Erdogan defiende la pena de muerte, viajará a Rusia y alimenta la tensión con la UE

Erdogan defiende la pena de muerte, viajará a Rusia y alimenta la tensión con la UE

El presidente turco reiteró que apoyará la restauración de la pena capital para juzgar a los responsables del fallido golpe de Estado y anunció su viaje a Moscú, en otra señal que evidencia la creciente tensión con sus socios, Bruselas y Washington. 

Pese a la lluvia de críticas internacionales, el presidente turco, Recep Tayip Erdogan reiteró que apoyará la restauración de la pena de muerte para juzgar a los responsables del fallido golpe de Estado, al mismo tiempo que anunció un viaje a Rusia para el próximo mes, otra señal que evidencia la creciente tensión con sus socios, Bruselas y Washington.

 En paralelo, el gobierno turco continuó este martes con la masiva purga y las detenciones de miembros de las fuerzas de seguridad, funcionarios, empleados públicos y privados, con el arresto de a la famosa periodista Nazli Ilicak y al ex gobernador de Estambul, Husein Avni Mutlu, acusados de estar vinculados al alzamiento militar que terminó con unos 365 muertos y miles de heridos.

En total, desde que el golpe de Estado fracasó en la madrugada del sábado 16 de julio pasado, unas 13.165 personas han sido detenidas, entre ellas 2.101 jueces y fiscales, 1.485 policías y el lunes se emitieron órdenes de arresto contra 42 periodistas.

Además, más de 55.000 funcionarios, militares y empleados estatales y públicos fueron removidos y suspendidos de sus cargos, la mayoría pertenecían al área de Educación.

En medio de esta avanzada, que el mismo gobierno ya adelantó está lejos de haber terminado, el Parlamento turco aprobó este martes por unanimidad la creación de una comisión investigadora para determinar quiénes y cómo se complotaron para intentar derrocar al presidente Erdogan.

El partido del gobierno, el islamista AKP, y las cuatro fuerzas de la oposición, el socialdemócrata CHP, el progresista HDP y el ultranacionalista MHP, estarán representados en esa comisión informó la agencia de noticias oficial Anatolia.

Pese a ciertos consensos políticos limitados como este, la precoz purga y ola de detenciones, que comenzó pocas horas después del fracaso del golpe de Estado, fue criticada y hasta repudiada por la oposición, las principales potencias occidentales y las organizaciones internacionales de derechos humanos más influyentes.

A la decisión de Erdogan de seguir profundizando la purga y las detenciones, se sumó este martes la ratificación del presidente turco de que apoyará la restauración de la pena de muerte, una iniciativa que la Unión Europea (UE) ya había alertado que lastimaría de muerte su candidatura para convertirse en miembro pleno de ese bloque regional.

"Si estamos en un Estado democrático, el pueblo tiene la última palabra. ¿Y la gente, qué dice ahora? Quiere que se reintroduzca la pena de muerte", se justificó el mandatario en una entrevista con la televisión pública alemana ARD desde el Palacio presidencial en Ankara, citada por la agencia de noticias EFE.

Turquía abolió la pena de muerte de 2004, un requisito que impone la UE para ingresar a su comunidad de Estados.

El lunes, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ratificó ante el canal de televisión France 2 que "si Turquía introduce el miércoles por la mañana la pena de muerte, suspenderemos inmediatamente la negociación porque no hay espacio para la pena capital en la Unión”.

Erdogan este martes reaccionó a las advertencias de la UE.

"Sólo en Europa no hay pena de muerte. En casi todas partes del mundo hay (...) Además, no soy un rey. Sólo soy un presidente de Estado. Ser un presidente fuerte no significa actuar en contra de la Constitución", sentenció.

La escalada de tensión entre Turquía y la UE desde que Erdogan comenzó con sus represalías tras el fracaso del golpe de Estado parece no tener fin.

Por un lado, el gobierno turco informó este martes que Erdogan viajará a Rusia el próximo 9 de agosto para reunirse con su par Vladirmir Putin, con quien había mantenido varias disputas diplomáticas en los últimos meses, principalmente luego que las fuerzas armadas de Turquía derribaran en noviembre pasado un avión caza ruso que violó su espacio aéreo cuando bombardeaba la vecina Siria.

El viceprimer ministro turco, Mehmet Simsek, se reunió este martes en Moscú con su colega ruso Arkadi Dvorkovich para afinar los detalles del encuentro presidencial, que se realizará en San Petersburgo, según adelantó el primero en una conferencia de prensa conjunta.

Esta reunión será la primera de los dos mandatario luego que suspendieran las relaciones bilaterales a finales de noviembre pasado por el incidente del avión derribado.

"Rusia no es sólo nuestro vecino, sino también un socio estratégico", sentenció Simsek en momentos en que su gobierno cada vez se distancia más de sus socios de la OTAN, con quienes bombardea coordinadamente al Estado Islámico en Siria, y de sus vecinos de la UE.

Por otro lado, Erdogan denunció en la entrevista con la alemana ARD que la UE no había cumplido con su parte del acuerdo para frenar la llegada de refugiados a Europa y sólo había pagado "sumas simbólicas (...) de uno o dos millones de euros".

Hace unos meses, y ante el creciente sentimiento anti inmigrante y la popularidad de la extrema derecha en varios países europeos, la UE había sellado un acuerdo con Turquía para enviarle una ayuda de 6.000 millones de euros para que ese Estado se asista a los refugiados en su territorio y selle su frontera para evitar que sigan su ruta hacia Europa.

Este martes, el comisario para la Ampliación de la Unión Europea (UE), Johannes Hahn, repudió las declaraciones de Erdogan, las calificó como "no ciertas" e informó que el bloque "ya pagó más de 100 millones de euros".

Turquía había aceptado firmar el acuerdo -que habilita a la deportación inmediata a ese país musulmán de todos los refugiados e inmigrantes que entren a la UE ilegalmente- a cambio del dinero, pero también de una promesa de Bruselas de reactivar su candidatura para convertirse en un Estado miembro de la comunidad europea.

Esto resultó, por un breve período, en un mayor acercamiento; sin embargo, desde el fracaso del golpe de Estado, el gobierno de Erdogan y sus aliados occidentales cada vez parecen distanciarse más.

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