Se enfrió el abrazo del oso al peronismo y se complica la postergación de bonos

Se enfrió el abrazo del oso al peronismo y se complica la postergación de bonos

El Gobierno canceló la visita de Lacunza al Congreso. La oposición dice que no recibió consultas y cree que la Casa Rosada evaluó daños y recalculó. Macri quiere una ley pero un sector evalúa un DNU.

 

El Gobierno nacional aprovecha las horas de alivio que le dio este lunes el control del dólar y empieza a barajar la posibilidad de reemplazar por un decreto de necesidad y urgencia (DNU) el proyecto de ley para la reestructuración de la deuda local que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, había anunciado que enviarían esta semana al Congreso y que tenía por objetivo conseguir el apoyo de la oposición.

La Casa Rosada dio las primeras señales de cambio en la estrategia la semana pasada, apenas dos días después del anuncio, cuando canceló el envío del proyecto, previsto para el viernes 30. Ahora, un sector del Gobierno evalúa agregar un DNU para estos papeles, con vencimiento en 2020, y cerrar así el paquete con todos instrumentos del Poder Ejecutivo. Pero el presidente Mauricio Macri, como gesto hacia el FMI, insiste con que la demora en el pago de esos bonos salga por ley y con apoyo de la oposición. Aunque eso implique un trámite legislativo lento que termine después del recambio de diciembre. 

Este lunes, el congelamiento de la intervención del Congreso se profundizó cuando el ministro Lacunza decidió cancelar la visita a la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda, agendada para este miércoles. La decisión se tomó tras una reunión que mantuvieron en Balcarce 50 los ministros Lacunza y Rogelio Frigerio, el secretario de Interior, Sebastián García de Luca, y las principales espadas parlamentarias de Juntos por el Cambio, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto.

“El Gobierno decidió buscar consensos políticos antes de enviar el proyecto de deuda al Senado, por lo que se suspenderá la presencia del ministro para generar el diálogo correspondiente”, anunció Pinedo en su cuenta de Twitter tras el encuentro. En el Congreso, el anuncio oficial fue leído por la oposición como una marcha atrás de la Casa Rosada en su decisión de involucrar al Poder Legislativo en el reperfilamiento de la deuda, en plena campaña electoral.

 

En los despachos de referentes del peronismo en las dos cámaras, por lo pronto, afirmaban este lunes que nadie del Gobierno se había comunicado para iniciar las conversaciones anunciadas. “Acá no llamaron”, dijeron en el Frente para la Victoria (FpV), que agrupa a la mayoría opositora. Los teléfonos tampoco sonaron en el Bloque Justicialista, donde evaluaron que “probablemente” la Casa Rosada haya decidido recalcular su estrategia advertidos por sus referentes parlamentarios sobre los costos políticos que le podría generar al Gobierno una discusión de ese tenor, con final incierto. “La idea podía ser enviar el proyecto al Congreso para comprometer a la oposición y desgastarla. ¿Y si sale mal y el que termina desgastado cuando viene es el ministro? No tiene sentido. El Gobierno podría renegociar con los tenedores de bonos por su cuenta. Tiene facultades para eso”, explicó un dirigente peronista.  

En efecto, el ministro Lacunza presentó la semana pasada cuatro puntos referidos al reperfilamiento de la deuda, que incluyeron la extensión de los vencimientos de deuda de corto plazo (Letes y Lecaps), la extensión de vencimientos de bonos bajo legislación extranjera, la apertura de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el canje voluntario de bonos emitidos bajo jurisdicción local. Mientras que en los dos primeros casos, la resolución se hizo por DNU, en el último punto, el Gobierno buscó involucrar al Congreso, aún cuando se trata de deuda de mediano plazo, que recién vence en 2020. El peronismo avisó, entonces, que no había apuro alguno en discutir el tema, que en definitiva recaerá sobre la nueva administración.

“Primero hay que conocer la composición de los tenedores, ver cuántos son personas humanas, qué hay de los bancos públicos, el Nación, Provincia, Ciudad, la Anses. No es algo para sacar al galope”, advirtió el presidente del bloque del Frente para la Victoria en Diputados, Agustín Rossi. En el PRO también admitieron que no sería un trámite veloz. “Sería mejor evitar este debate acá. Nuestra línea es tratar de confrontar menos, buscar consensos y esperar a que se estabilice la la economía”, le dijo a Letra P un referente del oficialismo en el Congreso, que si bien considera que resolver el canje de bonos por ley le daría a los tenedores de deuda “una mayor certeza”, la prioridad es no agitar más las aguas políticas en plena tormenta.

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