Esperan que haya acciones para erradicar las drogas

Esperan que haya acciones para erradicar las drogas

En las zonas más pobres de la ciudad, los vecinos piden a las autoridades que asuman el 10 de diciembre medidas concretas para luchar contra el narcotráfico

“No me da miedo la policía, ya me cansé de enfrentarlos”, afirmó Eliana. Ella fue tranquila a votar en el secundario Bernabé Aráoz, en Santa Cruz al 800, cerca de la Facultad de Educación Física. En el camino, pasó frente a la Comisaría 11va, ubicada en la esquina de Benjamín Aráoz y Silvano Bores. La policía, contó, innumerables veces detuvo a dos de sus hijos sin orden, por supuestas contravenciones. Para la vecina de La Costanera, ir a votar es pasar por el lugar donde detuvieron injustificadamente y maltrataron a sus hijos un sinfín de veces, confesó. 

Para muchos vecinos de la barriada ubicada al este de la ciudad, además del miedo por la crisis del paco, se suma la policía. Es el caso de Liliana, que prefiere no dar su apellido, por temor a represalias. Tuvo 11 hijos, y dos se encuentran en tratamiento por adicción al paco. “Es un golpe duro que hay que aceptar. Lo veo como una enfermedad, de la que se puede salir con mucho esfuerzo”, relató. Cuando uno de sus hijos no vuelve a su casa, comienza otro derrotero. Ella debe recorrer el barrio. Si no hay rastros, hay que buscar en las comisarías. 

“La última vez que fui a la comisaría lo estuve buscando toda la noche. Fui a todas las comisarías. Cuando fui a las 11va, me dijeron que ahí no estaba. A las horas vino a buscarme un muchacho, que me dijo que fue a visitar a un pariente y lo había visto. Volví a insistir. Un policía me dijo que al final sí estaba ahí. No me respondieron por qué me habían mentido. Me pidieron $ 150. No me alcanzaba, vivo al día. Me pedían otros $ 20 de ‘estadía’. Si no pagaba, se tenía que quedar encerrado tres días. ¿Qué no era que dicen que es inconstitucional ahora? (en 2010 la Corte dictó la inconstitucionalidad de las contravenciones policiales). Él estaba sentado en la vereda, la policía lo levantó por portación de cara”, relató.

Liliana no dijo si votó a Daniel Scioli o a Mauricio Macri, pero de todas maneras enumeró los problemas del barrio. Pidió seguridad, obras, y más profesionales de salud para aumentar los dispositivos de abordaje territorial. En La Costanera se desempeña desde hace tres años el grupo Ganas de Vivir, con psicólogos sociales del Ministerio de Desarrollo Social y de la Secretaría de Prevención en Adicciones.

“En los últimos años se hicieron módulos habitacionales, ahora están las obras de agua y cloacas. Pero de qué nos sirve una ciudad construida, consumida por la droga”, sentenció. Ella está afligida: “hay muchos chicos que se han muerto ahorcados o por sobredosis, en ajustes de cuentas... es muy triste”. 

Los Vázquez: ola naranja

Sentados en los bancos donde tres veces por semana el grupo “Con Esperanza Nos Fortalecemos” (dispositivo terapéutico de salud) gestiona un merendero en Los Vázquez, al sureste de la ciudad, Víctor Guerra, Celina Décima y María Vera, contaron cómo se vivieron las diferentes elecciones del año. “Al final votamos dos veces para presidente, para que sigamos igual. Lo voté a Scioli. Si sale, espero que recorra los barrios y las villas. No los countries. Que vea cómo estamos los que necesitamos del Estado. Al menos que saque un poco la droga, es tremendo ver chicos que a los 10 años ya consumen”, contó Guerra.

No hubo ayer, en la barriada, autos para trasladar votantes, ni bolsones. “En las PASO y en las provinciales regalaban bolsones con comida. También daban prensados de marihuana, pasta base o plata. Mientras vayan a votar, ellos compraban lo que les pedían”, relató Décima. “Esta vez no regalaron las dosis. Deberían hacer una política seria, porque con repartir bolsones no hacemos nada. Uno acepta, pero porque necesita comer. Ahora puede ganar Scioli o Macri, pero a nosotros no nos tocan nunca los cambios de los que ellos hablan. Se beneficia en serio de la clase media para arriba. Tucumán creció mucho en estos años, tanto que hasta nuestro barrio avanzó un poquito, pero seguimos siendo pobres”, analizó Guerra, que se recuperó de la adicción a la cocaína. 

“Me gustaría que a la plata que gastan en afiches, en publicidad o en propaganda la pongan en los barrios para hacer comedores. Que nos den de comer con lo que gastan en intentar vender algo. Eso debe salir millones. Con eso alimentan a los que necesitan y le dan zapatillas a los chicos, para que no anden descalzos”, arremetió Vera. “Acá hace falta que nos traigan un proyecto de vida, porque Tucumán está lleno de droga”, finalizó Guerra.

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