Es conocido en la opinión pública que muchos espacios verdes, incluso las reservas naturales que están para proteger el medio ambiente y las especies de flora y fauna de la ciudad, sean lugares fáciles para arrojar basura.

En este sentido, TiempoSur dialogó con Eduardo D´Elía, Ingeniero en Petróleo y Máster en Impacto Ambiental y en Energías Renovables, para comentar cómo continúa esta conducta ciudadana.

Por un lado, consideró que hay mucha gente comprometida con estos lugares, en mantenerlos limpios y agradables a la vista, pero hay otros que no les importa y los usan como depósito de basura.

“Esta es la pelea de siempre y lo hacen por falta de concientización. En los niños está la manera de cambiarlo, ellos van a ser los futuros adultos que van a cuidar nuestro hábitat”, añadió el profesional.

Es mucho más difícil cambiar al adulto, esto tendría que ir asociado a prácticas que tienen que ver con la multa.

En cambio, a los chicos no se necesita exigirles ni multarlos, es suficiente convencerlos para que actúen protegiendo al planeta.

“Por eso, la solución se encuentra en educarlos. En la medida en que lo hagamos y no le demos nuestro mal ejemplo, van a tener un mejor comportamiento”, manifestó D´Elía.

En todos los espacios públicos, desde el jardín de una casa hasta los alrededores de la ciudad, es difícil lograr una conducta ciudadana para no contaminarlos.

“Quien no protege su propia vivienda, exigirles que lo hagan en los espacios que comparten con el resto de los ciudadanos, es una tarea más difícil”.

“Por eso, requiere de mucha educación y no es algo que puede ocurrir en poco tiempo, pero hay que empezar a hacerlo y se logra con la educación hacia los niños y con multas hacia los adultos”, expresó el Ing. D´Elía.

Y añadió que está de acuerdo con que a los chicos haya que enseñarles sobre el cuidado del medio ambiente, ya que van a ser los que lo defiendan y para los adultos que no lo protejan y lo ensucien, la salida es la multa.

En este sentido, opinó que son muy pocos los adultos que protegen el medio ambiente porque estén convencidos. 

“Gran parte no lo hacen y se los convence a través de multas. En lugares donde está multado arrojar basura en la vía pública, nadie se animaría a hacerlo”, explicó.

“Lo vemos en las calles con los basurales que se observan. La gente que sólo arroja la basura en un contenedor lleno lo sigue haciendo y se despega de ésta en el momento en que la saca de la casa”.

La contaminación afecta a los ciudadanos, “lo que sucede es que no lo tenemos en cuenta. Hubo una época que en Gallegos se plantaron árboles, mucha gente lo hizo, pero hoy vemos que gran parte de ellos fueron cortados y cubiertos con cemento”, comentó D´Elía.

Por ello, muchas de las calles de la ciudad se inundan cuando llueve, ya que no hay un suelo que absorba la lluvia.

Han cubierto de cemento todos los lugares. No sólo afecta a la belleza y lo agradable a la vista que es tener espacios verdes, sino también a que no hay terrenos de absorción de agua.

Y esto provoca cada vez más inundaciones en las calles.

“Un espacio verde hay que mantenerlo limpio, si uno tiene pasto hay que cortarlo, por eso es mucho más sencillo tenerlo cubierto de cemento”, dijo D´Elía.

Y agregó: “Supongo que es la comodidad de tener un espacio cubierto en lugar de tenerlo con césped, lo cual requiere de un trabajo permanente”.

Los espacios verdes son necesarios no sólo en la ciudad, sino en sus alrededores.

Por último, D´Elía expresó: “Río Gallegos debe ser una de las capitales del país que menor espacios verdes tiene. Más que las plazas del centro no tenemos espacios verdes. La ciudad está cubierta de cemento y esto genera muchos problemas”.