Las encuestas electorales de la mentira

Las encuestas electorales de la mentira

En cada año electoral, las encuestas electorales juegan un papel protagónico y pueden influir al elector en su voto al momento de presentarse en el cuarto oscuro. Lo que muchos desconocen es la poca credibilidad que las mismas tienen, ya que apuestan a sus clientes y no a la realidad que se vive en la calle.

 

Que Cristina Kirchner, que Esteban Bullrich, que Elisa Carrió, que Daniel Filmus y así podemos seguir eternamente. Es una lluvia de nombres que llevan la delantera o se quedan atrás, sea cual sea el territorio en el que compitan, y son ubicados bajo un porcentaje estratégico por cada encuestadora.

No nos olvidemos de lo que sucedió en 2015, cuando la consultora Poliarquía afirmó que habrá ballotage en noviembre, en el que el ex candidato a presidente, Daniel Scioli, lograría su objetivo con el 51 por ciento de los votos, contra el 40 por ciento del finalmente victorioso Mauricio Macri.

“Hoy han desaparecido de la escena las plataformas políticas, ya no existen proyectos, sino que el votante está más liberado a un voto relacionado con la persona y a una relación emocional con el candidato”, analizó en diálogo con NOVA Sergio Doval, director del Centro de Estudios de Opinión Pública UAI. Queda claro que está en juego el futuro legislativo.

En caso de que existiera una encuesta apolítica o neutral, la misma serviría sólo para entender dónde estamos parados, pero no puede anticipar ningún escenario, es decir, que con la mejor intención o la peor no son efectivas para la comunidad bajo ningún aspecto. Entonces, ¿para qué molestarse en leerlas? Recordemos que para eso están las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la “encuesta oficial” de todos los partidos para las elecciones generales.

La bomba del caso de Santiago Maldonado que estalló en Diputados

La semana pasada, diputados de la oposición y representantes de organismos de Derechos Humanos exigieron la interpelación de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que brinde explicaciones en el Congreso por la actuación de la Gendarmería en el operativo que culminó con la desaparición del joven Santiago Maldonado en Chubut.

Como se esperaba, la funcionaria no apareció y sólo se dedicó a hacer comentarios desafortunados por distintos medios de comunicación en defensa de la Gendarmería, sabiendo (o eso creemos) la sensibilidad del tema y más a días de las elecciones legislativas, cuando cada espacio político busca aventajarse.

“No sé si va a venir para la próxima convocatoria, ni sé cuál excusa va a inventar para no venir”, se quejó la diputada Victoria Donda en una entrevista con NOVA, aunque desde el oficialismo le aseguraron a este portal su presencia, tal como lo hizo el diputado Daniel Lipovetzky. Nadie lo sabe más que Bullrich y su círculo más íntimo. Lo que sí es seguro es que Maldonado no aparece y cada día que pasa se complica más su rastreo. Bullrich no puede guardar silencio. Bullrich no puede ignorar y no responder.

Ya en elecciones, la desaparición de Santiago Maldonado llegó como anillo al dedo

El diputado del Frente para la Victoria, José Cruz Campagnoli, presentó el miércoles pasado en la Legislatura porteña un proyecto de declaración para que el cuerpo exprese su “profunda preocupación” tras la desaparición de Santiago Maldonado y le exigió “al Estado que arbitre todas las medidas necesarias para garantizar la pronta aparición con vida del joven de 27 años”.

Una cosa es que Patricia Bullrich dé la cara en el Congreso para responder todas las dudas de los diputados; otra es que, en este caso el kirchnerismo, se levante polvareda a días de las PASO. “Me parece una bajeza muy grande que sectores de la política entremos en esa discusión, porque es como tirarnos tierra a nosotros mismos”, le dijo a NOVA el legislador oficialista Emilio Raposo Varela.

“No es el modo llevar al debate este tema, es una mecánica de asambleísmo puro. Lo que hay que hacer es reforzar la instrumentación de la búsqueda que es el objetivo”, opinó el legislador. Mientras tanto, hay poco movimiento para que Maldonado aparezca. Las elecciones parecen ser todo y más que cualquier vida.

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