La estrategia de Garro para seducir a los desencantados en busca de su reelección

Desde hace dos meses el Intendente encabeza reuniones con vecinos que votaron a Cambiemos en 2015 y 2017 pero actualmente están disconformes con la situación económica. Los localizó a través de las encuestas y los reúne para convencerlos de seguir en la misma línea.

La campaña de Juntos por el Cambio tiene como una de sus principales estrategias para buscar la reelección del intendente Julio Garro un trabajo de hormiga con los denominados “desencantados” con lo que se identifica a aquel sector del electorado que acompañó al actual oficialismo en 2015 y 2017 pero que ahora podría cambiar su voto por el malestar que le generan variables como la economía, el desempleo, las tarifas o la inseguridad. Se trata de una especie de “operativo seducción” que encabeza el propio intendente y que busca evitar la fuga de votantes.

En el comando central de la campaña del oficialismo son optimistas respecto de los resultados que se vienen obteniendo desde hace tres meses cuando arrancó esta tercera fase de un plan que en realidad empezó a principios de años con una seguidilla de encuestas. El operativo demanda la participación activa del intendente, quien encabeza entre dos y tres encuentros semanales con esos vecinos.

Son reuniones con 20 o 30 votantes de Cambiemos en las que el intendente les habla de las medidas que a nivel local se vienen tomando para revertir situaciones negativas que no necesariamente tienen origen en la ciudad. Los beneficios a las Pymes y productores, las medidas “anticrisis” respecto de las tasas municipales, la llegada a los barrios con las luces LED, la creación de la Guardia Urbana de Prevención y la concreción de las obras hidráulicas, suelen ser los temas a los que apela.

En el momento en que presentó su lista de candidatos a concejales y senadores, el propio Garro habló de la importancia que tiene para el ese segmento de votantes: “Creo en los desencantados y creo que estamos transitando un momento de mucha complejidad y hay mucha gente que le cuesta y hace un gran esfuerzo por llegar a fin de mes”, reconoció.

Hablaba de “los que de alguna manera se imaginaron otro presente sin tanta dificultad”. Por eso dijo “estamos trabajando y contándoles que este es, sin ninguna duda, el camino. Aunque es el que más duele, aunque no nos guste, aunque había otros caminos más cortos, más sencillos de transitar, elegimos el más complejo porque sin duda es el que nos va a sacar adelante”.

Se trata, aunque el jefe comunal no lo ponga en esos términos, de buscar revertir lo que pueda presumirse como un efecto arrastre hacia el nivel local del malestar que pueda generar la situación nacional.

Esos encuentros, en los que el intendente expone esa mirada, constituyen la etapa final, en la que se "busca dar a los vecinos una contención, que se sientan escuchados en sus reclamos y con propuestas concretas para solucionarlos", indicaron allegados del jefe comunal. Antes hubo un intenso trabajo previo de localización de ese potencial electorado. Se hizo, fundamentalmente, a través de las encuestas y de un análisis de las redes sociales.

Suma en esas visitas a funcionarios de su gobierno y en alguna oportunidad lo hizo con la propia gobernadora María Eugenia Vidal. Se supone que a partir de ahora lo hará con los precandidatos a concejales y senadores ya oficializados.

En ese proceso, en el equipo Garro calculan que pueden llegar, antes de las elecciones, a unos 60 mil electores en esas condiciones. Es decir, alrededor de 15 puntos que pueden ser decisivos a la hora de definir el resultado de una elección.

El operativo arrancó en los dos primeros meses del año, cuando se realizaron las encuestas que sirvieron de materia prima. Las preguntas estaban direccionadas a identificar a esos “desencantados” y separarlos de los que podrían considerarse “irrecuperables” para Cambiemos, los que expresan su oposición plena con el Gobierno. Pero también de los “convencidos” del oficialismo, aquellos que no requieren trabajo de convencimiento.

Esos identificados como “desencantados” son contactados por segunda vez para afinar los motivos del malestar. Y finalmente son invitados a participar de los encuentros con el intendente, según la zona en la que cada uno habita.

Al principio de esa etapa final se realizaba una reunión por semana en la casa de alguno de los vecinos, pero con el correr de la semana se intensificaron y también aumentaron la cantidad de vecinos, por lo que suelen usarse las instalaciones de alguna institución del barrio. Ahora y una vez que la campaña esté oficialmente lanzada se prevén hasta tres citas de ese tipo por semana para llegar a la totalidad de los votantes identificados como "desencantados".

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