Cottrez estaba casada y tuvo dos hijas con su marido. Sin embago, tuvo más embarazos que creyó podrían ser fruto de violaciones de su padre, y por este motivo los mató.  

La mujer francesa cometió los asesinatos entre 1989 y 2007. Su esposo e hijas nunca supieron de los embarazos, ya que el sobrepeso que tiene la mujer le permitieron disimularlos. La primer muerte sucedió en 1989. Cottrez dio a luz a su hijo, lo ahogó y lo puso en una bolsa. El segundo crimen lo cometió mientras estaba internada en el hospital, a causa de un ataque epiléptico. Tuvo a su bebé en el baño de la clínica, lo estranguló, lo envolvió con toallas y lo llevó a su casa.  A partir de entonces, la francesa argumentó en el tribunal que las historias se le mezclan y no recuerda con precisión todos los asesinatos. 

El mal olor de los cuerpos comenzó a llamar la atención de las hijas del matrimonio y del marido de Cottrez. Ante la persistencia de los olores nauseabundos, decidieron investigar y encontraron dos bebés enterrados en el jardín de la casa. Luego, las autoridades descubrieron seis cuerpos más en la casa. La francesa, que hoy es abuela, confesó que era abusada por su padre desde pequeña. Cuando el hombre murió, en 2007, es cuando terminaron los asesinatos.