El martes, a las 19.30, se reunieron en la esquina de las avenidas Facundo Zuviría y Gorriti, decenas de vecinos y comerciantes que cortaron las calles, con quema de cubiertas obstaculizando por completo el tránsito vehicular en todos los sentidos, como forma de hacer escuchar sus reclamos cuyo anclaje se relaciona con la inseguridad reinante y la denuncia unánime de un kiosco adonde se venden drogas las 24 horas, que está ubicado sobre calle San Lorenzo al 8.300.

Un rosario de padecimientos

El resumen unánime de los vecinos y de los comerciantes del barrio Nueva Pompeya es un rosario de padecimientos que tienen diversas características pero que, en definitiva, como tremenda conclusión es que le amargan la vida a la gente y hacen imposible la convivencia pacífica. Tanto es así que todos coincidieron en afirmar que el punto de inflexión sucedió hace exactamente una semana, en la noche del miércoles 5 de febrero cuando dos delincuentes asesinaron en una tentativa de robo de una motocicleta a un reconocido y querido vecino del barrio, como era Ángel Rafael Gareca, de 50 años, en la intersección de ambas avenidas, adonde se llevó adelante el reclamo.

Enumeración de problemas

Los vecinos coincidieron en afirmar que la comisaría 26ª de barrio Nueva Pompeya cuenta con una dotación de personal que es mínima, que se trata de una zona altamente conflictiva de día y que a la noche se ha convertido en sumamente peligrosa con la llegada de delincuentes al barrio.

Venden drogas las 24 horas

Precisamente, los vecinos de manera unánime, dijeron que los recién llegados usurparon un terreno sobre calle San Lorenzo al 8.400, de avenida Gorriti media cuadra hacia el norte, y que allí es un punto de venta de drogas durante las 24 horas. Todos y cada uno de los vecinos aseguraron exactamente lo mismo en ese punto.

Lo que es fácil de arreglar

También sumaron otro ítem a la compleja problemática que los aqueja cuando mencionaron la escasa iluminación en las calles interiores del barrio Nueva Pompeya, cuando no es nula; la falta de desmalezamiento en la zona y el poco mantenimiento de las calles para asegurar el tránsito vehicular, cuestión que se agravó con la abrupta caída de más de 100 milímetros durante la mañana del lunes.

Delincuentes a sus anchas

Los comerciante, a su turno, expresaron que el patrullaje policial como sería necesario, está totalmente ausente, lo que les da a los delincuentes una oportunidad inmejorable, ya que éstos salen a robar, pero antes monitorean la presencia policial; a veces entran a preguntar precios como clientes para ver el movimiento y después llegan armados y cometen violentos asaltos.