Estaba en llamas cuando me acosté¿Cómo fue que se inició el incendio?

Estaba en llamas cuando me acosté¿Cómo fue que se inició el incendio?

Finalmente la oposición política en la provincia se despertó de su letargo y, con eje en resolver  sus problemas internos empezó a trazar un plan de acción que incluye una búsqueda de equilibrio entre la “pesada herencia” y los nuevos errores de la gestión de María Eugenia Vidal.

 

El Frente para la Victoria, fracturado en senadores y con importantes tensiones en diputados, es de todas maneras el principal espacio opositor en territorio bonaerense y con muy poco puede recuperar parte del terreno perdido, sobre todo en cuanto a lo territorial.

Es que muchos de los intendentes de Cambiemos parecen no encontrarle la primera marcha a la gestión y tienen al municipio regulando entre viejos errores del pasado y nuevas desinteligencias entre los socios de la coalición gobernante. 

En la Capital provincial, por ejemplo, cada vez más sectores comparten la idea de que la gestión de Julio Garro aún no empezó, lo mismo ocurre en Berisso, Bahía Blanca y tantos otros municipios gobernados por el Frente Cambiemos.

Y esto es producto de la desconfianza del PRO con sus socios del Pan radicalismo (UCR – Ari – CC).  Por estas horas los mentideros políticos son un hervidero de versiones acerca de que el PRO no tiene con qué, y a los otros que si tienen, no los dejan.  Este juego al estilo del “perro del hortelano”, solo se disimula echando las culpas a la gestión anterior.

Esto es fácil con una oposición dócil. Pero lentamente el FpV empieza a marcar la cancha con pequeñas acciones pero con alto impacto en el humor social como el amparo presentado contra los aumentos en la tarifa eléctrica y el apoyo a los gremios en la negociación paritaria.

El problema para los oficialismos es que llegaron al poder no solo conociendo, sino “denunciando” el incendio en la provincia y en los distritos y por eso no pueden dormir tranquilos.  Corren el riesgo de que al despertar alguien pregunte como comenzó todo y deban responder “no sé, ya estaba en llamas cuando me acosté”, parafraseando a la canción deCharly García.

La chispa adecuada

En medio del oficialismo y la oposición ha quedado, haciendo equilibrio no sin dificultades, el Frente Renovador de Sergio Massa. La tropa del tigrense está claramente dividida entre halcones y palomas, que buscan cada uno  vincularse a su modo con el gobierno provincial.

Los dialoguistas, entre los que se cuentan los dirigentes de ese espacio con mayor recorrido en la política bonaerense como Jorge SarghiniJuan AmondarainRaúl Pérez y Graciela Ocaña, entro otros, no ven inconvenientes en avanzar prácticamente como aliados de María Eugenia Vidal y los intendentes de Cambiemos, su estrategia es entrar por la ventana y quedarse con la puerta principal cuando los chispazos entre los diferentes espacios que conforman el gobierno se haga insostenible.

Enfrente está la camada joven de dirigentes que engrosan las filas renovadoras, Ramiro GutiérrezHernán AlbisuMarco Lavagna y muchos más integran este grupo que vio en el proyecto de Massa la posibilidad de hacer un peronismo aggionado a los tiempos que corren, enfocado en los problemas sociales de nueva generación y sin depender de las viejas estructuras partidarias.

Es justamente este grupo el que más reparos pone a la hora de avanzar en acuerdos con el gobierno de Mauricio Macri a nivel nacional y de Vidal en la provincia.  Por eso a pesar de que los flashes apuntan al FpV, no sería extraño encontrar movimiento en las filas del massismo en los próximos meses.

Algunos de estos dirigentes ya pusieron el ojo en la vuelta de un ex ministro vinculado a los ferrocarriles.  Un solo guiño alcanzaría para sumar a legisladores e intendentes y abrigarlos al calor de un nuevo proyecto peronista y bonaerense.  En definitiva, todo arde si le aplicas la chispa adecuada.

El día que apagaron la luz

Por fuera del debate político, una de las crisis de gestión que estalló esta semana tiene que ver con el suministro de energía eléctrica y las pésimas condiciones de funcionamiento de las empresas distribuidoras.   

En medios de cortes, programados o no, y de los problemas de baja tensión en decenas de barrios del Gran La Plata, se conoció el cuadro tarifario que autorizaría el gobierno bonaerense y que trae aumentos de hasta el 260 por ciento, para Edelap y el resto de las compañías que actúan en la provincia.

El enojo de los vecinos no parece tener correlato en este caso con el accionar de las autoridades, que no se muestran dispuesta a sancionar el comportamiento de las distribuidoras, a pesar de que desde la compañía que provee a la Capital provincial admiten en off the record que los cortes no se deben a fallas técnicas, sino a la necesidad de bajar el consumo y no excederse de lo contratado para no aumentar los costos.

Otras versiones indican que a cualquier empresa le resulta más económico enfrentar centenares de juicios que nunca pagaran a los usuarios, que reponer el material que pudiera quedar fuera de servicio ante un recalentamiento del sistema.

Lo cierto es que para entender la benevolencia del gobierno bonaerense con esta situación, solo hace falta repasar los “pases” de algunos hombres fuertes de Edelap a las filas del gabinete provincial.

El primero es ya un especialista en salto con garrocha, fue integrante del directorio de la empresa, cofundador de una consultora, trabajó fuertemente en la campaña electoral paraDaniel Scioli, pero ahora es el Secretario de General de Mariu Vidal, se trata de Fabián Perechodnik, pero no es el único.

En los últimos días se confirmó que Mauro Becerra, vocero de la compañía abandonaba esa tarea para convertirse en el hombre de prensa del ministro de Economía, Hernán Lacunza.  De esta manera Edelap coloca otra ficha en el tablero de impunidad ante sus reiterados incumplimientos.

Si no hay un cambio de rumbo y como se advierte el acuerdo para autorizar los aumentos ya está cerrado a pesar de la pésima calidad del servicio, los bonaerenses recordarán a Vidal, Perechodnik, Lacunza y Becerra como los protagonistas de la jornada, el día que apagaron la luz. 

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