Se escapa el dólar: ¿Lo peor está por llegar?

Se escapa el dólar: ¿Lo peor está por llegar?

Mientras que el gobierno nacional liquida reservas para mantener al dólar alrededor de los 60 pesos hasta el día de las elecciones, las otras opciones de cotización han pegado un salto significativo. 

El dólar bolsa (o MEP) cerró a 70,98 y el contado con liqui a 73,51. Esto es, 18 y 22,5 por ciento por sobre la cotización oficial. En el mercado informal, los arbolitos terminaron pagándolo a 65 pesos. 

Los números no cierran y hasta los más optimistas creen que será un milagro que el Banco Central consiga retener en sus arcas 3.000 millones de dólares de activos físicos al 10 de diciembre. Pero la evaluación de la mayoría de los expertos coincide en que Alberto Fernández recibirá poco más que el edificio vacío. 

El balance de la última semana fue devastador. La brecha apenas alcanzaba el 4 por ciento entre las distintas cotizaciones para el viernes 11 de octubre. Sin embargo, en los últimos días la compra preventiva habitual antes de cada instancia electoral, sumada al temor de un nuevo salto en la cotización como castigo a los argentinos “que no saben votar” -tal como ocurrió el 12 de agosto-, calentaron decididamente la demanda. 

El pago de vencimientos de bonos oficiales liberó esta semana una masa de dinero que se direccionó inmediatamente hacia las cotizaciones paralelas, ante la imposibilidad de adquirirlos en el mercado oficial por las limitaciones que impuso el ministro Hernán Lacunza. Tanto las empresas como los inversores extranjeros coincidieron en la razonabilidad de dolarizar sus carteras.  El último viernes vencieron cupones en dólares del Bonar 2037, del Bonar 2025 y también del bono de la provincia de Buenos Aires 2028, que se sumaron a los 43.500 millones en letras en pesos abonados tras el cierre de los mercados del viernes previo. Esa significativa masa monetaria se redirigió inmediatamente a los canales paralelos, agudizando la brecha. 

Para peor, el próximo viernes deberán abonarse otros 20.000 millones en vencimientos, lo que sumado a las compras preventivas preelectorales permite auspiciar que la brecha entre las distintas cotizaciones se incrementará aún más, y al costo de que el Banco Central y los bancos oficiales sean sometidos a una nueva sangría para mantener la cotización electoral, al menos hasta el 27 de octubre. De hecho, la semana que pasó registró una significativa caída en las renovaciones de plazos fijos en pesos, ya que los inversores privados decidieron pasarse al dólar. 

¿Qué pasará el 28 de octubre, con los resultados de la elección sobre la mesa y prácticamente sin ninguna motivación de parte de la gestión de Cambiemos para evitar el colapso de los mercados? Al respecto, sólo pueden formularse hipótesis y ninguna de ellas invita al optimismo. La más aceptada es que el presidente Mauricio Macri reiterará su actitud del 12 de agosto, y que el Banco Central dejará de intervenir –como ocurrió entonces- en el mercado cambiario, por lo que el dólar podría escalar a una cotización indeterminada, aunque muy elevada por cierto. Quienes impugnan esta opción señalan que, en definitiva, esa jugada sería la más conveniente para Alberto Fernández, ya que dispararía un hiper al tiempo que cerraría la sangría de divisas por parte del Banco Central, y que, de ninguna manera, el gobierno actual sería tan generoso con su sucesor, ya que de este modo la bomba le explotaría a Cambiemos durante su gestión, en lugar de legársela al Frente de Todos. 

En síntesis, las expectativas para las próximas semanas son muy oscuras y si bien es dable esperar nuevas alzas en las cotizaciones alternativas del dólar, el interrogante está puesto, sobre todo, en el día después de las elecciones, en esos 43 días que median hasta el 10 de diciembre. 

¿Será cierto que lo peor aún está por llegar?. 

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