La escuela puede hacer mucho por una nutrición ideal

La escuela puede hacer mucho por una nutrición ideal
Argentina no escapa a la tendencia global de crecimiento del sobrepeso y obesidad y su inicio a edades tempranas. Estamos muy cerca del Hambre Cero pero lejos aún de una Nutrición 10.

Un 10% de los niños ya ingresan a la escuela primaria con obesidad, porcentaje que se duplica cuando la terminan. Sumando el sobrepeso, el problema alcanza a cuatro de cada diez.

Es urgente hacer algo. A tal punto que el objetivo hoy quizá no sea disminuir la prevalencia del problema, pero al menos quebrar su tendencia al crecimiento. La obesidad se previene desde los primeros años; una vez instalada el desafío es mucho más complejo. La fisiología humana está mucho mejor adaptada para subir que para bajar de peso.

Muchos países han reconocido la trascendencia del problema y formularon y están ejecutando políticas de Estado para enfrentarlo. Ahí están los casos de Chile, México, Brasil, Estados Unidos o España.

¿Qué hacer? Promover la lactancia, controlar el ritmo de crecimiento en los primeros años, educar el gusto y la sensación de saciedad, comer en familia, tomar agua, incorporar verduras y frutas desde el primer año, no prohibir ningún alimento, pero diversificar ampliamente los gustos por todos desde muy temprana edad. Estas son apenas unas pocas cosas, pero útiles.

La escuela es probablemente la última y trascendente oportunidad para intervenir en el problema. Tres claves: mejorar la presencia y calidad de los desayunos; ofrecer más verduras y frutas y promover activamente el consumo de agua.

Pero también la escuela puede hacer mucho por el otro lado de la ecuación obesogénica: la actividad física. Los recreos deben ser más activos, volviendo al presente algunos de los tradicionales juegos de algunas décadas atrás; las clases de actividad física deben ser regulares y más intensas. Así como suena extraño una escuela sin pizarrón, libros o bibliotecas, también debería serlo una sin sogas, anillos, arcos o pelotas.

Hacer saludable el entorno alimentario de las escuelas (actuar sobre las intervenciones clave); multiplicar oportunidades de movimiento y estilos activos y mejorar la calidad de las clases de actividad física son acciones que han demostrado resultados en la aptitud física de los escolares y en la adquisición de buenos hábitos perdurables en su alimentación..

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