefinidas de intendentes y legisladores, además de pliegos judiciales en el Senado, y algún proyecto vinculado a las pymes y retoques mínimos en la ley impositiva, el único verdadero proyecto que interesa a Vidal en lo que resta del año, es el del futuro endeudamiento que incorporará en la ley de presupuesto 2017.

Desde Cambiemos ya ordenan una estrategia para sacarlo adelante sin complicaciones. Atarán esa iniciativa a la designación del nuevo Defensor del Pueblo, una vacante que pulsean el FpV y el Frente Renovador.

Hace tiempo que Enrique Honores, cubre ese rol de forma interina, ante la falta de elección del reemplazante de Carlos Bonicatto.

Existe la posibilidad de que se modifica la ley que constituyó esa figura, para crear un adjunto, que permita ampliar la negociación hacia los dos sectores opositores. Eso daría a Vidal mayor margen de negociación y la posibilidad de culminar 2016, con un “superávit” legislativo.

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