En la cuenta regresiva de cara al cierre de listas para las PASO del 9 de agosto, el rol de los intendentes cotiza cada vez más alto en la interna del Frente para la Victoria (FpV). Al punto que ya se han convertido en una suerte de botín para los precandidatos a gobernador, quienes ven en ellos a los garantes de que sus boletas aparezcan en el cuarto oscuro el día de la elección.

Esa guerra por el respaldo de los líderes de los pagos chicos se vive aún en silencio, pero con gestos públicos que evidencian cierta preocupación por mostrar dominio del territorio y supuestos alineamientos que en realidad suelen no ser tales.

Entre los jefes comunales reina la ambigüedad. Salvo varias excepciones, la gran mayoría no se manifestará públicamente a favor de ninguno en particular. Seguramente habrá un acuerdo de unos y otros para que la competencia sea limpia y los nombres de todos tengan apariciones igualitarias en las mesas de votación.

En las últimas horas, los dos nombres que aparecen más firmes con sus precandidaturas a gobernador protagonizaron sendos encuentros con intendentes. Julián Domínguez lo hizo el sábado pasado en Luján, Aníbal Fernández este martes en Buenos Aires.

Lo que ocurrió con el presidente de la Cámara de Diputados ejemplifica la situación que se vive y la importancia que se les da a los jefes comunales. Domínguez cosechó ese día el nada despreciable apoyo de 40 sindicatos. Sin embargo al comunicarlo públicamente agrega un dato dudoso: el presunto alineamiento de 45 intendentes que estuvieron presentes para la foto.

En realidad la imagen no es reflejo de aquella afirmación. Más allá de que algunos de ellos efectivamente se incline por la candidatura de Domínguez (los casos del quilmeño Francisco Gutiérrez y el marplatense Gustavo Pulti son importantes), la mayoría concurre a cuanta invitación le cursan.

Así como estuvieron en esa actividad podrían hacerlo con Fernández, con Fernando Espinoza, y hasta con Sergio Berni si su candidatura sigue en pie. De hecho muchos de ellos volvieron a encontrarse este martes en la mencionada reunión con el jefe de Gabinete.

Así lo explicaron a Diagonales varios de los intendentes que aparecieron en la actividad de Lujan:

Patricio Mussi: “Mi respaldo fue para esa actividad. Si Aníbal (por Fernández) hace algo similar, iría encantado también”, dijo el intendente de Berazategui, uno cuyo nombre sonó para integrar algunas de las fórmulas después de bajar su propia candidatura a gobernador.

Daniel Di Sabatino: “Tanto yo como otros intendentes intentamos ir a las actividades que nos invitan. Queremos Acompañar, mientras sean candidatos del espacio a nivel nacional o provincial, después podemos tener nuestras preferencias”, respondió el de San Vicente, quien recordó que el G30 (grupo que reúne a más de esa cantidad de jefes comunales) se ha reunido con casi todos sin manifestarse a favor de ninguno.

En el mismo sentido se expresaron Fabio Giovanettoni de San Pedro y Juan Carlos Caló, de General Las Heras. Son dos que estuvieron en Lujan, aparecieron en la foto, y sus presencias aparecieron reflejadas en algunos medios como respaldo explícito.

“Por la situación política y financiera de San Pedro yo necesito de todos”, dijo el primero de ellos al ser consultado por Diagonales. “Respaldo la candidatura de Julián como la del resto de los candidatos a gobernador”, completó Caló.

Se entiende así que en al salir del encuentro con Aníbal Fernández de este martes, casi a coro los jefes comunales expusieran: “Apoyamos a todos los precandidatos del Frente para la Victoria (FpV)”.

Los garantes. El interés de demostrar feeling con los jefes comunales está en todos. Y eso se explica en el rol que estos jugarán en la interna a partir de la decisión ya tomada de que todos podrán aparecer en tantas boletas como candidatos a gobernador y a presidente haya.

En el concierto de los alcaldes, están los que efectivamente se jugaron con respaldo explícito a algunos de los precandidatos a gobernador. En esas filas, a los ya mencionados hay que agregar –por ejemplo- a Juan Carlos Gasparini (Roque Pérez) y Jorge Fernández (Lincoln), anibalistas de la primera hora. O a Darío Díaz Pérez y Gustavo Arrieta quienes apoyaron a Espinoza.

Pero como se dijo, la ambigüedad parece ser lo que reinará hasta el mismo día de la elección más allá de que las preferencias –como dijo Di Sabatino- existan. Por un lado así evitarán herir susceptibilidades y por otro garantizarían una buena relación con el que resulte electo.

Es la misma ambigüedad que ya declamó el propio Aníbal Fernández cuando reconoció que tenía un candidato a presidente preferido, pero que lo dirá después de las PASO, porque en esa instancia llevará a ambos (Florencio Randazzo y Daniel Scioli) en su boleta.

Confianza ciega será la que tendrán que tener los precandidatos a gobernador en los fiscales locales que deberán garantizar la igualdad de condiciones en los cuartos oscuros. No es descartable entonces que en los días previos al 9 de agosto se firme un acuerdo para que los intendentes se conviertan en garantes de esa ecuanimidad.