Entre cuidar y ocupar la silla del Jefe

Entre cuidar y ocupar la silla del Jefe

Cuando la estrategia indica apostar al Congreso, ellos hacen las valijas y se mudan. En la elección anterior se aseguraron dejar a un reemplazante de confianza. Sin embargo, la ecuación no siempre resulta. El acuerdo entre el jefe y el discípulo o aliado puede perder su brillo, desgastado por los cambios de color partidario o la asunción de un rol de poder.

Y allí comienzan las internas. En esa situación transcurren sus horas algunos ex jefes comunales que ven alterado su rol en el municipio.

En Lomas de Zamora, la alianza entre Martín Insaurralde y Santiago Carasatorre comienza a hacer agua. Sucede que el intendente, histórico del PJ local, no quiere perder espacios, mientras observa que el diputado nacional comienza a gestar su propia estructura, que lo puede dejar excluido.

En Escobar, el caso es un poco más evidente, ya que Sandro Guzmán se pasó al FR pero dejó en el sillón a un dirigente de corte kirchnerista. Por ahora ambos intentan frenar conflictos, pero comienzan a ser muy evidentes los encuentros entre sectores K y del sciolismo con el alcalde, Walter Blanco; tanto que Guzmán ya avisó que vuelve.

En Pergamino, el diputado nacional de la UCR, Héctor “Cachi” Gutiérrez, ve desplazada su estructura a manos de Omar Pacini. Aunque ambos son radicales, Pacini pertenece a la línea que lidera Ernesto Sanz; es decir, está en la vereda opuesta del cobista Gutiérrez.

Como contrapartida existen los casos de manual, donde el caudillo que se va deja a un discípulo obediente.

Quizás el caso más emblemático sea el de Tigre, donde nadie espera una mi-rada rebelde por parte del jefe comunal, Julio Zamora.

En esa sintonía se mueve Gilberto Alegre, quien durante años se encargó de armar su propia estructura, por fue-ra incluso del PJ. Eso le asegura ahora la protección de su terruño.

En Almirante Brown, Darío Giustozzi también no parece dispuesto a dejar su espacio. De hecho, la publicidad que lo promociona como candidato a la Gobernación sale y se alimenta en su municipio.

Aníbal Regueiro, de Presidente Perón, tampoco duda de la lealtad de su esposa, la intendenta Carina Biroulet. Ni Ricardo Móccero desconfía de la lealtad de Osvaldo Fuentes Lema. Y en General Alvarado la fa-milia Hogan no espera la rebeldía del actual jefe comunal (esposo de la hermana del sa-liente intendente y yerno del un ex alcalde).

Lo evidente es que no existen alianzas seguras, sobre todo cuando lo que está en disputa es la silla que ordena el juego en el municipio.

ESCOBAR

Desde que dejó la in-tendencia de Escobar para mudarse a la Cá-mara de Diputados de la Nación, Sandro Guzmán no tiene calma en su distrito. Con varios frentes de batalla abiertos, muchos rumores indican la posibilidad de que retorne al frente del Ejecutivo local. Sucede que al caudillo le han salido algunos contrincantes internos, aliados del massismo. Es el caso de Leandro Costa, hijo del senador provincial Roberto Costa, que promueve su candidatura con el aval de los intendentes Gustavo Posse y Jesús Cariglino. La aparición del joven concejal, como una suerte de renovación massista, no ha caído simpática al legislador nacional. Pero no es el único problema. El jefe comunal, Walter Blanco, quien nunca renegó de su procendencia K, comenzó a marcar cierta independencia del caudillo de Escobar. De hecho, se sabe que los contactos que han iniciado, desde sectores K y sciolistas, para reincorporarlo a las huestes oficialistas o, en to-do caso, tenerlo como uno de los in-tendentes aliados.

GENERAL VILLEGAS

Horacio Pascual, es un hombre de confianza del actual diputado nacional Gilberto Alegre. Reúne, según mencionan todos, las condiciones ideales para sostenerse en ese cargo. Tiene perfil bajo, una carrera nacida y expandida en el esquema de Alegre y ninguna intención de querer armar su propio juego. Sin embargo, no está claro que sea elegido como el candidato de 2015. Cuentan que hay otras figuras que fueron testeadas, aunque con poco éxito. La más evidente es la secretaria de Cultura, Valeria Iglesias, quien levantó su perfil en el último tiempo. Sin embargo, la joven mujer no ha lo-grado generar expectativas favorables. Tampoco podrá ser el ex presidente del Concejo Ernesto Segretin, un ex hombre de confianza que, enojado con el “personalismo” de Alegre, decidió pedir licencia en la banca y renunciar a la presidencia del cuerpo. Puede ser entonces que Pascual sea el elegido, pero muchos, con algo de ironía, marcan la posibilidad del retorno del caudillo de Villegas. “Es el plan B de Gilberto, por si ninguno de los que viene postulando le asegura una elección favorable”, remarcan fuentes locales.

ALMIRANTE BROWN

Darío Giustozzi tiene sus fichas apostadas a la gobernación bonaerense. Sin embargo, su plataforma electoral no se desarrolla en su banca de diputado, aun cuando ocupa la jefatura de la bancada del FR. Giustozzi sigue jugando su campaña en Almirante Brown, donde nació como figura política a partir de haber ganado la intendencia dos veces consecutivas.

Su sucesor, Daniel Bolettieri, es un hombre de origen radical que ingresó en la función pública de su mano en 2007. Es, además, un hombre del sindicalismo (Municipales); de hecho tiene buena relación con el ministro de Trabajo, Oscar Cuartango, con quien compartió pasado en el ámbito gremial. Su prototipo moderado lo hacen una figura de diálogo con el sciolismo. Aunque esto no desvirtúa que continúa siendo Giustozzi el jefe en el municipio. “Somos el equipo de Giustozzi”, indica el eslogan que siguen mostrando los funcionarios municipales. En esta línea se espera que Bolettieri sea el candidato de la continuidad el próximo año. Lo que no está claro es si el rumbo seguirá siendo el FR o se apostará a un partido vecinal. Dependerá de quiénes sean los contrincantes internos en la Provincia. Y si Insaurralde, efectivamente, da el salto.

PRESIDENTE PERON

Aunque se mudó a la Legislatura provincial, Aníbal Regueiro conserva la jefatura política de Presidente Perón. Y esto, además, con un horizonte despejado de posibles internas. Sucede que Regueiro, además de haber logrado una exitosa elección en 2013, ubicó en la jefatura comunal a su esposa, Carina Biroulet, ex titular del Concejo Deliberante. Con esto eliminó la posibilidad de contrafrentes internos en su distrito. Biroulet viene de un período complicado en salud, ya que a fines de 2011 sufrió un accidente, que derivó luego en un ACV. Tardó un tiempo prolongado en recuperarse, pero volvió a la actividad en el Ejecutivo local, siempre a las órdenes del actual diputado provincial.

LOMAS DE ZAMORA

El nombre de Martín Insaurralde ya no aparece de forma obligada en las actividades institucionales del Municipio de Lomas de Zamora, o en las partidarias del PJ local. En los últimos tiempos el intendente, Santiago Carasa-torre, parece más concentrado en hablar de unidad, y peronismo, que en recordar la figura del ahora diputado nacional. Así sucedió en el festejo del 17 de Octubre, que organizó el PJ lomense y tuvo al jefe comunal como principal orador. “No nos olvidemos que tenemos lealtad a nuestro pueblo, a nuestros militantes y a nuestros vecinos”, enfatizó Carasatorre en esa circunstancia. Lejos están ambos de

la relación que supieron consolidar durante la gestión y posterior renuncia del ex jefe comunal Jorge Rossi. En ese momento Insaurralde quedó al frente de la intendencia, en un acuerdo con el entonces presidente del Concejo Deliberante, Carasatorre. La dupla funcionó durante la primera gestión de Insaurralde, y se extendió en el segundo mandato, incluido el proceso de enfermedad que padeció el jefe comunal. En esos momentos Carasatorre suplió a su jefe, y jugó de aliado incondicional. Pero ahora la situación es diferente. Insaurralde tiene tropa propia, con posibles candidatos locales, como el caso de su hermana Alejandra, o el jefe de gabinete, Guillermo Viñuales. A esto se suma la presión que ejercen los demás sectores kirchneristas de Lomas, que le recomiendan al actual mandatario comunal que comience a despegarse del “mediático” diputado. “A todos nos conviene que se vaya al massismo”, señala un operador político del justicialismo. Siguiendo esta línea, cuentan que en un acto pasado Carasatorre le recordó al oído a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, su incondicionalidad. “Yo juego con vos, siempre”, dicen que susurró el lomense.

TIGRE

Tigre se conviritió en la marca, el logo de campaña, de Sergio Massa. Y desde allí, el disparador para to-da su proyección política. Por eso, el actual diputado nacional tiene intención de seguir mostrándose en ese escenario. En la administración de la comuna siempre dejó a un hombre de confianza, Julio Zamora. Lo hizo cuando fue elegido jefe de Gabinete, en épocas kirchneristas, y lo hace ahora, que se ha mudado al Congreso. Zamora, en tanto, cumple su rol a la perfección, dejando todo el protagonismo a su jefe, y ocultándose en un perfil bajo casi extremo. Es sabido que los temas de Tigre los habla “Sergio”.

Otra figura fuerte en el distrito es la primera dama local, Malena Galmarini, quien todo el tiempo se menciona como posible sucesora.

GENERAL ALVARADO

En General Alvarado se da un caso particular: allí la discusión no se plantea entre el que dejó su mandato para mudarse al Parlamento y su interino, sino entre el intendente actual y su suegro. Sucede que desde que Patricio Hogan asumió una banca en la Cámara Baja provincial participa en Miramar sólo de los actos de protocolo, sociales o de prensa. En cambio, su padre, el ex jefe comunal Tomás Hogan, no tiene intenciones de abandonar su viejo rol de caudillo. Eso le genera muchos conflictos al actual intendente, César di Césare, esposo de Florencia Hogan. Al parecer, las directivas del suegro provocaron que pidiera una licencia de 20 días para tomar distancia de la situación. A esto se suma la falta de construcción política de Di Césare, un hombre que no proviene de la militancia y que siempre trabajó como funcionario de la familia Hogan. Según todos remarcan, la intendencia de Di Césare es “una cuestión familiar, más que política”, porque no se esperan rebeldías de parte del actual jefe comunal.

PERGAMINO

La relación entre el actual diputado nacional Héctor “Cachi” Gutiérrez y su sucesor en la intendencia de Pergamino, Omar Pacini, es amistosa en lo personal, pero de incipiente conflicto en lo político. Ambos son dirigentes de perfiles diferentes. Mientras Gutiérrez forma parte de los radicales que no dudan en cerrar alianzas con otros sectores, más o menos

afines (fue parte del radicalismo K de la mano de Julio Cobos), Pacini es un auténtico boina blanca, menos efervescente y más conservador. De hecho, mientras Gutiérrez continúa su estrategia con el diputado nacional Julio Cobos, Pacini se mantiene en el sector que fogonea la candidatura del senador nacional Ernesto Sanz. Siguiendo esta lógica, Pacini desarmó la vieja estructura de “Cachi”, en la que convivían varios peronistas, y reordenó la escena acorde a su línea política. Esto tuvo un capítulo particular en el Concejo Deliberante, donde el ac-tual intendente, que cuenta con seis ediles, contra los dos que conserva Gutiérrez, buscó remover a la presidenta del cuerpo, Gabriela Caruselli, para ubicar allí a Juan Manuel Batallez. Aunque tenían el nú-mero para hacerlo, la resistencia de los ediles de Gutiérrez motivó que finalmente todo quedara igual. Pero la ruptura, al menos en lo político, es un hecho. Esto complica la situación del jefe comunal, ya que no tiene mayoría en el cuerpo deliberativo, y la ruptura interna habilita alianzas cruzadas. A esto se suma el he-cho de que Pacini buscará legitimar su cargo en 2015. Esa ambición preocupa a Gutiérrez, que teme perder poder político en su terruño.

CORONEL SUAREZ

Ricardo Móccero fue intendente de Coronel Suárez durante cinco gestiones consecutivas. Tuvo incluso un broche de oro en la última elección, donde ganó por más del 57 por ciento de los votos. Su rótulo de caudillo de Coronel Suárez no es casual, sobre to-do porque construyó su estructura a través de un partido vecinalista. Ahora, con traje oficialista, transcurre sus días en el Congreso. En su lugar dejó a Osvaldo Fuentes Lema, hombre de su confianza. A mitad de año hubo un fuerte cortocircuito entre ambos dirigentes, al punto que se habló de la renuncia del interino. El nuevo jefe comunal exigía libertad de acción, y poder remover a algunos hombres de Móccero. El diputado cedió un poco, y hubo acuerdo. Ahora Móccero asegura no tener intenciones de volver a la intendencia, en tanto que Fuentes Lema intenta posicionarse.

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