Estaba mirando televisión y una bala perdida entró por la ventana

Estaba mirando televisión y una bala perdida entró por la ventana

Un jubilado que reside en el edificio 61 del barrio 30 de Octubre y que terminaba de ver el clásico entre Independiente y Racing Club, casi fue alcanzado por una bala. El hombre se había levantado a buscar unas pastillas cuando un proyectil ingresó por la ventana. En su silla cayó parte del plomo de una bala perdida.

 

Un jubilado que vive en el segundo piso del edificio 61 del sector 7 de las 1008 Viviendas casi fue alcanzado por una bala perdida en la tarde del domingo.

El hombre estaba mirando por televisión el clásico entre Independiente y Racing de Avellaneda cuando escuchó un fuerte estallido. Justo en ese momento se había levantado de la silla del comedor para dirigirse al aparador, cuando de repente escuchó la detonación.

Su mujer que estaba en la habitación pegó un salto y corrió al living creyendo que se había caído un cuadro. “Parece que fue un piedrazo” dijo el hombre. Pero cuando miraron entre la silla donde el hombre había estado sentado encontraron los restos de un plomo deformado.

Se trataba de una bala que había llegado desde el exterior, ingresado por la ventana del último piso dejando un agujero de una circunferencia importante.

Los restos del plomo cayeron en la silla en la que el jubilado había estado sentado y otros restos quedaron en la ventana. Según los peritajes policiales correspondientes en el lugar, se trataría de una bala perdida. Y la misma habría culminado con su trayectoria en la ventana, sin mucha potencia. Aunque en el recorrido hasta agujereó la cortina que estaba plegada.

La familia Herrera se disponía a ir a misa cuando ocurrió el hecho y en estos momentos nadie les quita de la cabeza que si se hubiesen ido y el proyectil sorprendía con los destrozos a un hijo que tiene problemas en la vista, el susto hubiese sido mayor.

“A cualquier hora escuchas los disparos. Si pudiera irme me iría, pero si vendes no te pagan nada”, contaron ayer a Diario Patagónico miembros desde la familia damnificada.

Los vecinos coinciden en que la situación de miedo e inseguridad que por mucho tiempo se vivió en las 1008 ha desvalorizado en los últimos años las propiedades a tal punto que algunos se van sin poder venderlas, dejándolas abandonadas para que las ocupen delincuentes que las utilizan como “aguantaderos”.

“Hace poco empezó a andar la Policía. Ahora por suerte nos dieron un teléfono y me dijeron que si llega a ocurrir algo llamemos a la cuadrícula. Fue la primera vez que me pasa algo así, pero es un susto terrible”, contó la vecina que encontró el plomo en la silla que estaba sentado su marido.

“Nosotros no nos metemos con nadie. Somos dos jubilados que vivimos de unas changuitas”, contaron. El matrimonio jubilado debe seguir trabajando para costear la recuperación de un hijo con problemas de salud en la vista, y otro con problemas de maduración.

“Es horrible; no podes vivir seguro acá; llegas a la casa, y no estás seguro”, contó la mujer. En el hecho tomaron intervención la Seccional Quinta de Policía y Criminalística. Se levantaron los restos de plomo y se presume que se trató de una bala perdida.

EL SUSTO CONTINUO

Otra vecina del edificio 61 que ya ha sufrido la inseguridad en varias oportunidades graficó: “tenemos que andar con mucho cuidado. No queremos salir, pero igual las balas entran”.

La mujer a la que también le han quemado un vehículo en el estacionamiento del edificio sostuvo que siente “impotencia porque no se puede hacer nada. Solamente ponernos en las manos de Dios. Se ve que no pueden hacer nada. Hace tiempo que suceden estas cosas”.

“La gente está enferma del alma y ellos se deleitan en la maldad. La persona que se deleita en la maldad son como las personas que nos dedicamos a hacer el bien; ellos se sienten bien haciendo el mal”, concluyó.

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