La encrucijada peronista: merecer o perecer

La encrucijada peronista: merecer o perecer

El amplio rechazo a Macri espera que la oposición ilumine una puerta de salida. La opción Lavagna, la utopía de un acuerdo Massa-Cristina y el riesgo de no enamorar. Opinan Kleiman, Haime y Rouvier. 

Por: DIEGO GENOUD.

El peronismo y la oposición empiezan a jugar tiempo de descuento. A cuatro meses y 20 días del cierre de listas, la oferta del Gobierno parece clara. Mauricio Macri va por la reelección con un núcleo duro de adhesiones, María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y la economía vedada como tema de campaña. Para empardar ajuste, recesión, caída de consumo y destrucción de empleo, apela a ejes afines a su propia platea, como la crisis en Venezuela, la mano dura y la corrupción, que se reactivará desde el lunes en la cartelera de Comodoro Py.

En la vereda de enfrente, los que mandan son los interrogantes y la sensación de que, así como están las cosas, ganarle al peor Macri no va a ser fácil. Todos los sondeos confirman que son amplia mayoría los que no quieren que el Presidente se quede a gobernar por cuatro años más. Sin embargo, ese porcentaje, que hoy supera el 60% de los consultados, encuentra por lo menos dos opciones diferentes, que muestran la persistencia de corrientes enfrentadas y distantes dentro del panperonismo. Con Cristina Fernández de Kirchner como figura principal pero sin la confirmación de que será candidata. Un componente de incertidumbre que probablemente se extienda hasta el cierre de listas.  

La cuenta regresiva ya empezó y las interpretaciones son múltiples. Mientras un sector ve en el renunciamiento de la ex presidenta la llave de la unidad y el pasaporte a la victoria, otros la consideran una protagonista vital para el triunfo opositor, aunque acepten que, con ella sola, no alcanza. El último en plantearlo, una vez más, fue Juan Manzur, el gobernador de Tucumán que organizó un acto el año pasado con un llamamiento a la unidad, que se desinfló cuando los turistas del PJ bajaron del avión que los traía de regreso a Buenos Aires. La mayor parte permanece dentro de peronismo federal, lejos de cristinismo.

"La sociedad depende de que la dirigencia se ponga de acuerdo para que el ciclo de Macri termine en diciembre. Si no se pone de acuerdo, el macrismo continua”, afirma Haime.

LA DIRIGENCIA. Sin un liderazgo que los ordene, con miradas diferentes, falta de claridad a la hora de plantear un modelo alternativo al del macrismo y mezquindades que también pesan, las distintas corrientes de la oposición coinciden en un aspecto: necesitan encarnar la mayoría social que rechaza a Macri y no defraudar a sus potenciales votantes. Para el histórico consultor del PJ Hugo Haime, la fórmula del triunfo pasa por “un acuerdo político” con Cristina. “La forma es un problema de los dirigentes. Puede ser una PASO o no. Lo tienen que resolver ellos. La opinión pública los está mirando. Dice ‘resolveme este problema, porque yo por ninguno de ustedes doy la vida'”, apunta el director de Haime y Asociados.

De trabajo frecuente con Sergio Massa, Manzur, Carlos Verna y Rosana Bertone, Haime sostiene que el candidato “puede ser cualquiera”, si surge de un entendimiento entre los gobernadores del PJ y la ex presidenta. “Es una solución política que tiene que encontrar el peronismo, no necesariamente tiene que ver con la opinión pública. La sociedad depende de que la dirigencia se ponga de acuerdo para que el ciclo de Macri termine en diciembre. Si no se pone de acuerdo, el macrismo continua”, afirma.

Para Haime, los gobernadores quieren volver al gobierno nacional y saben que precisan pactar con Cristina. Pero todos conservan fresco el recuerdo de un lazo que no fue de lo más feliz cuando la ex senadora se sentaba en el despacho principal de Casa Rosada.

DOS SALIDASCelia Kleiman apunta que el escenario es de lo más volátil porque los sondeos todavía registran un alto porcentaje de indecisos, entre un 20% y un 30%, que puede traducirse en voto en blanco. “Es raro que, a tan poco tiempo de las elecciones, la gente no tenga a quién votar. Es mucho porque hay un sector que no encuentra una opción”, dice. La directora de CK Consultores/Poll Dataafirma que la balcanización del espacio opositor hoy facilita la reelección de Macri y sólo ve dos opciones que podrían alterar el escenario actual: la candidatura de Roberto Lavagna, por un lado, y el acuerdo de CFK con Massa por el otro.

“Lavagna puede absorber de todos lados porque el tema económico es el predominante, por más que Macri quiera hablar de la inseguridad y de Venezuela. No sólo capta al peronismo del medio sino que capta a los desencantados de Macri. Ahí está su fortaleza. Además, hay gente que va a votar a Cristina pero con reservas y si, de repente, le das la opción de alguien que salvó la economía, quizás se vuelca. Hay que medirlo bien, si se lanza”, afirma Kleiman.

 

"Lavagna puede absorber de todos lados porque el tema económico es el predominante, por más que Macri quiera hablar de la inseguridad y de Venezuela. No sólo capta al peronismo del medio sino que capta a los desencantados de Macri. Ahí está su fortaleza", opina Celia Kleiman.

 

Ricardo Rouvier coincide en advertir un panorama complicado para la oposición. Pero discrepa en cuanto a las chances del ex ministro de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Más allá de los méritos que le reconoce, el director de Rouvier y Asociados ve la hipotética candidatura de Lavagna como producto del fracaso de Massa como líder. “Si Massa fuera el jefe de un sector del peronismo, que conduce y dirige a un grupo de gobernadores, no estarían pensando en Lavagna y Lavagna sería parte de un equipo del Frente Renovador, como antes”, dice.

Kleiman y Rouvier coinciden en un punto: por una serie de factores, no creen que Cristina vaya a resignar su candidatura. El primero: nadie consigue hoy las adhesiones que ella es capaz de captar. En eso, están en las antípodas de Haime, que ve el renunciamiento de la senadora como condición fundamental de cualquier unidad y su imagen negativa como un impedimento mayúsculo para que gane en un eventual balotaje.

Para Kleiman, la unidad en una hipotética PASO no resuelve el problema del peronismo. En su visión, cualquiera de los candidatos que hoy aparecen dentro del espacio opositor perdería alrededor de 10 puntos con respecto a Cristina en una primera vuelta. “Lo mismo que Lula, ningún candidato bendecido por Cristina es lo mismo que Cristina. Ninguno tiene los votos de ella. Si Cristina no está en la fórmula o en la boleta, la gente no vota igual. Pero ella necesita arrimar entre 5 y 10 puntos para ganar”.

Para Rouvier, Massa "va a jugar a herir al peronismo y a negociar con el Gobierno desde ese lugar". "En cuanto a su decisión de pararse ahora como opositor -agrega-, también hay un problema. En el imaginario de la opinión pública, la opositora es Cristina."

Pese a que Massa se confirmó como aspirante presidencial en una entrevista con Diego Schurman en Infobae, Kleiman considera que aún cabe la posibilidad de que Cristina y Sergio lleguen a un acuerdo. “A Massa, hay gente de su entorno que le recomienda ir como candidato a gobernador, en acuerdo con Cristina. Si se une el cristinismo con el peronismo, ahí estaríamos hablando de mejores números. Es la única forma que yo veo”, dice.

Para Rouvier, sin embargo, Massa hoy aparece otra vez en el peronismo federal, en busca de una tercera vía, que no se distingue tanto de la ancha avenida del medio. “Veo que va a jugar a herir al peronismo y a negociar con el Gobierno desde ese lugar. Y en cuanto a su decisión de pararse ahora como opositor, también hay un problema. En el imaginario de la opinión pública, la opositora es Cristina, es muy difícil desbancarla de ahí”.

CFK ADENTRO. Rouvier marca las dificultades que también tiene el espacio que se congrega en torno a la ex presidenta. “Cristina es líder y nadie discute la legitimidad de su liderazgo, pero no es una conductora. Muchos de los que se acercan hoy a ella, lo hacen con la ilusión de que no sea candidata. Pero Cristina está muy presionada para aceptar y creo que va a ir en busca de una doble reivindicación: que se terminen las causas judiciales en su contra y que se reivindiquen sus años de gobierno”. Para el consultor la unidad es posible si CFK da un paso al costado, pero ese movimiento no genera un saldo beneficioso de por sí. “Cambiemos quiere que Cristina sea candidata pero si se baja, en la provincia de Buenos Aires beneficia a Vidal. Ni (AgustínRossi ni Felipe (Solá)garantizan los votos que tiene Cristina en la primera y tercera sección electoral”, cierra.

“Si la oposición no se une, está en problemas. Cristina va a estar cerca en primera vuelta, pero va a tener problemas en el balotaje”, dice Kleiman.

Haime apunta algo más que le falta a la campaña del peronismo: un relato opositor y un eslogan que convoque a un sueño de país distinto. Algo que lograron, a su criterio, Donald Trump y Jair Bolsonaro.

Rouvier anota además un problema fundamental para el próximo presidente. “Argentina tiene problemas estructurales, que sólo se advierten desde la oposición y en el Gobierno se postergan sin resolverse. El peronismo se plantea como estrategia ganar las elecciones y nada más. Pero si gana el llamado populismo, no tiene un mango para repartir”. Sería una dificultad posterior, una vez que el panperonismo resuelva el acertijo electoral que le plantea el accidentado gobierno de Cambiemos. Si no lo hace, se encontrará en una situación ambigua. Zafar de los condicionamientos propios de un gobierno atado al acuerdo con el FMI, con alto endeudamiento, y recibir -al mismo tiempo- las facturas de ese sector mayoritario de la población que demanda una alternativa eficaz para desplazar a Macri de la presidencia. Que ya está cansado y no se concibe cuatro años más, entra la queja y el desamparo.

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