Entre el paralelo y el turista, el Gobierno quiere domesticar la brecha cambiaria

Con un dólar informal que avanza 42% en el año, la “ilusión” del Palacio de Hacienda de acortar la distancia entre las cotizaciones parece ganar cuerpo. A ello habrá que sumarle el nacimiento del “dólar turista”, que también cotiza a sólo un peso de distancia del blue
La batalla del blue bien podría comenzar a contarse dentro de las victorias pírricas del Gobierno. Superados ya los dos años de cepo, la cotización (aparentemente controlada) del blue aún genera inquietud en buena parte de los funcionarios como también de la sociedad. Argentina perderá aproximadamente u$s 11.000 millones de dólares en 2013 en reservas, y el saldo del año en materia cambiaria se asemejará mucho al del desdoblamiento.

El blue tiene vida propia: en algunos tramos de su ciclo histórico, prácticamente superó el 100% de brecha con el oficial; en ocasiones sufrió de escasez de oferta o de fuerte demanda. Pero también, este mercado ostenta varios argumentos a los que es netamente reactivo. Los dos últimos capítulos de esta saga bien podrían hablar de la rehabilitación del “dólar financiero”, –un mecanismo legal para comprar dólares blancos mediante la adquisición de títulos públicos y la venta simultánea contra dólares– y, por otro lado, las intervenciones ‘higiénicas’ de la Anses (y bancos amigos) para “bajar” la otra variante llamada “contado con liquidación”, un mecanismo similar al dólar financiero pero con depósito final en el exterior. Estos dos tipos de cambio, ubicados en los $ 8,60 aproximadamente, son la muestra fehaciente de los intentos del Gobierno por acercar la brecha que une el dólar oficial con el informal, –hoy en 50%–. En rigor, se trata de una estrategia de último minuto para conquistar un mercado distante. La idea que circula por los pasillos de Hacienda es que, domesticando los valores del dólar financiero y el “liqui”, el volumen del mercado blue dejaría de ser relevante. En el fondo, dicen, se trata de una operación legal y en ambos casos el valor de dólar que se obtiene es más bajo que el del blue.

La otra pata que conviene “visitar” tiene que ver con el turismo. La última ventanilla que quedaba abierta para comprar divisas a precio oficial –y que generó que en 2013 el saldo negativo se amplíe y supere los u$s 6.000 millones– quedó virtualmente clausurada cuando, hace algunas semanas, el recargo de la AFIP para consumo en dólares con tarjeta o pro ventanilla pasó del 20 al 35%. De esa forma, se dio origen a la segunda cotización “oficial” que hoy puede mostrar el mercado cambiario: la del dólar turista, hoy en $ 8,70, unificado tanto para aquél que realiza operaciones vía Internet con tarjeta de crédito, el turista y el que demanda divisas a la AFIP. Es en este terreno donde mayores ventajas lleva el cepo: una meta de corto plazo bien podría ser acercar o unificar el “dólar turista” con las variantes vinculadas al mercado bursátil (financiero y liqui). En los últimos 25 meses, el blue se devaluó 140%. En el último año, sin embargo, mientras la cotización oficial del dólar cerrará por encima del 30% de incremento, la del blue fue del 42% si se toma como referencia el punto de arranque de $ 6,80. La fuerte escalada se vio atenuada en la segunda parte del año, cuando el Gobierno decidió intervenir ese mercado para mantenerlo por debajo de la línea psicológica de los $ 10. ¿Por qué la Casa Rosada busca marcarle al pulso al blue?

Una brecha como la actual, se “come” la rentabilidad de muchos sectores que tienen sus ingresos ajustados al oficial mientras que sus costos crecen al ritmo del blue. En un marco con pérdida de reservas, pérdida de competitividad, pérdida de rentabilidad, la próxima gran batalla será para generar mayor productividad y por “ajustar” las expectativas inflacionarias. Con un tipo de cambio y una brecha que responda a la estrategia del Gobierno, la búsqueda podría trasladarse a otros sectores de la economía. Mucho dependerá de la entrada de dólares que pueda registrar el Banco Central.

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