El entorno de De Vido, entre el ostracismo y nuevos negocios

El entorno de De Vido, entre el ostracismo y nuevos negocios

Los hombres que siempre fueron leales al ex ministro de Planificación rearmaron su vida en el llano, pero ven venir un vendaval judicial; siguen en contacto con el diputado.

Viven en un clima de ostracismo, se manejan con dinero en efectivo, facturan en negro y tienen problemas con los bancos. El séquito de laderos de Julio De Vido durante el kirchnerismo hoy transita el lado oscuro del poder que supo ostentar en el Ministerio de Planificación.

Los hombres de confianza del ex ministro todopoderoso lograron rearmar su vida en el llano. Aunque no con el brillo que siempre soñaron, según pudo reconstruir LA NACION en diálogo con una decena de protagonistas y testigos de la ex gestión.

José María Olazagasti, intermediario poderoso de Planificación, tiene una compañía de shows musicales y asesora (con sigilo) a algunas empresas. El ex segundo de De Vido, Roberto Baratta, se dedica al comercio exterior. El ex subsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala, trabaja como ingeniero para pymes. El ex secretario de Energía, Daniel Cameron, se jubiló en Santa Cruz. Y German Nivello, ex subsecretario de Vivienda, trabaja con la franquicia de una cadena de recuperación capilar.

Para todos ellos, hoy el valor más importante es la libertad. No corrieron con la misma suerte los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y de Obras Públicas José López, que pasan sus días en el penal de Ezeiza. Ellos estuvieron bajo otra lógica dentro de Planificación, gracias a la línea directa con Néstor Kirchner. No se llevaban bien con De Vido.

Los hombres que reportaban al ex ministro de Planificación mantienen hoy un contacto cotidiano con "Julio". Cuando se les mencionan los nombres de Lázaro Báez y Cristóbal López, símbolos del capitalismo de amigos kirchnerista, suelen responder que ellos eran "un asunto de los Kirchner".

Aunque debieron bajar su perfil aún conservan una cuota de poder crucial: ellos supieron hacerles ganar millones a los hombres de negocios más importantes del país.

Sin embargo, el cerco invisible que parecía mantener ileso a De Vido comenzó a resquebrajarse en los tribunales. Y los hombres que le debieron su lealtad también ven venir un vendaval judicial.

Ex funcionarios en el llano

De los manejos poderosos al bajo perfil

José María Olazagasti

Secretario personal

Reconversión. Cuando José María Olazagasti bajó al llano, confió en que su agenda le abriría un futuro promisorio y con luces. Pero las puertas se cerraron y el hombre que manejó los temas más sensibles de Julio De Vido, debió moverse con sigilo para hacer nuevos negocios.

El "Vasco" tuvo muñeca para ganarse la confianza de De Vido. Terminó la gestión entre espías, en el noveno piso de la AFI. En los papeles, sin embargo, no era más que un empleado público de planta permanente. Por eso, nunca estampó su firma en ningún contrato.

Por esa peculiar situación laboral hoy no está imputado en ninguna causa de corrupción. Puede caminar tranquilo por Plaza Italia, donde alquila un departamento. Tiene una empresa de shows musicales y hace trabajos de consultoría. Destina más tiempo a sus hijos y espera un bebe con su novia colombiana.

"Está enojado, no quiere saber nada con la política", dicen quienes lo conocen. Sólo habla con "Julio", su gran amigo.

Quienes lo trataron cuando dejó la gestión cuentan que había soñado una salida trabajando para los Bulgheroni. Otros aseguran que quiso entrar en El Mundo, la radio que compró Juan José Levy, acercado por su íntimo amigo, Alfredo "Freddy" Lijo. Pero el "Vasco" asegura que nunca se subió al proyecto. En el kirchnerismo, en tanto, circula la hipótesis de que fue Olazagasti quien envió el mensaje a José López que disparó su paranoia y su raid hasta el convento. Él, sin embargo, se muestra lejos del barro.

Roberto Baratta

Ex sec. coordinador

Coordinador. Roberto Baratta supo decidir el destino de millones de fondos públicos durante el kirchnerismo. A pesar de ese rol, pudo surfear los primeros meses fuera del gobierno sin grandes olas en los tribunales. Recién esta semana una noticia alteró su tranquilidad: la posibilidad de quedar preso por la causa de Río Turbio.

Ex secretario de Coordinación y Control y virtual número dos de Julio De Vido, decidió volver a su primer amor: el comercio exterior. Según pudo conocer LA NACION, se dedica a la consultoría aduanera para empresas pesqueras. Su lugar de trabajo se mudó a una oficina en la avenida Córdoba. Tiene un vecino conocido: Cristóbal López.

Quienes lo frecuentan lo describen más dedicado a su familia, con barba crecida y despojado de corbata, aunque con el mismo carácter brusco que siempre lo distinguió. En los registros oficiales aún figura ligado a una empresa de radiotaxis familiar.

Pero esa pyme parece haber quedado lejos. Baratta se jacta de que todavía conserva un buen diálogo con los grandes empresarios, a los que supo atender desde su influyente escritorio.

Baratta habla casi a diario con De Vido sobre temas energéticos. Si antes desde un panóptico vio todos los pagos de Planificación, hoy monitorea las defensas judiciales del ex ministerio.

El plan para reactivar de la mina de carbón de Río Turbio, donde se desviaron más de $ 200 millones hoy lo tiene contra las cuerdas: la Cámara Federal pidió evaluar su detención.

Daniel Cameron

Ex secretario de energía

El regreso. El hombre que manejó las palancas de la energía argentina, hoy está retirado de la actividad. Daniel Cameron se jubiló meses atrás en su Santa Cruz natal. El ex secretario de Energía dejó la gestión nacional de forma anticipada, en 2014. Antes de entrar al régimen previsional, estuvo un período en la gobernación de Santa Cruz, como titular de Servicios Públicos de la provincia comandada por Alicia Kirchner.

Cameron también quiso aventurar un contacto con la gestión de Mauricio Macri, cuando se propuso como asesor para el emprendimiento de las represas Kirchner y Cepernic, uno de sus mayores sueños. Pero esa gestión fue fugaz.

Este año, durante un acampe frente a la Caja de Previsión Social de Santa Cruz, los vecinos lo reconocieron y le hicieron un escrache. Nadie es profeta en su tierra.

Abel Fatala

Ex subsec. de obras públicas

Político fiel. El ex número dos de José López, Abel Fatala, es uno de los pocos ex funcionarios de Planificación que sigue enamorado de la política. Colabora con la campaña de Cristina Kirchner desde el Instituto Patria y ayuda ad honórem en La Matanza.

Fatala nunca quiso "puentear" a De Vido, como hacían otros funcionarios del área. Fue el ex ministro quien lo convocó a trabajar y a él hoy le debe su lealtad.

Sin embargo, la vida no es igual que antaño. Ingeniero industrial, realiza trabajos para distintas empresas que insisten en pagarle en negro para no tener problemas.

Enlace clave con Madres de Plaza de Mayo, se vio complicado en la causa Sueños Compartidos. "Hay un Lázaro Báez en cada provincia", es la muletilla que repite en su entorno para defender a la ex gestión. "Este gobierno termina nuestras obras", repite.

Germán Nivello

Ex subsec. de vivienda

Vida común. Germán Nivello fue una de las últimas personas que chateó con José López antes de que fuera detenido in fragantti con bolsos con dinero. A partir de allí, cortó el cordón con la política.

El hombre de los programas de vivienda del kirchnerismo, pasó los primeros meses de la gestión de Cambiemos en Santa Cruz, con un cargo en la gobernación. Pero la gestión incendiaria de Alicia Kirchner lo hizo renunciar. Hoy tiene una franquicia una famosa cadena de transplantes capilares y volvió a su profesión de arquitecto.

Apenas supo que estaba involucrado en el caso de Milagro Sala, viajó a Jujuy a ponerse a disposición del juez. Hoy sus bienes están inhibidos. "Hicimos muchas obras, por eso este gobierno nos quiere matar nuestro caballito de batalla", repite a sus allegados. Nostalgia de otros tiempos.

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