Entre el diálogo y los ataques a la ley

Entre el diálogo y los ataques a la ley

El FpV-PJ mantiene abierto el contacto con el massismo, que a su vez no le cierra la puerta al Gobierno. Ayer, desde Macri hasta ministros y legisladores del oficialismo volvieron a la carga contra el proyecto que se tratará el miércoles en Diputados.

Mientras el kirchnerismo continúa dialogando con el massismo en busca de aprobar la ley antidespidos en el Congreso, funcionarios oficialistas –de Mauricio Macri para abajo– se ocuparon ayer de fustigar el posible avance de la Ley de Emergencia Ocupacional esta semana. La vicepresidenta Gabriela Michetti culpó “al populismo” por la situación económica; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aseguró que “claramente hay una intencionalidad política en instalar una ola de despidos” que, aseguró, no existe. Y Macri afirmó: “Vamos a estar mejor”. El peronismo volverá a la carga esta semana con la ley y resta saber si Sergio Massa continuará con su estrategia de favorecer al macrismo. En tanto, Pablo Moyano cuestionó el rumbo del Gobierno y el titular de la UIA, Héctor Méndez, la respaldó, al tiempo que confesó su “aversión por el sector público”.

El macrismo trabaja en un acuerdo con Massa para que Macri no tenga que afrontar el costo político de vetar una ley que es respaldada por las cinco centrales sindicales, que hace menos de dos semanas movilizaron a 350 mil personas al Monumento al Trabajo. No obstante, el juego de posiciones es complejo: Massa pide medidas para las pymes cuyo costo fiscal el macrismo no está dispuesto a afrontar; el líder del Frente Renovador no quiere quedar pegado al kirchnerismo, pero tampoco le resulta gratuito mostrarse como el aliado eterno del PRO.

Desde el Frente para la Victoria, la diputada Juliana Di Tullio indicó que “hay que volver a hablar con las centrales sindicales para ver qué quieren y hay que hablar con el Senado para ver si acepta cambios. Hay un camino de diálogo para ver qué logras el miércoles. Es una encerrona compleja en la que nos metió el Frente Renovador. Hay que seguir hablando y dialogando”. El kirchnerismo, explicó Di Tullio, está en conversaciones con el massismo que, por otra parte también mantiene una puerta abierta a los negociadores del PRO, entre ellos, el jefe de bloque PRO, Nicolás Massot. “Si hay doble indemnización o no, que es el tema que más divide las aguas”, indicó el diputado Massot, quien consideró que el clima de negocios va a mejorar y la inflación va a bajar. “Hemos roto todos los records de compra de deuda –celebró–. No nos está yendo mal.”

El Gobierno continuó con su ofensiva en contra de una ley que frene los despidos que, por otra parte, aseguran que no existen. El presidente Macri publicó una opinión en el diario El Liberal de Santiago del Estero, en la que volvió a recurrir al argumento de la pesada herencia: “Venimos de tiempos difíciles, en los que la inflación se convirtió en un flagelo incontrolable, se frenó la creación de empleo de calidad y faltó un Estado presente”, dijo.

Se refirió en particular a las pymes, a las que apunta el discurso de Massa: “Estas empresas representan el 71 por ciento de los empleados del sector privado. Y agrego un dato más: el 99 por ciento de las empresas argentinas son PyMEs”, aseguró Macri. El Presidente sostuvo que envió “un proyecto de ley al Congreso para eliminar algunos impuestos y reducir otros, sobre todo en el caso de las pymes que realicen inversiones”. Como le recomienda Jaime Durán Barba, mencionó a varias personas por su nombre de pila para mostrar cercanía con el ciudadano de a pie. “Vamos a estar mejor. Confíen”, pidió.

El trabajo de atacar a los opositores volvió a estar en manos de Triaca: “Cuando se quiere instalar esta percepción de una ola de despidos claramente hay una intencionalidad política”, dijo. Reconoció, eso sí, “una caída sostenida de la construcción muy motorizada por la caída en el pago de la obra pública”, que fue resuelta por el gobierno de Macri. Además, afirmó que la situación de Brasil está complicando a las industrias manufactureras. “Sincerar la economía nos está costando a los argentinos mucho esfuerzo. Esperamos que sea una transición corta”, dijo.

Desde Japón, la vicepresidenta sostuvo que “el ajuste obviamente no se hizo. Todo lo que está pasando, desde el consumo hasta los problemas de la clase media, no es responsabilidad del Gobierno. Es producto del sinceramiento de la economía”. Michetti pronosticó que la inflación anual “va a ser del 25 por ciento en el interior y un poco más en el Gran Buenos Aires”, pese a que ese número ya se superó en la actualidad. “La problemática del empleo es anterior, producto del populismo. Todos los que están defendiendo la ley antidespidos saben que no es buena. Lo que están haciendo es boicotear el progreso de los argentinos”, acusó.

“Estamos peor que con el gobierno anterior, los trabajadores hemos perdido gran parte del sueldo”, aseguró el dirigente del sindicato de Camioneros Pablo Moyano. “El Gobierno armó un circo para tratar de salir del apuro porque se va a votar la ley antidespidos en los próximos días. El Gobierno parece que sigue en campaña con eslogans porque ¿qué garantías te da que estos tipos que siguen despidiendo trabajadores de un día para el otro van a dejar esa metodología? Fue un manotazo de ahogado para parar los despidos y suspensiones que hay día a día”, afirmó Moyano. Por su parte, el secretario general de la Uocra, Gerardo Martínez, reclamó “un Estado en acción y no un Estado de difusión. Cuando el Estado no asumió la responsabilidad, fuimos al Parlamento”.

“Macri no va a aceptar extorsiones de los sindicalistas”, dijo la secretaria de Relaciones Parlamentarias, Paula Bertol, quien reiteró: “No hay una crisis de empleo como para sacar una ley antidespidos”. El Gobierno fue respaldado por el titular de la UIA, Héctor Méndez, para quien “la ley antidespidos va a demorar las inversiones”. “Nadie tomaría la decisión de tomar gente con una ley que dice que si la toma no la puede despedir”, aseguró Méndez, pese a que el proyecto que se discute no incluye nuevos empleos. Méndez festejó los más de 30 mil despidos que motorizó el macrismo en el sector público porque “hay muchísima gente que ha sido colocada para acomodarse. Por eso mi particular aversión al sector público”.

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