Ayer el Señor y la Virgen del Milagro abandonaron sus retablos y fueron entronizados en una ceremonia realizada a las 18, en la catedral basílica de Salta. 

Los fieles recibieron las imágenes -que vívidas por la fe de los creyentes y que se enraizaron en sus corazones- con aplausos y agitando pañuelos. 

El recuerdo de tradiciones que datan de 1952 y también de hechos recientes, como el terremoto del 27 de febrero de 2010, y la interpelación del Papa Francisco: "No se olviden del Señor, del Señor que con su amor sigue buscando el amor de un pueblo" se imbricaron en la reflexión inaugural del tiempo del Milagro 2014. 

A su término, se celebró una misa presidida por el arzobispo Mario Antonio Cargnello. "El Milagro nos compromete y aquí estamos. Ahora se empieza a vivir con mayor intensidad este vínculo que atraviesa no solo la vida de los devotos y peregrinos, sino también la de todos los habitantes de la ciudad. Vinculando cada año esta especie de noviazgo que no solo no se cansa sino que se recrea", expresó Cargnello. 

El lema del Milagro de este año y que le dará el tono a este tiempo es "Sembremos la alegría del Milagro y el encuentro renovemos" y a ello se refirió también Cargnello durante su homilía: "La fidelidad adquiere el tono nuevo de cada año, de cada momento de nuestra historia. Son siempre los mismos gestos y, sin embargo, son siempre nuevos como los saludos entre los amigos, los novios, los padres e hijos". 

La lectura previa de las parábolas del sembrador y del trigo y la cizaña resultaron propicias para vincular el mensaje con cuestiones sociales. Así, Cargnello resaltó la figura de Jesucristo, que siempre está llamando al corazón de la humanidad, "ante una sociedad que ofrece tantas formas de esclavitud" y llamó a salir al encuentro del Señor. "Una vez que entronizamos al Señor todo cambia, el color es distinto y la actitud se renueva. Debemos vivir estos días sin temor a reconocerlo, porque él nos envuelve con su misericordia. Vean qué genial es el Señor. El es la obra maestra del Padre. Buscamos a tantos líderes e ídolos y pasan los siglos y Jesús no pierde frescura, pasan los siglos y sigue provocándonos. Su figura aún a los grandes de las tierra se les plantea como una invitación a la coherencia". 

Tras la entronización de las imágenes, resta poco más de un mes para la celebración de la procesión del Señor y la Virgen del Milagro, donde miles de salteños acuden para saludar a los santos patronos. Incluso, turistas de otras provincias llegan para participar de la ceremonia. 

La homilía

El monseñor Mario Cargnello realizó ayer en la misa de entronización de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, una crítica a la sociedad del libertinaje "que deja tirados a los jóvenes después de ofrecerles libertades sin compromiso, los deja tirados a la vera de los basurales sin sentido, fracasados, muchos muertos. Jesús nos quiere dignos, vivos, enteros y capaces de lo mejor". Luego apuntó a una búsqueda de integración mundial: "En esta humanidad inmensa, innumerable. Es fácil decir 7 mil millones pero es inimaginable. Somos el pueblo de Dios que acepta el desafío de la libertad pero siendo un pueblo servicial y solidario". Por último apuntó no solo a recordar los milagros de septiembre de 1692, octubre de 1844 y agosto de 1948, que llegaron a nuestros tiempos por la tradición oral, sino también la última gracia atribuida a la intercesión del Señor del Milagro, cuando el 27 de febrero de 2010 se produjo un terremoto de 6.1 en la escala de Ritcher y en Salta dejó 2 muertos.