Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía , propuso reimplantar la pena de muerte en el país, y lo justificó al plantearlo como un deseo del pueblo turco. Las declaraciones del mandatario, enfocado en una purga en distintos niveles del Estado tras el intento de golpe fallido, generó el repudio de la Unión Europea, que amenazó con trabar el ingreso turco al bloque.

"Si estamos en un estado de derecho democrático, el pueblo es el que decide. ¿Y qué dice el pueblo hoy? Quiere que se vuelva a implementar la pena de muerte", aseguró Erdogan en una entrevista que dio a la cadena alemana ARD. "Los gobernantes no pueden simplemente decir que no les interesa", subrayó.

La opinión de Erdogan a favor de la pena de muerte derivó en una dura respuesta del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien aseguró que se paralizará el proceso para que Turquía ingrese a la UE si vuelve la pena de muerte en el país.

"Sólo en Europa no hay pena de muerte. Por lo demás, existe en casi todas partes", evaluó el mandatario turco. "Los gobernantes europeos no son sinceros", resaltó, y consideró que la UE no cumplió con los acuerdos con Turquía sobre las políticas para enfrentar la crisis de los refugiados.

Tras el golpe fallido de los días 15 y 16 de julio, Erdogan anunció que, si el Parlamento avanzara en una reforma constitucional que habilitara la pena de muerte, él la respaldaría.

En el mismo sentido se había expresado el portavoz de Erdogan Ibrahim Kalin, quien el jueves pasado dijo que la ejecución de los golpistas sería "una pena justa".

Cambio de nombre

El primer ministro turco, Binali Yildirim, anunció que el Puente del Bósforo cambiará de nombre para pasar a denominarse "Puente de los Mártires del 15 de Julio", en homenaje a las víctimas del intento de golpe de Estado contra Erdogan, que derivó en 270 muertes.

El anuncio del primer ministro se hizo después de una reunión de Gabinete en el palacio presidencial de Ankara, que encabezó Erdogan.