Esther Labado y Virginia García sorprendidas por la anulación de un negocio K

Esther Labado y Virginia García sorprendidas por la anulación de un negocio K

Las senadoras por Santa Cruz, María Esteher Labado y Rocío García, reclamaron ante el gobierno nacional porque el macrismo bajó del presupuesto 2017, la construcción del acueducto “Lago Buenos Aires” por una cifra cercana a los 12 mil millones de pesos que se había propuesto acelerar Cristina Fernández, pero la caída en desgracia de Scioli-Zaninni, no le permitió concretar en la práctica. Extrañamente, a las legisladoras las sorprende que hoy el gobierno anule el proyecto pero no les asombra que en 12 años en la nación, el kirchnerismo jamás se haya preocupado por realizarlo.

Trascendió en los medios de la provincia, el gran disgusto que tienen las senadoras María Esteher Labado y Virginia García, porque el gobierno nacional bajó la licitación y por ende las posibilidades de que se construya el denominado “Acueducto Lago Buenos Aires”, una obra pensada para proveer agua a toda la zona norte, especialmente Caleta Olivia, Pico Truncado y las Heras, que sufren un faltante de agua dulce, que genera enormes problemas a la población desde hace más de 30 años.

Ambas legisladoras nacionales, se quejaron formalmente ante el gobierno de Mauricio Macri, porque no se cubrieron las expectativas del anuncio que realizó Cristina Fernández el 10 de octubre del 2015, oportunidad en que la entonces presidenta efectuó un acto en Caleta Olivia, asegurando que con la obra denominada “Acueducto para el Desarrollo Económico y Social del Norte de Santa Cruz” por un valor de $ 11.680.140.624, se licitaba nacional e internacionalmente la solución definitiva al problema del suministro de agua a la región.

 

Labado y García, reclamaron que la Licitación Pública internacional Nº 1/2015, preveía la apertura de sobres el 2 de marzo de este año y al resultar desierta, el gobierno nacional decidió el cierre de las propuestas, pero se quejaron porque no se reabrió la posibilidad de construir este complejo, que es vital para la vida de las localidades del norte de Santa Cruz. Y en este punto, tienen toda la razón.

Sin embargo, ambas senadoras, hacen una elipsis en su discurso, corren el eje del problema y dejan afuera, algunas preguntas sin respuestas por el ex oficialismo que hoy parece rasgarse las vestiduras ante la decisión del gobierno nacional de quitar el gasto de casi 12 mil millones de pesos, del presupuesto 2017.

La principal respuesta que evaden Labado y García, a la hora de exigir el cumplimiento de este requisito fundamental para que en el menor tiempo posible se haga la obra, es ¿Por qué, habiendo estado 12 años ininterrumpidos en el poder, tanto Néstor como Cristina, dos personas que conocían profundamente el problema de falta de agua, no lo hicieron antes?

Esta pregunta está precedida y sucedida de “grillitos” y las excusas para justificar la falta de acción y de inversión en más de una década donde dos “santacruceños” tuvieron el poder absoluto para hacer y deshacer en materia de obra pública, no aplican en esta oportunidad, o al menos no son coherentes con la histórica necesidad de agua potable que tienen estas localidades petroleras de Santa Cruz.

Sin ponerse colorada (no hemos podido comprobar el rubor en su cara), la senadora Labado dijo en la prensa adicta “El Gobierno nacional está abandonando la infraestructura de nuestra querida provincia y si el presupuesto 2017 no cambia para incluir obras estratégicas, el crecimiento de Santa Cruz está en riesgo”.

Está claro que el relato K terminó, solo que algunos, como es el caso de la senadora Labado, no se han dado cuenta. Cuando esta mujer de Caleta Olivia, que hace años tiene responsabilidades legislativas y en Santa Cruz no se ha notado, dice que el gobierno nacional “está abandonando la infraestructura en la provincia”, cabe recordarle que en 12 años, sus jefes políticos no hicieron absolutamente nada por esa misma infraestructura y que las pocas obras existentes (YCRT, Usina o Represas), fueron detenidas en su avance, por la ignominiosa corrupción que las atraviesa y la cantidad de fondos que se han robado bajo la excusa de crecer en energía y poner a Santa Cruz como un hito en la materia, cuando todo se circunscribía a negocios fenomenales de la tríada Cristina-Néstor-De Vido, (y Cia) que terminaba en manos impensables, pero siempre amigas, quienes eran los encargados de poner la cara y luego redistribuir los retornos. Labado conoce de esto, solo basta con recordar el informe de OPI sobre “Hersun SA”.

Culpar al actual gobierno de trabar una licitación que ya de por sí (y más viniendo del kirchnerismo) suena exageradamente onerosa e indudablemente se estaba preparando el terreno para facturar a partir de los primeros meses del gobierno de Scioli, es bastante infantil; pero lamentablemente (para ellos) la continuidad no pudo ser y hoy los mismos cómplices de que esta provincia haya estado postergada 12 años, resurgen como reclamantes válidos para que “no se postergue más a los santacruceños” (¿?), aduciendo que si en el presupuesto del 2017 no se incluye la obra “el crecimiento de Santa Cruz está en riesgo”. Fenomenal; lo que en filosofía se denomina “inversión de argumento”, en criollo se llama “hacerse el tonto y no recordar que hasta hace 6 meses fuiste parte de este desastre”.

Todo esto, claro está, sin que Labado y García, hayan hecho un poco de memoria y recordado que Cristina Fernández en el mes de julio de 2013, le dio (de la misma manera que se iba a realizar la adjudicación de este complejo del lago Buenos Aires), la obra del acueducto Caleta Olivia-Comodoro, a su amigo, el evasor Cristóbal López, con su empresa CPC.

Más aún Esther Labado, que es de Caleta Olivia y supuestamente sufre la falta de agua en la red domiciliaria, sabe que aquella obra fue otro canto a la corrupción K. Se hizo un acueducto paralelo, costoso y estuvo mal construido, con deficiencias de diseño y construcción, la utilización de materiales de menor calidad y terminó teniendo los mismos problemas que el caño que suplía. También entonces, la ex presidenta, en su discurso, había dicho que con esta obra el problema se solucionaba definitivamente. Quien resolvió algunos problemas económicos fue el evasor chubutense, quien junto a su cómplice amiga presidenta, embolsó más de 420 millones entre licitación y ampliaciones del acueducto que sigue partido, sin que se hiciera responsable (hasta hoy) por los problemas que tiene la obra.

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