Un grupo de trabajadores del Distrito 18° de la Dirección Nacional de Vialidad hizo pública la denuncia realizada en octubre del 2014, cuando una empleada del organismo encontró “una cámara espía en el baño de mujeres”, con el fuerte malestar de que tras seis meses de investigación interna, hasta el momento no hay ninguna resolución en el marco del sumario administrativo iniciado.

Además, a través de la red social Facebook, los trabajadores advirtieron sobre otras denuncias contra el director del distrito local por amenazas, abusos y acoso sexual y laboral.

La cámara espía

En una publicación dirigida a “todos los compañeros de Vialidad Nacional” por medio de Facebook, pusieron en conocimiento “un hecho aberrante” del fueron “víctimas las compañeras del Distrito 18° de la Dirección Nacional de Vialidad”.

“El día 22 de octubre de 2014 una de nuestras compañeras encontró una cámara espía, del tamaño de un pen drive, en el baño de mujeres, la que contenía videos de algunas agentes haciendo uso del sanitario”, relataron.

Asimismo, señalaron que la cámara “estaba estratégicamente escondida, pegada con cinta de embalar, debajo del dispenser de desodorante para inodoros, filmando directamente nuestras partes íntimas”, y agregaron que “una cinta similar se halló luego en el sanitario destinado a personas con capacidades diferentes”

“En este caso, bajo el lavatorio de manos con el adhesivo expuesto hacia afuera, para sostener cualquier objeto pequeño, lo que nos hace suponer que esta práctica pudo haber sido reiterada con anterioridad”, sostuvieron.

En otro párrafo, advirtieron que los sanitarios del organismo son utilizados eventualmente por hijos e hijas menores de las trabajadoras cuando concurren al edificio.

Asimismo, indicaron que “inmediatamente descubierto el dispositivo, fue comunicado el episodio a las autoridades del Distrito chaqueño, quienes ordenaron la clausura del sanitario para la preservación de las pruebas, y solicitaron a la superioridad la sustanciación de un sumario administrativo”. Sin embargo, dicho sumario está “sin resolución final a la fecha, a pesar de haber transcurrido seis meses”.

“Esta violación a nuestro derecho a la intimidad, nos convierte en víctimas de un hecho que vulnera los principios de ética y moral, y demuestra la perversión del autor de este avasallante acto, con el que actualmente continuamos compartiendo nuestro lugar de trabajo, al que inevitablemente, todos los días, debemos volver y, de quedar impune, nos expone a otros abusos de mayor gravedad”, manifestaron.

En otro párrafo, expresan que “esta situación se ha tornado insoportable ante la incertidumbre de desarrollar nuestra jornada laboral junto a quien nos filmó en un momento tan privado y natural para el ser humano como lo es el íntimo acto de ir al baño”.

Otras denuncias

Por otro lado, en la misma publicación, afirmaron que “el hecho mencionado desencadenó una serie de denuncias vinculadas a sucesos anteriores y posteriores que incluyen acoso laboral, sexual y amenazas directas a compañeros y al jefe del Distrito por parte del presunto sospechoso de la colocación de la cámara espía, como así también la reconstrucción de un sumario anterior, en el cual se investiga el cobro por parte del mismo sujeto, de un beneficio como excombatiente de Malvinas, cuando en realidad no figuraría en el padrón de Veteranos de Guerra del Ejército Argentino”.

“Manifestamos la gravedad del hecho de violencia de género, ya que no sólo ha sido vulnerada la intimidad de las agentes del Distrito, sino que además, la impunidad que este acto aberrante representa pone en juego los valores institucionales de nuestra repartición, y su falta de esclarecimiento atentaría contra la seguridad y los derechos de todas las mujeres de Vialidad Nacional”, manifestaron.

Por último, expresaron que “debido a los niveles de desconfianza y angustia reinantes en nuestro lugar de trabajo, invocamos la expresa manifestación de solidaridad y acompañamiento de todos los compañeros para que se descubra al responsable y se le apliquen las sanciones que correspondan, como única vía posible para reestablecer las condiciones de trabajo armónicas, la confianza en la institución y la dignidad de las compañeras”.